Los impulsores del Museo Hermitage Barcelona aseguran vivir con "enorme asombro" la manera como, a su juicio, "se ha intentado deslegitimar" su proyecto "restando valor" a su oferta cultural desde el Ayuntamiento de Barcelona. La entidad ha salido así al paso del posicionamiento reacio a su propuesta desde el consistorio, y también de las recientes declaraciones de la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, algo que considera "un hecho sin precedentes a nivel internacional".
Hermitage Barcelona asegura que afrontaba con "entusiasmo" la posibilidad de trabajar conjuntamente con el Gran Teatro del Liceo, con cuyos equipos directivos y técnicos dice haber estado trabajando para llevar a cabo un plan de "mutuo interés" que permitía a esta institución barcelonesa disponer, por ejemplo, "de una sala de espectáculos y de unos espacios de ensayo de la máxima calidad y con capacidad para 900 personas". Según el Hermitage, cerrar ese proyecto con el Liceu es aún "perfectamente posible" si el ayuntamiento lo facilita "ofreciendo una mayor flexibilidad en los espacios disponibles".
Dicha iniciativa cuenta, según su versión, con el respaldo del Puerto de Barcelona, pero no con el del consistorio barcelonés, al que acusan de haber votado en contra en el consejo de administración de la entidad portuaria "donde se incorporaba este punto". "Tenemos que recordar que ya se han hecho trabajos técnicos que han sido avalados por los servicios técnicos del Liceu y que únicamente no se ha podido firmar por presiones realizados por terceros", señalan desde el Hermitage en un comunicado.
"Se han vulnerado derechos"
La entidad considera que, a lo largo de todo el proceso para instalarse en Barcelona, "se han vulnerado una serie de derechos y, ante la falta de respuesta institucional", advierten de que no les queda "más remedio que apelar al criterio externo de la judicatura y garantizar los derechos que se han establecido en los últimos tres años". Según el Hermitage, "el derecho de veto para rechazar el proyecto que se arroga el ayuntamiento no tiene amparo en el ordenamiento jurídico".
Los responsables del museo apuntan que "la autoridad competente en el otorgamiento de la concesión de la parcela" donde se tiene que instalar es la Autoridad Portuaria de Barcelona, y que la tramitación de la concesión siguió y cumplió "todos los requerimientos legales, en especial aquellos de publicidad y de proyectos en competencia, sin haberse presentado ningún proyecto alternativo, ni formulado ningún tipo de observación por parte del ayuntamiento hasta la fecha de su otorgamiento". En este contexto, desde el Hermitage aseguran mantener la "esperanza de encontrar una solución justa", pues consideran que su proyecto "es una oportunidad para el conjunto de la ciudad y del país".
"Colecciones de arte nunca vistas"
Sobre este punto, los impulsores del museo recalcan que su iniciativa es "absolutamente cultural" y que desde sus inicios no se planteó como "una mera franquicia", sino que tiene "su propio ideario" y busca "la máxima complicidad" con creadores y artistas locales. Y señalan que Hermitage San Petersburgo ofrece la posibilidad de contar "con excelentes colecciones de arte nunca vistas en Barcelona".
El Ayuntamiento de Barcelona presentó la semana pasada un recurso contra la concesión del Puerto de Barcelona para el desarrollo del plan del Museo Hermitage, que se había aprobado en el consejo de administración de la autoridad portuaria en mayo.
Sanz acusó al Hermitage de la ruptura con el Liceu
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, justificó dicho recurso aduciendo que lo hacían para "defender el interés público". Un hecho que se produjo poco después de que el Hermitage presentara, a su vez, un recurso de reposición contra el rechazo del ayuntamiento al convenio que el museo acordó con el Puerto.
Sanz, asimismo, dijo que durante el consejo de administración del Puerto del pasado miércoles, el Hermitage deshizo el acuerdo de colaboración que tenía con el Liceu. Según Sanz, los promotores del museo solicitaron que se retirara la condición de presentar un acuerdo con el teatro, y la autoridad portuaria lo aceptó.