España es uno de los países que participarán en la prueba piloto del pasaporte Covid a partir del 7 de junio, antes de su puesta en marcha definitiva el 1 de julio. Se trata de un documento que incluye los datos de los viajeros referentes a la pandemia: si están o no vacunados, si tienen anticuerpos y si cuentan con alguna prueba reciente que demuestra que no están contagiados. La excusa para su implementación es doble: uno, la seguridad; dos, la recuperación económica. ¿Quién se va a oponer?

Sin embargo, lo que subyace es una pérdida de libertades. Se da a entender que, sin el pasaporte Covid (y sin la vacuna), no se podrá viajar. Y no es así, aunque la alternativa puede ser pasar dos semanas de cuarentena en el lugar de destino. Por lo tanto, se coarta la libre circulación, si no es que se limita de forma deliberada. Dicen que este control se ciñe en exclusiva a esta pandemia, pero sienta un peligroso precedente por el control social. De hecho, se deja entrever que se podrá recuperar si llega otra emergencia sanitaria (y se hartan de decir que vendrán las siete plagas por causa del cambio climático).

Llevamos muchos meses haciendo bondad (algunos más que otros, incluso en exceso), por imposición, sí, pero también por prudencia y por responsabilidad. Incluso indignados con la relajación de restricciones por Navidad. No obstante, nos dicen ahora que la pandemia retrocede, entre otros motivos porque la vacunación avanza a buen ritmo. Si los más vulnerables están ya inmunizados y el virus afecta muy poco a los jóvenes, y si todo el mundo mantiene unas ciertas medidas preventivas, ¿cuál es el argumento para cercenar el movimiento? No se ha sido riguroso ni durante los peores meses (a la amalgama de variantes que nos han llegado me remito). En paralelo, dejan caer que la mascarilla al aire libre tiene los días contados. O lo uno o lo otro.

¿Tiene nadie que dar explicaciones de si tiene una u otra vacuna para poder viajar? ¿Van a pedir este documento solo a quienes se desplacen en avión (por ejemplo, a Mallorca), o también a quienes se muevan por carretera? Es decir, ¿se permite pasar a Francia sin problema, pero se dificulta el acceso a otra parte de España?

Ya se intentó con la app Radar Covid (un fracaso, por cierto), y ahora tratan de aplicar este seguimiento a otro nivel. Otra cosa es que los países más afectados tomen medidas en origen. O que alguien sepa que porta un virus muy, muy peligroso y se dedique a moverse por el mundo y a contagiar a gente a propósito. Pero el que es responsable seguirá siendo responsable, y el irresponsable será irresponsable haya pasaporte, vacuna o abducción alienígena. Lo que hoy sirve como medida de control sanitario, ¿a qué se podrá aplicar en el futuro? Todo tiende hacia un mayor control de la sociedad.

Otro debate que se abre es si hay que viajar sí o sí. Nos han llevado a una situación en la que, si no conoces algún lugar exótico una vez al año, no eres nadie. Y que todo el mundo lo vea en Instagram. Aunque esto da para otro artículo. Por ahora, no al pasaporte Covid.