Los suicidios en las cárceles catalanas se disparan un 57% durante la pandemia
Lourdes Ciuró quiere reducir o suspender el régimen cerrado en casos de inestabilidad emocional del interno para evitar muertes
3 marzo, 2022 14:06La consellera de Justicia de la Generalitat, Lourdes Ciuró, mueve ficha para minimizar el riesgo de suicidio en las cárceles catalanas, que han aumentado en un 57% en la pandemia.
Desde 2010, la media de muertes en los centros penitenciarios es de siete casos, pero en 2020 y 2021, coincidiendo con el Covid, se produjeron 11 suicidios cada año, mientras que en 2022 ya se ha contabilizado un caso. Son datos que ha anunciado la titular de Justicia en la comisión del Parlament, donde ha asegurado que la tasa de suicidios en las prisiones de Cataluña es “significativamente más alta que la tasa en la población general”.
Salud mental y adicciones, las principales causas
Los “problemas de salud mental y las adicciones” generadas por la privación de libertad y reclusión son las principales causas que llevan a un interno a quitarse la vida.
Desde el departamento se ha creado un programa para prevenir los suicidios, que son “evitables”. A través de éste se evalúa a los internos, se determina la gravedad del riesgo y se hace un seguimiento productivo durante 12 meses. “Este programa tiene tres objetivos: disminuir la mortalidad por suicidio, aumentar la supervivencia de la población atendida por conducta suicida y prevenir la repetición de tentativas”, ha explicado Ciuró.
Medidas para reducir suicidios
Para intentar reducir los casos, se incrementaron el número de llamadas de los internos, se permitieron videollamadas con familiares o abogados, se compró material de rehabilitación, se contrató a profesionales de animación y se aumentó la aplicación del artículo 86.4 que permitió que uno de cada dos internos que están en tercer grado pasara el confinamiento en su domicilio.
Desde la consejería también apuestan por reducir o suspender la aplicación del régimen cerrado o las sanciones de aislamiento en los casos en los que el interno muestre un inestabilidad emocional grave, una patología mental en fase aguda o tenga activado el programa de prevención de suicidio.
El pasado año se contabilizaron 152 tentativas de suicidio que, gracias a los funcionarios de prisión, se evitó un fatal desenlace.