La familia de Julio Muñez Ramonet reclama al Ayuntamiento de Barcelona que devuelva las obras incautadas por la Guardia Civil la semana pasada. Los agentes se hicieron con un alijo de más de 500 pinturas que llevaban varios años desaparecidas --estaban en poder de la familia-- y que teóricamente pertenecen al consistorio, ya que el empresario se las legó al fallecer. No obstante, las hijas y nietos del empresario puntualizan que los cuadros incautados formaban parte de una colección que no fue reclamada expresamente por el gobierno municipal.
Los familiares han hecho público un comunicado en el que informan de que han recurrido la entrada y registro realizada por los agentes y defienden que las piezas inacautadas "no pertenecen al legado en favor de la Fundación Muñoz Ramonet, según el auto del 22 de octubre de 2018 emitido por el Juez de 1ª Instancia de Barcelona". No obstante, cabe recordar que estas no son las primeras obras que se les incautan. Ya fueron intervenidos dos valiosos cuadros --La aparición de la Virgen del Pilar, de Goya, y La anunciación, de El Greco-- cuando estaban a punto de ser comercializados. Tras un largo litigio, fueron adjudicados a la ciudad y están depositados en el MNAC.
Querellados desde 2014
La incautación es el resultado de la querella criminal que el ayuntamiento interpuso el 18 de marzo de 2014 por apropiación indebida contra las cuatro hijas de Muñoz Ramonet, después de constatar la sustracción de gran parte de las obras. La querella tenía una segunda parte por estafa procesal, ya que las hermanas habían presentado como prueba un documento falso con la intención de llevar a error al juez, según explicó en su momento el abogado de la fundación, Marc Molins.
Como respuesta, se adoptaron medidas cautelares. Se pidió a las casas de subastas abstenerse de comercializar cualquiera de las 853 obras que formaban parte de la colección y obligó a las cuatro hermanas a declarar, aunque ellas se acogieron a su derecho a no hacerlo. También fijó para septiembre de 2016 una declaración de testigos. Una de ellas fue Lori Gross, la especialista americana que asesoró a la familia en el traslado de 325 obras de la colección en octubre de 1991, que viajaron en dos tráileres desde Barcelona a Madrid. Actualmente existe una causa abierta por ello en el Juzgado de Instrucción 29 de Barcelona, que ordenó las entradas y registros después de que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil descubriera los lugares donde estaban.
Un inventario en disputa
La familia de Muñoz Ramonet esgrime como argumento que las obras que no se entregaron en 2013 formaban parte de un inventario de 1971 que, en sus palabras, lel ayuntamiento "no había identificado en su demanda". Es por esto que, en opinión de los familiares, "no existe ninguna resolución judicial que determine que las obras intervenidas por la Guardia Civil formen parte del legado otorgado por D. Julio Muñoz Ramonet". Además, acusan al consistorio de "revelar el contenido de unas diligencias secretas" y comunicar información de forma "precipitada y errónea".
"Ninguna de las obras que ahora dice la Fundación que pertenecen al legado ha sido reclamada de forma concreta e individualizada por la Fundación en la demanda que interpuso contra las herederas", sentencian las hijas del empresario.
Ni ocultas ni escondidas
Pese a que en el último registro se constató que algunas de las piezas tenían graves desperfectos y daños por su mala conservación --la mayoría estaban escondidas en domicilios y en locales sin condiciones para su mantenimiento--, las hijas y nietos de Muñoz Ramonet defienden que las piezas "no estaban ni ocultas ni escondidas".
"Las obras intervenidas se encontraban depositadas en España en dos almacenes especializados, a nombre de sociedades familiares y en sus domicilios particulares. Nada estaba escondido y todo pertenece a la intimidad familiar que el Ayuntamiento no ha respetado", han puntualizado los familiares.