Solo el 2% de los firmantes de testamentos vitales piden la eutanasia

Según los datos facilitados por el Colegio de Notarios de Cataluña a Crónica Global, durante el primer semestre de 2022 se registraron 3.587 firmas de DVA, a diferencia de las 2.662 contabilizadas durante ese mismo periodo en 2021 que, sumadas a las 3.587 del segundo semestre, cierran el ejercicio con 6.398 voluntades anticipadas firmadas en Cataluña.

137 peticiones el primer año

El DVA es un documento que se empezó a firmar en los despachos en 2014. No obstante, desde la aprobación de la mencionada ley permite acogerse al derecho de recibir ayuda médica para morir en el caso de afrontar en el futuro una enfermedad en fase terminal o dolencia irreversible.

Según los datos publicados por la Generalitat el pasado junio, desde la entrada en vigor de la norma se han recibido 137 solicitudes de eutanasia, de las que 78 se han aprobado. Es decir, solo un 2% de los firmantes de DVA se ha acogido a este derecho.

Normalización de la muerte

Aunque no existe una respuesta universal, el hecho de que se dispare el número de trámites de DVA tras la aprobación de la ley hace pensar que la posibilidad de acogerse a este nuevo derecho es lo que ha animado a los nuevos firmantes. Sin embargo, el porcentaje de peticiones parece no avalar esta explicación.  

Ramón Ángel Casanova, diputado de la junta de gobierno del Colegio de la Abogacía de Barcelona, se dedica, entre otras muchas gestiones, a tramitar este documento y, aunque no puede revelar datos por tratarse de algo totalmente confidencial, considera que el incremento de firmas no tiene por qué traducirse en un elevado número de solicitudes, sino que muchas personas han reflexionado sobre su muerte a raíz de la aprobación de esta ley. Ramón Marín Casanova, es notario en Alfafar (Valencia), y asegura no haber notado un aumento de personas que acudan a firmar el DVA para acogerse a este nuevo derecho. Por tanto, al igual que Casanova, considera que la legalización de la eutanasia obedece a la normalización del diálogo social sobre la muerte que ha favorecido esta ley. 

Derecho a una muerte digna

Según la presidenta de la sección de psicología de emergencia del Colegio oficial de Psicólogos, Anna Romeu, el hecho de llevar esta ley al Congreso ha sumado un derecho importante a las personas y, a su vez, ha favorecido el diálogo sobre el derecho a morir dignamente. Así, sean los nuevos firmantes partidarios o no a la eutanasia, lo que queda demostrado es que muchas personas hablan de un tema tabú, como es la muerte. 

No obstante, ni Romeu, ni Casanovas y Marín descartan la  hipótesis de que la aprobación de la ley haya causado un cierto “efecto llamada” y movilizado a aquellas personas la rechazan, lo que podría explicar el aumento de DVA y un porcentaje tan bajo de solicitudes. Con todo, insisten los profesionales, no hay una respuesta general ni ningún dato objetivo que sostenga cualquier teoría, aclara Romeu.

Cuidados paliativos

Este medio ha querido conocer la opinión del director de la Sociedad Catalana de Cuidados Paliativos, Jordi Trelis, ya que existe una tendencia muy generalizada a hablar de cuidados paliativos como alternativa a la eutanasia. Según Trelis, es fundamental aclarar conceptos y diferenciar la eutanasia del suicidio asistido o la sedación, ya que son conceptos totalmente diferentes y que, a menudo, las personas confunden.

Trelis destaca que la función de los cuidados paliativos no significan "alargar la vida", sino a mejorar los días de vida que le queden al paciente. Esto, insiste, no significa que se deba aguantar el dolor o soportar un tratamiento que no funciona. De hecho, a su parecer, es imprescindible respetar la decisión de no empezar o poner fin a un tratamiento invasivo que no dará resultado. Así, Trelis explica que en el caso de la sedación, lo que se busca es mitigar el dolor, ya sea físico o mental que no ha sido posible minimizar con otros tratamientos, por lo que es un error confundir esta opción como una eutanasia pasiva o directa.