Una familiar llevando a una persona mayor a una residencia no vinculada al caso / EP

Una familiar llevando a una persona mayor a una residencia no vinculada al caso / EP

Vida

Habla la residencia donde murió una anciana: "No podemos obligar a vacunar a los cuidadores"

El geriátrico donde murió la mujer, tras rechazar 17 trabajadores la vacuna del coronavirus, sostiene que "la ley no obliga a inmunizarse y es una decisión voluntaria"

13 mayo, 2021 00:00

"No podemos obligar a nuestros trabajadores a vacunarse". Así se defiende el gestor de la residencia de personas mayores de Girona donde murió una anciana después de que 17 empleados se negaran a inmunizarse contra el Covid-19

Un portavoz de Suara Cooperativa, el grupo que gestiona el geriátrico Pola de Martís de Esponellà (Girona), ha aportado la versión de la empresa, cuya actuación ha sido puesta en conocimiento de la Fiscalía Superior de Cataluña por parte del Defensor del Paciente. Según el grupo de economía social, no pueden obligar a su personal a inmunizarse "porque no hay ninguna ley que obligue a ello". 

"Solo podemos vacunar"

¿No pueden forzar a su plantilla a ponerse una vacuna contra el Covid-19 si trabajan con ancianos? "Hay un debate social y un debate legal. El debate social es uno, pero el legal tiene una conclusión irrebatible: no te pueden obligar a vacunarte porque no hay ninguna ley que lo establezca", ha defendido un representante. 

¿Qué puede hacer Suara para que sus cuidadores se vacunen? "Solo podemos recomendar. Y lo hemos hecho. Hemos recomendado a todos nuestros profesionales que se inmunicen contra la enfermedad, claro", ha afirmado la fuente corporativa. ¿Hubo mala praxis del centro donde murió la anciana? "Entendemos que no. La vacunación de un trabajador no es obligatoria. Y recuerde que hay condicionantes de salud, como la edad o el estado general, que pueden convencer a alguien para rechazar la administración de un fármaco", ha insistido. 

"Cambiar la normativa" como solución

Desde Suara --que opera el centro donde falleció una persona mayor durante un brote de coronavirus, en el que 17 de los 37 cuidadores no se han vacunado--, aseguran que la solución para llenar este vacío legal es un cambio normativo. "Las Administraciones deben modificar la ley. De lo contrario, las residencias no podemos obligar a las plantillas a inmunizarse". 

¿Qué han hecho desde la explosión de casos de Covid-19, que afecta a 16 residentes y cinco empleados? "Estamos en coordinación estrecha con el Departamento catalán de Salud, monitorizando la situación", explican. Subrayan que la residencia "no está intervenida, sino asistida por los servicios de Salud", y rechazan trazar un vínculo entre la no vacunación de casi el 50% de su plantilla y la muerte de la mujer. "La transmisión del virus es incontrolable, jamás sabremos quién y cómo transmitió el patógeno a la víctima", arguyen. 

Directores: "El Govern debió legislar y no lo hizo"

Desde la Asociación Profesional Catalana de Directores de Centro y Servicios de Atención a la Dependencia (Ascad) ponen el foco en otro lugar. "El Govern debió haber legislado para que la vacunación fuera obligatoria para nuevas contrataciones en residencias. Y no lo hicieron porque, quizá, están por otras cosas", avisan. "Es tan sencillo como emitir un decreto o instrucción del Departamento catalán de Trabajo que obligue a los aspirantes a cuidador a vacunarse. Han tenido tiempo, pero no lo han hecho", lamenta Andrés Rueda, su presidente. 

¿Cómo ve Rueda el caso de Girona? "Hay tres factores para controlar el virus y sus nuevas y virulentas cepas. Uno, tienes que montar un dispositivo de vacunación masivo en las residencias para que esté todo el personal inmunizado en dos o tres días. Y no lo está. Dos, la vacunación debe ser situación preferencial en el contrato de los nuevos trabajadores. Y no lo es, aún. Y tres, deben limitarse las salidas de residentes para evitar exposición a las nuevas cepas", ha enumerado Rueda. ¿Y los empleados que ya están dentro, como los de Pola de Martís? "Mucha pedagogía. los que rechazan la vacuna son, a lo sumo, un tres por ciento: mujeres por su condición de embarazadas o cuidadores con síndromes de sensibilidad. Es minoritario", apostilla la misma fuente.