Los okupas de El Kubo y La Ruïna, las dos casas allanadas en el barrio de la Bonanova de Barcelona, se organizan junto a otros colectivos antifascistas de la ciudad para manifestarse el próximo martes 28 de mayo, la recta final de la campaña electoral de las municipales.
La protesta ha sido convocada por Acción Antifascista y tendrá lugar el martes a las 19.00 en la plaza Universitat de Barcelona. Bajo el lema Frenar el fascismo es cosa de todos, se reunirán para plantar cara a lo que consideran “el alzamiento de la ultraderecha” el pasado jueves en el barrio de la zona alta de la ciudad. La fecha elegida no es baladí, los colectivos saldrán a la calle en una campaña electoral en que el conflicto okupa ha marcado el debate de su arranque y se intenta forzar que sea también la agenda del cierre. Ahora, por parte de los grupos de extrema izquierda.
Críticas a Vox y Cs
Cabe recordar que Vox y Ciudadanos se manifestaron en la Bonanova para denunciar la okupación “criminal” de La Ruïna y El Kubo. Eso les costó fuertes críticas por la presencia de la polémica empresa de desalojos Desokupa y de grupos neonazis en la manifestación del pasado jueves. De hecho, la extrema derecha se hizo con el control de las protestas.
El peso que tiene el debate sobre la okupación en Barcelona queda claro en las iniciativas que todos los partidos han puesto sobre la mesa en campaña. El PSC de Jaume Collboni ha sido el último en presentar una propuesta en este sentido. Ha prometido una oficina de la Guardia Urbana para prevención de los allanamientos de propiedad privada.
La medida ya ha recibido las críticas duras de Valents, la candidata que nació como heredera de la plataforma política de Manuel Valls. Su líder, Eva Parera, ha asegurado que los socialistas le han “robado” su plan contra la okupación. En una entrevista en Betevé, ha manifestado que “el plan del PSC es el mismo presentado por Valents hace más de un año en el pleno del Ayuntamiento”.
El plan de Parera, sin embargo, no prosperó, tras recibir solo los apoyos de Ciudadanos, PP y los concejales de Valls (cabe recordar que se escindieron de Ciudadanos en el último mandato). Ha recordado que uno de los partidos que votó en contra fue, precisamente, el PSC, que les acusó de “alarmistas y demagogos” en el plenario en que se debatió.
Colau, de perfil
La ERC de Maragall también ha cargado contra las formaciones que participaron en la protesta en el barrio. Asegura que se han "aprovechado de la fractura de la convivencia" que considera que supuso la manifestación en la Bonanova para "arañar cuatro votos”. Además, considera que han "politizado" y "agravando" un problema que “hace semanas no tenía la magnitud” que ha alcanzado.
El conseller de Interior Joan Ignasi Elena se dirigió por carta a la diputada en el Parlament por Ciudadanos, Anna Grau, y la acusó de "instrumentalizar" las okupaciones acompañada de un "grupúsculo de extrema derecha disfrazado de empresa de seguridad privada", que en la manifestación del jueves hizo "proclamas de la Alemania de los años 30", en clara alusión a la compañía que capitanea Dani Esteve, Desokupa. En la misma línea, la alcaldesa Ada Colau se mantiene de perfil al conflicto en la zona alta y pone el foco en “los saludos fascistas y la incitación al odio contra colectivos de ideología antagónica” por parte de los grupos de extrema derecha que han encontrado en la Bonanova el escenario ideal para reivindicarse. Ha presentado un recurso ante la Fiscalía la "incitación al odio" que da por hecho que se dió en el barrio.
Fuentes policiales han confirmado que el desalojo de La Ruïna y El Kubo, en el centro de un barrio en el que la convivencia está totalmente quebrada, no se hará hasta que pasen las elecciones municipales. Asumen que el desalojo de los dos bloques será violento.