El catalán en la escuela pasa a un segundo plano en el nuevo tablero sindical

Los 81 representantes de Profesores de Secundaria (Aspepc) obtenidos en las urnas demuestran que los docentes han tenido más en cuenta la “mala gestión” del consejero de Educación Josep Gonzalez-Cambray que sus políticas para potenciar el catalán en los colegios e institutos de Cataluña. 

A Cambray se le complica la negociación

Pero no solo eso. Aspepc ha pasado por delante de sindicatos que se han pronunciado abiertamente a favor de la inmersión e incluso de la Intersindical, que en los comicios de 2019 aglutinó el voto independentista en el momento más álgido del procés. Cuatro años más tarde, el sindicato indepe se ha pegado un batacazo, pasando de 47 a 32 delegados en un momento político muy diferente al de entonces. 

El 'conseller' de Educación de ERC en el Govern, Josep Gonzàlez-Cambray / PARLAMENT

Así, los resultados obtenidos en las urnas dejan un panorama complicado al consejero de Educación. Pues si la voz cantante antes la llevaban las organizaciones más cercanas a las tesis nacionalistas, durante los próximos cuatro años deberá lidiar con una que no es sospechosa de comprar sus argumentos sobre la necesidad de potenciar una lengua que, a su parecer, se está perdiendo. 

La "instrumentalización política" del catalán

De hecho, fuentes del sindicato aseguran a Crónica Global que, para ellos, el catalán “es simplemente una materia más” como lo son las matemáticas o la historia. “Se ha hecho una instrumentalización política en la que nosotros no entraremos”, espetan sus portavoces, que defienden que se hable sobre esa supuesta problemática “cuando haya un sistema educativo en el que los alumnos aprendan”. En este sentido, advierten de que la labor de los profesores es que los niños “sepan leer y escribir las lenguas que hay en el programa”. Esto incluye el catalán, el castellano y el inglés. 

“El sistema educativo está para enseñar a transmitir conocimientos y, con los idiomas, que cada uno hable el que quiera. Tenemos que transmitir conocimientos, no ideologías ni adoctrinar”, agregan las mismas voces. 

El profesor no es un 'coach'

Incluso con estos argumentos, la organización que lidera Xavier Massó ha sabido aglutinar el voto de los profesores más cabreados con la manera de hacer de Cambray, conocido por sus “políticas innovadoras” como el avance del calendario escolar, los cambios en los currículum o la eliminación de las especialidades en la secundaria. “Tenemos una concepción diferente de lo que debe ser la figura del docente. Para ellos debe ser un coach, pero nosotros partimos de la base de que un sistema educativo está basado en la transmisión de conocimientos. Hay diferencias de fondo muy serias”, expresa, vaticinando un antes y un después en las negociaciones con la consejería. 

Su mayor representación también implica que, desde ahora, la secundaria coja peso en las conversaciones. Por eso, Massó exige estar presente en el Consejo Escolar de Cataluña (CEC), órgano donde está representada toda la comunidad educativa. 

Un profesor da una clase, imagen de archivo / EFE

Sea como sea, hasta ahora Ustec llevaba "la voz cantante" de la negociación con la Conselleria de Educación. Algo que seguirá ocurriendo tras su nueva victoria en las urnas, pero a partir de ahora deberá lidiar con un sindicato que ha salido empoderado de unas elecciones que han servido como "referéndum sobre la innovación educativa, los cambios en los currículum y la degradación de la profesión", dicen desde la organización ganadora. Y es que de la misma manera que Intersindical tuvo el voto del independentismo en 2019, la Aspepc ha recogido el espíritu de resentimiento hacia los cambios del conseller.