El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), conocido popularmente como Can Ruti, ha incorporado la tecnología de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU, por sus siglas en inglés) para tratar de forma no invasiva a pacientes con enfermedades como el temblor esencial y el Parkinson de predominio tremórico.
Lo ha presentado el gerente del centro, Jordi Ara, en rueda de prensa junto al conseller Josep Maria Argimon, que ha concretado que se convierte en el primer hospital catalán y el tercero de España en disponer de este nuevo programa terapéutico. Lo hace con una partida de cinco millones de euros: “Es un equipamiento de país y todo el mundo que lo requiera, donde resida, tendrá acceso”, ha señalado el titular de Salud.
Cinco pacientes tratados
El jefe de la sección de trastornos del movimiento, Ramiro Álvarez, ha anunciado que la primera intervención se realizó el 3 de febrero en un paciente con temblor esencial, cuyo resultado fue “muy satisfactorio” porque la desaparición del mismo se pudo observar en el procedimiento. Desde entonces, han tratado a cinco pacientes con una mejora significativa de entre un 70 y 90% del temblor incapacitante que presentaban. Además, al ser una técnica no invasiva, no requirieron ingreso hospitalario previo.
El tratamiento consiste en la aplicación de ultrasonidos focalizados de alta intensidad guiados por resonancia magnética en el cerebro, donde actúan las ondas acústicas sobre las neuronas que causan el temblor y las lesionan mediante la ablación térmica. Todo se realiza mediante una monitorización continua en tiempo real, con la posibilidad de corroborar su eficacia, así como la aparición de efectos adversos de forma inmediata.
Unas 8.000 personas beneficiadas
Hasta ahora, los pacientes con Parkinson tremórico y con temblor esencial que no responden al tratamiento farmacológico debían someterse a cirugías para la implantación de electrodos en las estructuras cerebrales.
En cambio, con el tratamiento no invasivo que supone el HIFU se podrá tratar a aquellos pacientes que rechazaban la cirugía por el riesgo de sufrir potenciales efectos secundarios, por lo que el centro estima que se podrán beneficiar unas 8.000 personas en Cataluña de la puesta en marcha de este nuevo programa terapéutico.
Objetivo: 200 pacientes anuales
En este sentido, Ara prevé que en el primer año de su puesta en funcionamiento podrán tratar a un centenar de pacientes, aunque el objetivo es hacerlo con unas 200 personas anuales a partir del segundo año.
Cada tratamiento, según Argimon, supone un coste de 13.000 euros, pero tratarán de desplegar este servicio de forma equitativa entre todos los catalanes y aplicar criterios de prioridad entre la lista de los que lo soliciten.