Sede del Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona, controlado por la ANC / COIB

Sede del Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona, controlado por la ANC / COIB

Vida

El independentismo descalabra el mayor colegio profesional que controla

El Colegio de Enfermería celebra hoy una tensa asamblea que será una enmienda a la totalidad a la gestión de la ANC

28 marzo, 2021 23:07

¿Gestión? No en el corto plazo. El independentismo ha descalabrado el mayor colegio profesional que controla, el Oficial de Enfermería, que hoy celebra una tensa asamblea general en Barcelona que se convertirá en enmienda a la totalidad a la junta de gobierno, una cúpula cercana a la Assemblea Nacional Catalana (ANC). 

Como avanzó este medio, la crisis en el Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona (COIB) arrancó la pasada semana con una cascada de dimisiones en la dirección que preside Paola Galbany, también decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Vic. El equipo de Galbany encajó cuatro ceses. Ya son seis. Ha dimitido el 50% de la junta que ganó las elecciones colegiales en marzo de 2020. 

Sospechas de 'pucherazo'

Precisamente, los comicios al ente colegial que actúa de nodo para los 45.000 enfermeros y enfermeras que trabajan en Cataluña fueron muy cuestionados. La candidatura Infermeres 2020 de Galbany, un satélite de la ANC, se impuso en la cita electoral por un estrecho margen a Som Garantia, lista que encabezaba Marga Esteve, jefa de Enfermería del Hospital de Sant Pau i la Santa Creu de Barcelona. 

El equipo ganador recabó 1.229 sufragios, frente a 1.192 la propuesta de Esteve. Pero es que las elecciones se celebraron entre sospechas de pucherazo. ¿Cuáles? El papel del gerente del Colegio, por ejemplo. O la mejorable custodia de votos por correo, que permanecieron horas en una habitación sin que nadie garantizara su salvaguarda. Todo ello lo ha llevado Som Garantia al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La impugnación aún no ha sido resuelta. 

Pincha la gestión

Mientras la segunda instancia judicial examina los comicios colegiales, el independentismo se ha desfondado con la gestión. No ha sabido gobernar un colegio que es referencia para 45.000 sanitarios de toda Cataluña --la afiliación en las otras tres provincias es menor que en Barcelona, y Galbany es consejera en el Consejo catalán de colegios--. 

La junta indepe se ha centrado "en solo un asunto", denuncian enfermeras de a pie. Esta cuestión es, evidentemente, alimentar el entrismo de la ANC en una estrategia a largo plazo que actúe de acicate de las aspiraciones de secesión catalana. De hecho, el Colegio toleró una campaña interna de afiliación a un sindicato independentista minúsculo: Infermeres de Catalunya, como explicó este medio. Esta plataforma promovió recientemente una huelga en la sanidad catalana. Fracasó

Rebelión

Un año. Esto es lo que ha durado esta gestión monotemática de equipo de Galbany. La presidenta ha visto ahora como se quedaba sin el 50% de su junta, que ha dimitido por diversas razones, aireando su descontento en las redes sociales. La imagen del Colegio se ha hundido en un momento crítico, pues la enfermería catalana está echando el resto con la vacunación masiva contra el Covid-19. Los sanitarios de base están respondiendo. Su colegio, no. 

Así las cosas, en la asamblea general ordinaria que se celebrará hoy en el COIB se espera que los afiliados de a pie lean la cartilla a Galbany y su equipo entrista. Se aguarda incluso a que la dirección del colegio tenga dificultades para aprobar el presupuesto anual. Sobre el tapete también estarán las explicaciones que puedan dar la presidenta y sus fieles sobre la cascada de dimisiones. ¿En el horizonte? Un posible colapso de la institución a medio plazo, alertan voces conocedoras. 

La ANC entra en todo

Todo ello llega en un contexto en el que la ANC había prometido tomar por asalto los colegios profesionales catalanes en el marco de la campaña Eines de País. Ya lo había hecho con la Cámara de Comercio de Barcelona y, más recientemente, lo intentó con la patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec, sin éxito. Ante ello, Sociedad Civil Catalana avanzó que alzaría un muro para garantizar la neutralidad política de los entes de colegiación. Sobre todo los de afiliación obligatoria para poder ejercer. 

Esa es la batalla de fondo. En el COIB, el debate es otro. La gestión del día a día de una entidad de derecho público que debe regir para 45.000 sanitarios, agotados tras más de un año de lucha contra la pandemia. En ese campo, el independentismo y la ANC han pinchado. Han descalabrado el mayor colegio que controlan, por ahora. Todo ello por un objetivo político y soslayando el subyacente: la institución tenía que ser uno de los rompehielos de la lucha contra la enfermedad. Pero se ha centrado en otras cosas.