Las mascarillas KN95 son las más seguras y eficaces, solo superadas por las bolsas de vacío Hepa. Así lo afirma el análisis realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Northwestern, que también determina que la mayor parte de materiales que se usan en la fabricación de mascarillas de origen no médico cumplen su función protectora, especialmente las que tienen una doble capa de tela.
El trabajo de campo, publicado en la revista BMJ Open, ha consistido en exponer los diferentes tipos de máscaras a micropartículas de entre 0,02 y 0,1 micrómetros. Éstas son compatibles, entre otros, con los aerosoles que emitimos al hablar, con la tos, con la respiración fuerte y, por supuesto, con las partículas de Covid-19.
Las mascarillas no son eternas
Para estudiar el comportamiento de los diferentes materiales ante agentes externos, los humedecieron y los sometieron a un ciclo de lavado y limpieza habitual. Esta circunstancia ha permitido determinar que las limpiezas frecuentes acaban dañando los tejidos. Una razón por la cual es necesario cambiar de mascarilla con frecuencia con el fin de estar siempre protegidos.
Para esterilizar las mascarillas el fabricante de desinfectantes Sanytol apuesta por dos métodos, siempre que se trate de modelos reutilizables. El primero consiste en someterla a un ciclo de lavado a temperaturas comprendidas entre los 60º y los 90º. El segundo apuesta por sumergirlas 30 minutos en una solución de 20ml de lejía por 980ml de agua tibia. Una vez trascurrido el tiempo, hay que limpiarlas normalmente con agua y jabón.
La combinación esencial de protección y buena respiración
El estudio también se centró en estudiar el comportamiento de nuestra respiración ante los diferentes tipos de mascarillas y materiales. Durante los últimos meses, la mayoría de ciudadanos han usado diferentes tipos de cubrebocas, desde los de origen médico, a los cosidos, de aspecto más personalizable. Algunas mascarillas de tela y otros materiales como lona o plástico dificultan la respiración, debido a que no tienen una circulación óptima de aire, que si tienen las KN95 o las de uso quirúrgico.
Por ejemplo, los investigadores probaron una protección fabricada con tela vaquera, y a pesar de que filtraba bien las partículas, propiciaba una respiración forzada del usuario. Este hecho la convertía en una “mala mascarilla”, porque para ser eficiente debe combinar la protección y la comodidad en la respiración de quien la lleva.
Las KN95 estarán fuera del mercado en 2021
El próximo 31 de diciembre las mascarillas KN95 dejarán de poderse comprar. La razón principal obedece a que este modelo es de fabricación china, y no dispone de la homologación (CE), necesaria para poder comercializarse en la UE. El pasado 23 de abril el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo emitió una orden que autorizaba la venta de mascarillas y EPIS a pesar de que no contaran con la homologación necesaria.
Lo hizo porque en ese momento no había en el mercado suficiente stock con certificación CE para satisfacer la elevada demanda, pero ya anticipó que “esta autorización tendrá carácter temporal, finalizando su validez en el momento en que se complete la evaluación de conformidad necesaria para poner el marcado CE a dichos productos”. A pesar de que ya no estarán en venta, las personas que ya dispongan de ellas las podrán seguir utilizando con normalidad.