Menos ingresos y la inflación por las nubes: los hosteleros se rebelan por la prohibición de fumar
Los restauradores critican la medida del 'conseller' Argimon porque llega "de forma precipitada", sin consenso y en un "mal momento" económico tras dos años de pandemia
24 septiembre, 2022 00:00Los hosteleros no dan crédito al anuncio del conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, de prohibir fumar en las terrazas de los bares y restaurantes de Cataluña. Una noticia que ha llegado “de forma precipitada”, sin consenso y en un “mal momento” económico. Recuerdan que la inflación está por las nubes y que esta decisión del Govern provocará menos consumo en exteriores y, por tanto, menos ingresos.
La normativa que pretende regular "espacios libres de humo" en Cataluña ha caído como un jarro de agua fría a un colectivo que arrastra secuelas tras dos años de pandemia. Por eso, el director del Gremio de Restauración de Barcelona, Roger Pallarols, no descarta llevar a la Generalitat ante la justicia.
Días después del nuevo convenio
Este anuncio “improvisado” del conseller llega días después de que se haya aprobado el nuevo convenio colectivo de la hostelería en Cataluña, que afecta a unos 125.000 trabajadores. Con el apoyo de UGT y Confecat --y con el rechazo de CCOO-- fija una subida salarial de un 4% este 2022, un 3% en 2023 y de un 2% en 2024. Además, da cobertura a nuevas actividades como la restauración moderna, los riders y las cocinas industriales.
Sin embargo, el secretario de hostelería y turismo de UGT, Igor Abascal, asegura que, si la prohibición de fumar en las terrazas se hubiese conocido antes del acuerdo, no hubiesen dado su visto bueno. “Si el Govern lo hubiese anunciado antes, no lo hubiésemos firmado. Lo tenemos muy claro”, afirma.
Consecuencias en la plantilla
La futura normativa --que también contempla el fin del tabaco en entornos escolares y paradas de autobús-- tendrá consecuencias económicas para los empresarios de la hostelería. “Mucha gente utiliza las terrazas en invierno para fumar. Si no pueden hacerlo, dejarán de sentarse fuera y querrán estar en el interior. ¿Qué haremos con esas mesas? ¿Las dejamos vacías?”, se pregunta Abascal. Reconoce que esta es una de las mayores preocupaciones. Por lógica, cuanta menos gente haga uso de la terraza, menos personal se requerirá. “Las terrazas vacías harán que se despida a trabajadores”, avisa.
“Al no poder fumar, la duración de los clientes en la terraza será más corta y, por tanto, el gasto será más bajo y los beneficios también”, apunta Josep Carreras, presidente de la Asociación de Hostelería de Girona. La alternativa es que los empresarios adapten sus exteriores a la época invernal, aunque ello supondrá “un gasto que difícilmente podrán asumir”.
Los camareros, como policías
Por otro lado, la parte social lamenta que la responsabilidad de que se cumpla la norma en las terrazas recaiga, de nuevo, en los trabajadores, que “desde hace dos años actúan como policías”. “Los camareros no están para controlar si alguien fuma o no. Son los empresarios quienes tienen que asumir las multas”, avisa Abascal.
En la misma línea se pronuncia Paco Galván, responsable del sector de la hostelería en CCOO de Cataluña, quien reconoce haber recibido “amenazas verbales y físicas” y “puntuaciones negativas del local a través de internet” por el simple hecho de que un empleado pidiese al cliente cumplir la ley. “El camarero no tiene por qué exponerse a esas situaciones”, añade.
Aun así, todas las partes reclaman al Govern que, si tiene que llevar a cabo la prohibición del tabaco en los exteriores de los restaurantes, lo haga con “consenso y con diálogo”. Y le piden, sobre todo, que tenga en cuenta los perjuicios económicos que la medida acarrearía a un sector que “ya ha sido maltratado” por el Covid.