Al menos 153 muertos en una avalancha en Seúl / EUROPA PRESS

Al menos 153 muertos en una avalancha en Seúl / EUROPA PRESS

Vida

Dos españoles cuentan el horror que vivieron en la avalancha mortal de Halloween en Seúl

Ambos se encontraban en la zona donde se produjo la estampida y se salvaron de la tragedia por pocos minutos

30 octubre, 2022 12:39

Xavier Bush es ingeniero informático para Samsung y diez minutos lo salvaron  de verse arrastrado por la avalancha humana que este sábado por la noche acabó con 153 personas fallecidas en Seúl. Según ha explicado a La Vanguardia, en el momento de la estampida estaba en un bar tomando algo con sus amigos. Al salir. se encontró con una trágica estampa que jamás podrá olvidar.

Me ha impactado mucho ver a civiles haciendo masajes cardio pulmonares a personas tiradas en el suelo. Había policías llevando a pulso a otros que habían perdido el conocimiento. También he visto como los médicos que atendían a las víctimas pasaban de uno a otro rápido al ver que no había nada que hacer por salvar esa vida”. Además, "he visto siete cuerpos delante del bar, uno al lado del otro, amontonados con la cara tapada con bolsas”, ha explicado al citado medio.

Un milagro

Lo mismo le sucedió a Javier Aldea, otro español que ha explicado a la Cadena SER que se ha salvado de milagro porque se encontraba en la calle de la tragedia 45 minutos antes de que se produjese la avalancha. Al igual que Xavier, estaba con unos amigos en la zona dispuesto a celebrar la fiesta de Haloween. El español cuenta que uno de sus amigos estaba "muy cerca de donde ha pasado todo en ese momento y ha intentado reanimar a una persona, pero no ha podido. Además, he tenido la mala suerte de ver varios cadáveres. Ha sido muy grave", ha lamentado.

Según su relato, los servicios de emergencia no tardaron en llegar a la zona donde se había producido la catástrofe. De hecho, acudieron al menos 143 vehículos de emergencias entre ambulancias y camiones de Bomberos y 848 profesionales rescatistas. Sin embargo, el bloqueo de personas que había en el lugar formó un tapón mortal que convertía en tarea imposible acceder a las víctimas. ”No podían acceder ni salvar a los que se habían quedado aplastados debajo", ha recordado.