El pasaporte Covid o certificado europeo de la Unión Europea (UE) era la última de las propuestas de algunas comunidades para determinar quién entra y quién no en locales de ocio. La idea, solicitada por comunidades como Cataluña, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, era implantar un marco común para contener los rebrotes pandémicos según si la persona estaba vacunada o no, algo que el ocio nocturno lleva meses ofreciendo con un código QR y una aplicación determinadas. Esta alternativa, según los juristas consultados por este medio, sería más adecuada dado que no iría contra la intimidad ni la protección de datos del usuario y podría aplicarse mediante el denominado derecho de admisión de los negocios hosteleros.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, rechazó este miércoles, tras el Consejo Interterritorial, legislar para que el certificado Covid de la UE pudiera utilizarse para permitir o no la entrada a bares, restaurantes y locales de ocio nocturno. No obstante, ha dejado vía libre a que los gobiernos autonómicos decidan implantar medidas que restrinjan este tipo de accesos a determinados lugares públicos, según si la persona está vacunada o ha pasado el virus, aunque no podrá utilizarse el pasaporte comunitario. La regulación de entradas en los establecimientos con este documento no estaría amparada por la ley, a diferencia de lo que sucede en las fronteras de los países miembros, que están regladas por el artículo 168, apartado 1, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) con el objetivo de “proteger a los ciudadanos frente a las amenazas para la salud”.
Propuesta del ocio nocturno para reabrir
Joaquim Boadas, secretario general de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) y la patronal estatal Spain Nightlife, asegura que hace “nueve meses” que ofrecen “tanto al Gobierno como al Govern” su aplicación Liberty Pass con un código QR para prevenir los contagios por coronavirus y que sirva como pase a sus establecimientos. El objetivo es generar espacios seguros y mejorar los indicadores epidemiológicos. El portavoz del ocio nocturno asegura que, por el momento, no han recibido respuesta de ninguna Administración, a pesar de que su alternativa no vulneraría derechos fundamentales como sí lo haría, en un principio, el pasaporte Covid si se implantara para determinar quién entra y quién no en determinados locales. La diferencia radica en que el documento virtual solo revelaría los datos como nombre, apellidos y número del DNI, y registraría un color verde si se ha pasado la enfermedad, está vacunado o se ha realizado alguna de las pruebas de detección del virus.
A nivel legal esta alternativa, que no ha sido puesta sobre la mesa de las Administraciones por el momento, favorecería un marco legal y una regulación que no tiene el pasaporte Covid. Carmen Julia Azpeitia, abogada del área civil y de litigación de arbitraje de AGM abogados, recuerda que se “pueden plantear conflictos” en el certificado europeo, que sí especifica si se está vacunado o se ha pasado la enfermedad, en lo referente al “derecho de la intimidad de la persona y en que públicamente se pueda conocer cuál es su estado de salud”. No obstante, la jurista apuesta por recurrir al “derecho de admisión” de los establecimientos para regular este tipo de acciones para frenar la expansión del virus.
Derecho de admisión y silencio gubernamental
Azpeitia remarca que, en el ámbito del derecho de admisión, siempre que no sea “arbitrario en las normas para acceder” al local, los bares, restaurantes y establecimientos de ocio nocturno pueden “exigir este tipo de validaciones”. La jurista recuerda que “para llevar a cabo este tipo de acciones no sería necesario pedir la autorización administrativa”. De las propuestas la más acertada sería la de Fecasarm. El problema radica en “la colisión de derechos”, porque en el punto de vista de la gestión de datos personales sería más correcto que “tan solo dijera si eres apto o no apto” y no como se ha establecido el certificado Covid de la UE.
“Lo ideal es que el certificado se configurase en la línea del respeto al derecho a la intimidad, privacidad, que entra en colisión con el problema de salud pública actual, pero debe decidirse que prevalece”, asevera la abogada del bufete AGM. Boadas asegura que el código QR desarrollado por Fecasarm y Spain Nightlife se adecúa a estas reglas y cumpliría la legislación del ámbito interior de los países comunitarios, aunque en algunos como Francia ya se ha aplicado directamente el pasaporte Covid para la entrada en este tipo de locales. El ocio nocturno pide reabrir con todas las garantías y propone alternativas que desde finales de 2020 se han planteado, según explica la patronal, en los diferentes Ejecutivos nacionales y autonómicos “sin obtener respuesta alguna” y sin tener en cuenta que “de estos negocios que llevan 21 meses con cierres totales y parciales viven familias que no saben si podrán sobrevivir este invierno”.
Apoyo de bares y restaurantes
Los diferentes gremios de hostelería provinciales consultados por este medio difieren por ahora en aplicar esta medida, sea con el pasaporte Covid o el código QR de Fecasarm. Marina Figueras, del gremio de hostelería de las comarcas de Girona, asegura que “por el momento” no se han planteado aplicar este tipo de autorización de entrada en sus establecimientos. Esto se debe a que los locales de la Costa Brava tienen “otros problemas prioritarios” derivados de la pandemia que están intentando solucionar, en parte, para salvar la campaña de verano.
En el otro lado, encontramos el Gremio de Restauración de Barcelona, que se ha posicionado públicamente a favor de que el pasaporte Covid sea utilizado como requisito de entrada a los bares y restaurantes para “premiar” a los ciudadanos vacunados y “solidarios” con la salud colectiva. No obstante, y más allá de los problemas legales que pude suscitar dicho documento, los restauradores y empresarios del ocio nocturno creen que el test de antígenos, a la venta en farmacias sin receta médica desde hace pocos días, debería sumarse a este tipo de medidas para evitar nuevos focos de expansión del virus.