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Así se fraguó la operación entre el Hermitage y el Liceu

El Teatro buscaba un espacio para óperas experimentales que los inversores del museo podrían financiar, y el Puerto de Barcelona ha pergeñado una salida para canalizar el proyecto

23 mayo, 2021 00:00

Casi en tiempo de descuento. El proyecto del Hermitage ha pasado por todo tipo de dificultades y sigue en el alero. Pero el no rotundo del Ayuntamiento de Barcelona, que ha defendido Ada Colau y los comunes sería ahora más difícil. La razón es que el Puerto de Barcelona, junto con los inversores para construir el Hermitage en la Nueva Bocana del puerto, ha buscado un sello local, con la participación del Gran Teatro del Liceu, que buscaba un espacio generoso para óperas experimentales y nuevas maneras de entender la ópera que logren la atracción de un nuevo público.

En la operación ha tenido un papel relevante la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, y el teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni y, muy especialmente, los inversores, que han querido indagar en todas las soluciones posibles. El problema era de carácter legal. Según las fuentes conocedoras de la operación, era necesario replantear el proyecto cuando está a punto de agotarse el plazo de un mes que el Puerto de Barcelona había concedido al gobierno municipal para que el proyecto no entrara en una vía judicial que se podría alargar en el tiempo sin una salida clara para ninguno de los actores involucrados. 

¿Quién financia al Liceu?

Conociendo que el Liceu estaba interesado en nuevos espacios, pero siempre que se pudiera encontrar una vía de financiación externa, el Puerto de Barcelona se puso en contacto con el teatro, cuyo patronato lo preside Salvador Alemany, para explorar una alternativa. Y los inversores se mostraron receptivos a financiar esos espacios dentro del edificio que ha diseñado el arquitecto Toyo Ito. El Liceu manifestaron su interés y la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, comenzó a tejer esa posibilidad.

Vista de los palcos y del patio de butacas del Liceu durante un ensayo / EP

Vista de los palcos y del patio de butacas del Liceu durante un ensayo / EP

La oposición de los comunes al proyecto del Hermitage se había centrado en la propia ubicación del museo, en el Puerto de Barcelona, pero también en la constatación de que era un proyecto foráneo, que no se conectaba, a juicio de la alcaldesa, Ada Colau, con la ciudad. Eso se podría superar ahora, con la incorporación del Liceu, que presenta tres claras premisas: que esos espacios sean, realmente, viables y aprovechables para el teatro operístico, --teniendo en cuenta que la mayoría de centros de ópera disponen de espacios alternativos para preparar desde eventos hasta espectáculos de distinto formato— que no le cueste dinero, porque las finanzas de Liceu se han equilibrado con cierta dificultad, y que, como consecuencia de todo ello, el Patronato lo apruebe.

Un 'hub' cultural

Aunque la operación sigue en el aire, las tres partes, el Puerto, los inversores privados y el Liceu han mostrado su acuerdo en seguir esas negociaciones. Lo que no querían ni Conesa ni Collboni, ni tampoco los propios inversores, es que se judicializara todo el proyecto durante años.

Proyecto del Museu Hermitage en Barcelona / PORT DE BARCELONA

Proyecto del Museu Hermitage en Barcelona / PORT DE BARCELONA

¿En qué están pensando, esas tres partes, además del propio Liceu, a la espera de un sí definitivo del Ayuntamiento de Barcelona? La idea es que se pueda poner en pie una especie de Lincoln Center de Nueva York, adaptado a las características de Barcelona. Se trata un centro en que conviven diferentes instituciones culturales, como la Metropolitan Opera o el Ballet de Nueva York. Las fuentes conocedoras de las conversaciones señalan que se trata de “levantar un proyecto que revitalice culturalmente Barcelona y que sirva de estímulo para otros”.

La presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, ha señalado que esa alianza con el Liceu puede constituir “un gran hub cultural del mar”. Este próximo miércoles el consejo de administración del Puerto de Barcelona tiene la intención de aprobar la iniciativa, pero seguirá condicionada a la concreción del convenio entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Barcelona. También dependerá, como señalan las mismas fuentes, de la luz verde del Patronato del Liceu.