Así son las mascarillas ecológicas 'made in Spain' que se reciclan como abono
Una empresa gallega fabrica tapabocas biodegradables confeccionados con un tejido 100% vegetal que respeta el medio ambiente
16 septiembre, 2020 00:00La emergencia sanitaria ha propiciado que todo lo demás quede en un segundo plano y que la prioridad sea acabar con un virus que, lamentablemente, sigue campando a sus anchas entre nosotros. Una de las primeras medidas de contención para evitar los contagios es usar mascarilla en todo momento, además de mantener la distancia de seguridad, evitar en la medida de lo posible los contactos directos con otras personas, aunque sean amigos y familiares, y mantener una higiene correcta, especialmente de manos.
Todos estos detalles ya forman parte del día a día de toda la población, sin embargo, también ha traído un lado negativo del que habría que ocuparse. Las mascarillas son perjudiciales para el medio ambiente. De hecho, según datos de la ONG WWF, las mascarillas higiénicas tardan más de 100 años en desintegrarse (llegando en algunos casos a los 400 años), lo que supone un gran problema en términos de sostenibilidad teniendo en cuenta la cantidad de mascarillas desechables que se utilizan cada día, de manera obligatoria, a causa del Covid-19.
Mascarillas ecológicas
Cada iniciativa suma y aunque entre todos se puede conseguir que la contaminación de estas mascarillas sea lo menor posible (con un correcto reciclaje de las mismas), también hay otros pasos que se pueden dar para que este producto de higiene sea respetuoso con el medio ambiente. Es el caso de un taller de Galicia, Gerifarma, ubicado en Cabana de Bergantiños, en la provincia de A Coruña, donde están fabricando mascarillas biodegradables, ecológicas y sostenibles.
Esto se consigue gracias a que se fabricante con tejidos 100% vegetales, son capaces de proteger contra el coronavirus y, una vez que se desechan, se pueden convertir en abono para la tierra. Estas mascarillas son de tela y cuentan con la certificación UNE 0065. Se recomienda no utilizarlas más de seis veces y, tras esta vida útil, desecharla de manera correcta para que se puedan convertir en abono. Hay modelos para niños y para adultos y se pueden encontrar fácilmente en farmacias de la zona, pero también por internet.
De la tierra a la tierra
Las impulsoras de la empresa son las hermanas Cristina y María Giraldo, que se muestran orgullosas de su iniciativa. "Las mascarillas salen de la tierra y vuelven a la tierra", indican a los medios.
La idea surgió durante los primeros días del estado de alarma. Ante la dificultad para encontrar tapabocas, decidieron fabricarlas ellas mismas. Y, a partir de ahí, han logrado introducir en el mercado un producto autóctono y diferenciado del resto.
No desecharlas en la calle
Aunque lo ideal es que todo el mundo utilizara este tipo de mascarillas sostenibles y biodegradables, lo cierto es que es de entender que cada persona utilizará un tipo de protección diferente, por lo que lo importante es ser responsable, tener conciencia social y tratarlas de la manera más adecuada para evitar que el impacto al medio ambiente sea mayor. Por eso, hay una serie de recomendaciones y consejos que pueden ayudar a cuidar lo máximo posible el mundo.
Lo primero, por supuesto, pasa por no tirarlas a la calle, ya que esto además de un problema medioambiental se transforma en un problema sanitario. También se debe optar por mascarillas que se puedan reutilizar. Las quirúrgicas son muy baratas pero, además de que no protege a quien la lleva, son de un solo uso, por lo que su impacto es mayor. Lo ideal sería utilizar la misma pieza el máximo posible de veces que permita su etiquetado, sin excederlo para que no pierdan protección.
Cortar las gomas
Para ayudar al medio ambiente a la vez que se protege la seguridad de las personas, es interesante que se desechen en los contenedores adecuados y cortar previamente las gomas de las asas que van en las orejas, para favorecer su reciclaje y evitar que algún animal pueda quedar enganchado en ellas en caso de que accedieran a una de estas mascarillas ya desechadas. A la hora de elegir una mascarilla, además de la protección que ofrezcan, sería importante mirar si tienen químicos y optar por aquellas que no los contengan.
En una planta de reciclado, con el tratamiento adecuado, estas mascarillas pueden tardar en desintegrarse en torno a seis meses, mientras que si se descartan en la naturaleza y no se reciclan la descomposición tardará cientos de años. Cuidar al medio ambiente es una prioridad y una emergencia para el planeta y aunque ahora lo más importante es acabar con los contagios de este virus que ha provocado una pandemia, no hay que olvidar que siempre hay una forma de hacer las cosas del modo correcto o, al menos, del modo que haga menos daño.