Kohen, ucraniana en plaza Catalunya: “Putin mata mujeres y niños para acabar con nuestro espíritu”
Originaria de Jersón, al sur del país, reside en Barcelona desde hace seis años; lleva dos semanas acampada en el centro de la ciudad para ayudar a sus compatriotas en guerra con Rusia
14 marzo, 2022 00:00Lia Kohen es ucraniana, concretamente de Jersón, la única ciudad tomada oficialmente por las tropas rusas en Ucrania. Desde hace dos semanas se manifiesta y resiste junto a otros compatriotas en la céntrica plaza Catalunya de Barcelona. Han tenido algún encontronazo con personas afines a Vladímir Putin, aunque asegura que la policía les apoya y les intenta ayudar para evitar choques entre ambas nacionalidades.
La madre de Kohen sigue en Jersón, recluida en un búnker, mientras su hermana logró salir por la frontera a Polonia con su hija de diez años, tras cuatro días de travesía. Judía, no entiende la “desnazificación” a la que se refiere el Kremlin. No obstante, cuenta lo que está sucediendo en Ucrania y que vive día a día con llamadas constantes a familiares, amigos y compañeros que todavía siguen allí, en plena guerra. Asegura que todo el mundo les da un apoyo incondicional en plaza Catalunya, aunque el Ayuntamiento de Barcelona les ha “puesto trabas” para seguir acampados en el centro de la ciudad. Lia Kohen habla con Crónica Global para explicar realmente lo que sucede en estos momentos en Ucrania, según la información que recibe de familiares y amigos, así como la importancia de seguir concentrados en plaza Catalunya, para ella y sus compatriotas.
--Pregunta: ¿Cuánto llevan en plaza Catalunya?
--Respuesta: Dos semanas. Estamos día y noche, aunque haga frío y llueva.
--P: ¿Cómo ayudan a Ucrania?
--R: Tenemos una caja para que la gente pueda poner dinero y todo lo enviamos a nuestros soldados para comida y armas. Lo que necesiten. Además, mostramos al mundo lo que está pasando, porque pasan muchos turistas por plaza Catalunya.
--He visto que tienen muchas fotos y un gran mural en el suelo.
--Tenemos fotos de la guerra. Soldados y niños asesinados por los rusos. También mensajes e información de lo que sucede ahora en mi país.
--¿Han tenido algún problema o encontronazo con personas que no piensan como ustedes?
--Algunos rusos vienen a provocar. Los hombres… bueno, vienen a hablar. Pero nos pasó algo peor con tres mujeres rusas, que vinieron a ver el mural y nos preguntaron “¿Son niños de Ucrania?”. Les dijimos que sí. “Pobrecitos niños, pero vosotros tenéis que cambiar a vuestro presidente o van a pasar cosas peores con vuestros hijos”, nos dijeron.
--¿Y qué hicieron?
--Yo estaba flipando. ¿Cómo puede una mujer hablar así? Tienen hijos y nos dicen eso… no tienen alma ni corazón. Puede ser que no te guste mi presidente, pero son niños que han muerto por las bombas en la guerra. Intentamos estar tranquilos, ellos buscan confrontación y crear un conflicto, si sucede algo llamamos a la policía.
--Pero la comunidad rusa en Cataluña apoya masivamente a la diáspora ucraniana.
--Mucho. Tenemos un gran apoyo de gente rusa. Pero este apoyo… me hace sentir mal. Los que más nos ayudan son los georgianos, que nos entienden mucho después de la guerra entre Rusia y Georgia de 2008.
--¿Por qué?
--Los rusos me dicen “yo no quiero guerra”. Pero solo eso no sirve. Si no quieres guerra haz algo, porque en mi país están bombardeando a la gente. Por eso estoy protestando, con lluvia y sin comer. Es lo mínimo que puedo hacer.
--Pero ha habido manifestaciones de ciudadanos rusos contra Putin en Barcelona.
--Sí. Y yo entiendo a esta gente, porque se sienten culpables de lo que está pasando. Aunque las manifestaciones… en Barcelona viven muchos rusos y he visto poca gente en estas concentraciones. Hay pocos que estén en cabeza y alma con nosotros.
--¿Qué les pide a los rusos en Cataluña?
--Que hablen con sus familias en Rusia. La gente de allí son como zombis. No creen nada de lo que sucede en Ucrania. Les enseñas lo que pasa y te dicen que son fake news. Están engañados.
--Quizás esto se debe a lo que llaman la “desinformación rusa”.
--Exacto. Antes sentía pena por esta gente que cree a Putin… pero ahora solo odio a estos que miran la televisión rusa y dicen que los ucranianos estaban esperando a que llegara Rusia para liberarlos porque son nazis.
--Usted es judía.
--Y mi presidente, Volodímir Zelenski, también. Por eso no entiendo cómo nos llaman nazis y fascistas. Mi abuela estuvo en un campo de concentración nazi. ¿Cómo vamos a ser eso?
--Hábleme de Zelenski.
--Es un héroe. Mucha gente rusa nos dice que nuestro presidente es muy malo. Puede ser que antes fuéramos en contra de él por cosas que hizo y no nos gustase o no estuviéramos de acuerdo con él. Pero es nuestro presidente y nosotros decidimos si cambiarlo o no. No tiene que venir Putin a decirnos quién debe gobernar Ucrania.
--Hace más de dos semanas que comenzó la invasión y…
--Putin mata mujeres y niños en Ucrania para acabar con nuestro espíritu, para que tengamos miedo. Pero lo único que consigue es que tanto nosotros como civiles como los soldados ucranianos estemos cada vez más enfadados.
--Hubo un bombardeo que destruyó el hospital de la maternidad de Mariúpol hace unos días. El Gobierno ucraniano acusó a los rusos y el Kremlin a Ucrania de provocar ese desastre.
--¿Por qué un soldado ucraniano va a bombardear un hospital de maternidad? No tiene lógica, ahí podría estar su mujer. Lo que dice Putin no tiene sentido, explica en la televisión que nosotros mismos bombardeamos nuestras ciudades. Entonces, si tan malos dice que somos, ¿por qué todo el mundo se refugia en Europa y no en Rusia?
--Hablando de los refugiados ucranianos. Usted tiene familia en Jersón todavía. ¿Sabe si han podido huir, al ser la única ciudad tomada oficialmente por las tropas rusas?
--Mi madre vive allí todavía y está en un búnker. Le he dicho que no salga, porque si intenta huir de la ciudad, estoy segura al 90% que la matarán para coger su coche con matricula ucraniana e intentar entrar de incógnito en otra población. Pero mi hermana sí que consiguió salir, el primer día que empezó la guerra se fue de Jersón con su hija de diez años.
--¿Logró salir de Ucrania?
--Sí. Por Polonia. Pero tardó cuatro días, salió el 24 de febrero y llegó el 28 de febrero a la frontera, a menos 10 grados y andando muchos kilómetros.
--¿Vendrá a España?
--No creo. Le he dicho que busque por otros lados de Europa, es complicado que encuentre de su trabajo aquí, no hay mucha demanda. Además, aquí en España el Gobierno no está organizando bien. Dicen a los ucranianos que vengan, pero luego nunca nos cogen el teléfono o no hay suficientes medios para ayudarnos. Los ciudadanos son los que nos están ayudando muchísimo, con sus casas, con comida, con dinero… y la Cruz Roja.
--¿Y respecto a estar en plaza Cataluña, les han dado algún apoyo desde el ayuntamiento?
--Al revés. Tenemos muchos problemas. Nos dieron las vallas para que estuviéramos protegidos por la noche y más seguros, y nos las han venido a recoger en tres ocasiones. Pedimos permiso para poner un baño portátil, que nos dieron el permiso y lo pusimos, y vinieron a recogerlo y nos lo quitaron. ¿Dónde voy al baño por la noche? También tenemos permiso para montar dos tiendas de campaña por la noche hasta las seis de la mañana… Y una noche que llovía a mares a las 5.30 horas vino la policía a decirnos que ya teníamos que quitarlas. ¿Espérate un poco no, por favor? Está lloviendo mucho…
--¿Todo esto el Ayuntamiento de Barcelona?
--Sí. Se les llena la boca diciendo que nos ayudan y que acogen a muchos ucranianos. Y no solo no hacen eso, que encima nos dan problemas y nos intentan echar de plaza Cataluña. No quieren que estemos allí. Estamos mostrando al mundo lo que sucede en nuestro país, es una guerra y está muriendo gente.
--Precisamente de los bombardeos… Járkiv es una de las ciudades, junto a Mariúpol, que más ha sufrido los ataques del Kremlin.
--Járkiv era una ciudad tan bonita y moderna [sonríe]. Dos culturas, la rusa y la ucraniana, se estaban mezclando de una forma única. Todo el mundo habla ruso, como yo en el sur, y nunca nadie había tenido problemas. Putin vino diciendo que iba a ayudar a esta gente porque como hablaba ruso tenía problemas en Ucrania. A mí nunca me ha pasado nada de esto, y siempre he hablado ruso, incluso con mis compañeros ucranianos aquí. Nadie me odia. No sé de qué habla ese hombre.
--¿Y en Kyiv?
--Tengo un amigo allí, en un búnker. La gente está deprimida allí. Lo voy llamando, pero casi nunca me coge el teléfono. Dicen que está siempre durmiendo. No quiere despertar. Tiene miedo y no sabe qué pasará.
--Las tropas rusas están muy cerca de entrar en Kyiv.
--Sí. Mucho. Pero les es complicado entrar, nuestros soldados resisten muy bien. Ahora es más peligroso vivir a las afueras. Allí es donde más están sufriendo los ataques rusos.
--¿Qué opina de los soldados rusos?
--Ellos entienden que nadie los quiere en Ucrania. Están una situación difícil. Si atacan, les matan los soldados ucranianos, y si vuelven a Rusia lo hará el Kremlin. Están atrapados. Por eso bombardean casas por diversión y destruyen coches de la gente que no les quiere dar comida. No tienen nada, por eso roban.
--Bielorrusia tiene a sus soldados preparados, pero todavía no ha entrado en la guerra de forma oficial.
--Te refieres a Lukashenko.
--Exacto.
--Mira, nuestro presidente antes era un comediante y ahora es un soldado valiente. Lukashenko antes era un soldado y ahora es un comediante. Es muy malo, igual que Putin, pero la diferencia es que él no es una persona grande. Es el perro de Putin.
--¿Qué piden a la OTAN y a la Unión Europea desde todas las plazas del mundo occidental?
--Nosotros, desde plaza Catalunya, pedimos que cierren el espacio aéreo en Ucrania. Por tierra tenemos fuerza, nuestro Ejército la tiene, pero Putin no tiene honor y prefiere bombardearnos desde arriba.
--Pero si la OTAN hiciera eso tendría que bombardear a cualquier caza ruso que sobrevolase Ucrania y podría empezar una Tercera Guerra Mundial…
--Ya ha empezado. La OTAN está con miedo y eso alimenta a Putin para seguir adelante.
--Están reclutando soldados, desde algunas organizaciones, para ir a luchar a Ucrania.
--Desde España no lo sé. Pero desde Inglaterra, Polonia y América sí, lo sé. Suelen ser gente con formación militar previa.
--Usted tiene una hija. ¿Cómo lleva su protesta en plaza Catalunya después de dos semanas y la conciliación familiar?
--Casi no la veo, ni tampoco a mi marido. Él me ama y me da mucho apoyo, de hecho, trabaja, limpia y hace todo ahora mismo. Yo vivo casi toda la semana en plaza Catalunya para defender a mi país. Es un sacrificio muy duro, pero si no lo hiciera, mi conciencia se me comería a mí misma si veo que no hago nada por mi gente.
--Por último, tras dos semanas de protesta en Barcelona y de guerra en Ucrania. ¿Cree que Zelenski ganará a Putin?
--Con todo mi corazón.