El 17% de las parejas en edad de tener hijos en España tienen problemas para lograrlo. El aumento de los problemas de fertilidad en nuestro país hace que España se sitúe, según datos de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, como el país más activo de Europa en materia de reproducción asistida, por delante de Rusia, Francia y Alemania. Si bien todavía se desconocen algunas de las causas que provocan infertilidad, se ha avanzado mucho en esta materia.
De hecho, un estudio liderado por el Dr. Carlos Simón, profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia y jefe de Endocrinología Reproductiva del Instituto Valenciano de la Infertilidad (IVI) y publicado hace dos años en la revista Reproductive Medicine and Biology, dejaba constancia del impacto del microbioma en la salud y la reproducción femenina. Y es que el tracto reproductivo femenino contiene un microbioma activo compuesto principalmente por bacterias.
Tres de cuatro mujeres sufrirán vulvovaginitis
Alrededor del 75% de las mujeres presentarán un episodio en su vida de vulvovaginitis, y entre el 40 y el 50% de ellas, al menos un segundo episodio. Sin embargo, aún hoy en día muchas no han oído hablar de la vulvovaginitis. “La vulvovaginitis es la inflamación de la mucosa vaginal y de la piel de la vulva. Suele cursar con la aparición de enrojecimiento e inflamación de la piel de la vulva y la mucosa vaginal, así como secreción vaginal anómala, en ocasiones incluso con mal olor. Como consecuencia del enrojecimiento e inflamación, la paciente notará escozor, ardor o incluso dolor”, explica la Dra. Paloma Garbayo, ginecóloga en Anthea Medicina Estética.
Esta infección puede ser la causante de infertilidad femenina. La vulvovaginitis puede ser provocada por distintos agentes infecciosos: bacterias, virus, etcétera. Algunos de ellos no provocan sintomatología clara de vulvovaginitis si la paciente no se da cuenta, pero, sin embargo, pueden colonizar vagina, vulva, cérvix y útero y cambiar las características de la flora”, sostiene el Dr. Carlos Dosouto, ginecólogo especialista en medicina reproductiva en la Fundació Puigvert.
Dificultad en la fecundación y la implantación
“En la flora de las mujeres predomina, sobre todo, el lactobacillus, que algunos agentes modifican. Esta modificación de la flora puede hacer que sea menos favorable para la fertilidad, para el transporte de los gametos y dificulte la fecundación y la implantación del embrión. Bacterias como el mycoplasma o el ureaplasma pueden provocar esto. Por otro lado, hay otras bacterias como son la gonorrea, las trichomonas o las clamidias, que pueden dar infecciones clínicas, de las que la paciente se da cuenta porque siente dolor, tumefacción (hinchazón), picor, etc, aunque es cierto que en contadas ocasiones también pueden ser asintomáticas. Estos agentes sí que pueden lesionar, por ejemplo, el tracto genital, sobre todo a nivel de las trompas de Falopio. Cuando esto afecta a este nivel, sí que claramente puede impactar en la fertilidad porque puede dificultar la implantación o la fecundación”, detalla el Dr. Dosouto.
Otras causas que pueden provocar episodios de vulvovaginitis “son una alergia o una irritación en la zona, ya sea por uso de productos de higiene demasiado agresivos, protectores sanitarios usados de manera continuada o ropa interior sintética que no permite una adecuada transpiración. La disminución en los niveles de estrógenos en la menopausia o situaciones como el postparto o durante los tratamientos con quimioterapia, pueden provocar adelgazamiento (“atrofia”) de la mucosa y favorecer la vulvovaginitis no infecciosa”, confirman desde Anthea Medicina Estética. “Además, es una alteración que también puede aparecer en niñas, en las que se ve favorecida por la anatomía de sus genitales, la menor producción de estrógenos y los diferentes hábitos higiénicos que puede haber a estas edades”, añaden.
Relaciones sexuales dolorosas
Otro escollo a la fertilidad puede ser el dolor en las relaciones sexuales que provoca la vulvovaginitis. “Efectivamente, esta infección puede provocar dolor en las relaciones, sobre todo por un mecanismo de modificación del flujo vaginal y el PH y las características de la lubricación”, confirma el Dr. Carlos Dosouto. “Algunas infecciones, por ejemplo, hacen que el PH pase a ser, en vez de ácido, alcalino, y que las características del flujo sean menos favorables, sea menos lubricante. Además, las vulvovaginitis producen de por sí dolor y molestia en la zona de la mucosa vaginal y vulvar, que esto de por sí esto ya genera más dolor con el roce”, matiza este especialista en reproducción asistida.
¿Tiene solución?
La mejor fórmula para evitar la vulvovaginitis es la prevención. Así lo indica la Dra. Paloma Garbayo. “Debemos evitar agredir los mecanismos de defensa que la vagina posee de forma natural. El uso de jabones muy agresivos, perfumados o con un ph inadecuado pueden alterar el equilibro de la flora vaginal y permitir el crecimiento de microorganismos nocivos. Otros productos que se utilicen en esta zona, como preservativos, lubricantes o hidratantes, deben estar formulados también con un PH adecuado y sin perfumes u otras sustancias que puedan provocar alergias. El exceso de humedad de forma mantenida tampoco es recomendable, ya que favorece el crecimiento de hongos. Por tanto, es recomendable evitar permanecer mucho tiempo con bañadores mojados, así como la ropa interior de fibras sintéticas que impide una adecuada transpiración”.
Si ya hemos contraído la infección, “y es una vulvovaginitis infecciosa, se debe tratar el agente infeccioso y después se recomienda dar probióticos vaginales para que se restablezca la flora original y más favorable y también lubricantes naturales”, describe el doctor de la Fundación Puigvert. Pero, advierte el Dr. Dosouto, “muchas veces hay que dar un tiempo para que la infección no sólo se resuelva, sino para que la flora vaginal y vulvar se restaure. Y esto a veces requiere de días o semanas”.