Los ambulatorios catalanes están pagando el pato de los rebrotes del coronavirus en Cataluña. Los Centros de Atención Primaria (CAP), unos 400 en toda la autonomía, son el sector más tensionado por el repunte de contagios en zonas como Barcelona y su conurbación y Lleida. Los sanitarios de este nivel asistencial son los que hacen el seguimiento de contactos de positivos, y no es fácil. "Cada positivo puede tener hasta 100 contactos a los que hay que llamar", lamentan los trabajadores.
Lo verbaliza así, por ejemplo, Mariano Hidalgo, de Catac-Primaria. "El ambulatorio tal y como lo conocíamos ha cambiado. Ha bajado la atención presencial y hacemos mucha telefónica. Ahora, con los rebrotes, además, tenemos que hacer el seguimiento de contactos de los positivos", lamenta el profesional. ¿Qué ocurre? "El Instituto Catalán de la Salud (ICS) copa el 80-85% de la primaria en Cataluña. Pues bien, perdió un 20% de personal con los recortes. Hemos recuperado algo, pero nos sigue faltando cerca de un 5% de plantilla. Faltan 1.000 personas", valora. Este millar de sanitarios son ahora esenciales por dos motivos: para hacer el seguimiento de contactos cuando llega un paciente con síntomas de Covid-19 y porque un tercio de la plantilla está de vacaciones. "Nos dijeron que debíamos cogerlas en julio y agosto en previsión del rebrote de otoño", recuerda Hidalgo.
"El rastreo de Ferrovial fue un fiasco"
Comparte su opinión Francisco Alguacil, médico jubilado y activista de Rebelión Primaria. "La atención primaria está cambiando. El sistema de rastreo externalizado a Ferrovial ha sido un fiasco, y ahora lo quieren cargar también sobre este nivel asistencial". Hay un problema. "Los profesionales están muy desorientados y fatigados. Se esperaba el rebrote de coronavirus en otoño y ha llegado en julio. Así que mucha gente está de vacaciones y los que quedan tienen que hacerlo todo: las agendas de visitas, seguimiento de crónicos y el rastreo de contactos de los Covid-19 positivos", ilustra el facultativo. "Sin olvidar que tenemos a personal que aún está de baja porque pasó la infección y tiene secuelas", recuerda Alguacil.
Una compañera suya, sanitaria aún en activo, está de acuerdo. "El estudio de contactos que se externalizó [a Ferroser-Ferrovial] nos ha caído a nosotros. Pese a ello, hasta el domingo introducíamos los datos de un posible positivo y no recibíamos ningún feedback de Salud Pública. Hice una encuesta interna con mis contactos. Solo un 13-14% admitió haber recibido apoyo", explica. Hay más. "El trabajo aportó poco y, en el caso de los scouts, las llamadas se demoraron hasta cinco días. Nosotros las hacíamos en un máximo de 48 horas", agrega la sanitaria. ¿Y los test? "En otras comunidades, como Navarra o Andalucía, se testó a todos los contactos de un positivo. En Sevilla hay hasta mil pruebas por un contagio en una discoteca. Aquí la decisión fue hacer vigilancia pasiva --recomendar cuarentenas--", lamenta la misma fuente.
Refuerzo de Salud
En este contexto, el nuevo secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, anunció ayer un electroshock al sistema de seguimiento de casos en Cataluña. Los teleoperadores de Ferroser-Ferrovial (ahora hay 120) se mantendrán y se ampliarán hasta 900. Les apoyarán 500 gestores Covid, administrativos externos que se pegarán a cada ambulatorio para montar las agendas de los contactos de positivos. En paralelo, el Sistema de Urgencias de Vigilancia Epidemiológica (SUVEC) se ha reforzado con 144 epidemiólogos y másteres en Salud Pública. Es un nuevo sistema escalable por si los rebrotes empeoran o surgen nuevos focos en Cataluña.
¿Funcionará? "Todo refuerzo es bienvenido, pero seguirá faltando personal. ¿Y cuando llegue la gripe y coincidan Covid y la epidemia estacional en otoño? Será una locura, porque cualquier fiebre de un niño tendrá que pasar por el circuito Covid del CAP", avanza Hidalgo."No son 500 refuerzos. Los agentes Covid son el personal de refuerzo que venía a sustituirnos para las vacaciones. No han contratado a nadie nuevo", alertan desde Rebelión Primaria. "Llegará tarde. Al no haber trazado a los asintomáticos y no haberles hecho test, no se sabe quién está transmitiendo el virus. El refuerzo llega tarde", insisten desde esta plataforma.
"No se planificó el rebrote"
Donde aún se puede llegar a tiempo es en el CAP Garrotxa. Esta comarca gerundense presenta muy pocos nuevos contagios, pero en el ambulatorio de Olot (Girona) están preocupados por el rebrote que ha habido en Figueres y entorno. "De momento hay pocos positivos. Hacemos unos 50 PCR a la semana, los cuales resultaron en nueve confirmaciones la semana pasada y en 16 la anterior. Los contagios bajan", explica uno de sus profesionales. Como en el resto de ambulatorios, el seguimiento de positivos recae sobre la primaria. "Piense que en las etapas iniciales y finales de una epidemia, el rastreo y cuarentena de los contactos de un positivo son fundamentales. Es la situación que tenemos ahora: hay que localizar, testar y aislar para evitar que haya contagio comunitario", explican.
¿Lo han logrado? "En esta zona sí, pero en otras, no. En Lleida y Barcelona es evidente que el rastreo no funcionó", valora el mismo facultativo. El galeno lamenta que cuando le "viene" un paciente con síntomas, lo introduce en el sistema, lo codifica como Covid y se le abre una pestaña, " solo caben cinco convivientes del núcleo familiar. Antes eran cuatro", detalla. Una vez rellenados estos campos, el médico llama a las personas una a una. "Es desconcertante porque, en teoría, la información del aplicativo se envía a Salud Pública. Pero nadie sabe si alguien acaba llamando o no. Es por ello que lo acabo haciendo yo personalmente", apostilla el mismo médico.
"Salgo llorando del CAP"
También hay paz (relativa) en los hospitales. En este nivel asistencial fue donde se libró la primera de las batallas contra el Covid-19 en primavera. Ahora, con un alto porcentaje de contagios asintomáticos --hasta el 45%, según Argimon--, los casos graves son escasos. ¿Ejemplos? El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, Can Ruti, que abrió nueve UCI extra durante el primer pico de la pandemia, presentaba ayer solo 14 hospitalizados y dos ingresados con Covid-19 en vigilancia intensiva, según médicos del centro. La presión no está en los hospitales.
La pandemia ha golpeado ahora otra parte del sistema sanitario que nadie --o pocos-- preveyeron que tuviera que arrimar el hombro: la atención primaria. De hecho, durante el primer envite del virus en primavera, Salud llegó a cerrar ambulatorios para concentrar recursos en los hospitales. Ahora, el combate se libra aquí. "Hoy he doblado en el CAP. Me han pedido nada más llegar doblar para cubrir la baja de una compañera. He estado en urgencias en ambos turnos. Me han apuntado en total 120 pacientes entre presenciales (casi 80), 9T y 9E. Ha habido 20 visitas no presenciales que no he podido hacer por falta física de tiempo, he salido a las 21:15 y me he puesto a llorar al llegar a casa", explica una sanitaria a este medio. "Esto es inhumano. Y teniendo que improvisar sobre protocolo de rastreo de contactos. No sé que decirles ya porque no sé que se está haciendo realmente", concluye desolada.