La salud mental de los barceloneses ha empeorado en los últimos años. Así se extrae de los resultados de la última Encuesta de Salud de Barcelona, que establece que los problemas han crecido en los dos sexos, pero en las mujeres todavía más. Especialmente en las jóvenes y en las que pertenecen a clases sociales más pudientes.
Los datos son preocupantes: en las féminas, se ha pasado del 19,9% en 2016 al 31,4% en 2021; mientras que en los hombres, del 16,5% al 21,6%. De estas cifras se deriva una de las peores consecuencias de la salud mental: el suicidio. El 13% de mujeres reconocieron haber pensado en hacerlo y el 3,3% lo intentó; en los hombres, del 10,8% que tuvo ideas suicidas, el 1,9% lo probó.
Desigualdades entre clases sociales
Según el informe, la mala salud mental aumentó en todas las edades, pero sobre todo en las personas más jóvenes --siendo el sexo femenino el más afectado-- y las mayores de 75 años. Pero este problema también distingue entre clases sociales: el 40,4% de las mujeres menos pudientes declaran tener mala salud mental en comparación con el 23,8% de las más pudientes. En el caso de los hombres, estos porcentajes fueron del 25% y del 20%, respectivamente.
Ciutat Vella y Nou Barris son los distritos en los que los consultados expresan tener peor salud mental. Le siguen Sants-Montjuic y Sarrià-Sant Gervasi.
Cuando ir al psicólogo es un lujo
También preocupa el aumento en el uso de los psicofármacos. El 23% de las mujeres y el 12,8% declararon haber consumido pastillas para dormir, ansiolíticos o antidepresivos en 2021. Un porcentaje que ha aumentado respecto a 2016, sobre todo en mujeres. Pero si hay un dato que enciende las alarmas es el del apoyo social que reciben estas personas. Y es que en 2021 el 9,5% de mujeres y el 9,1% de hombres declararon tener poca ayuda. Y la principal razón es el dinero.
Según la encuesta, los motivos económicos frenan a gran parte de los barceloneses a ir al psicólogo o al dentista. Un 14% de la población que lo necesita renuncia a esta atención por no tener dinero. En el caso de los servicios odontológicos, la cifra es de un 10%. Los datos también muestran un récord histórico: más del 40% de los consultados --de todas las clases sociales-- han contratado una mutua para poder acceder a esos servicios.