Menores paseando con sus padres en Barcelona en el segundo día de desescalada para los niños / EUROPA PRESS

Menores paseando con sus padres en Barcelona en el segundo día de desescalada para los niños / EUROPA PRESS

Vida

Un estudio de la UB prevé una reducción de contagios en primavera y plantea la desescalada por zonas

La investigación apunta que la propagación es más rápida en aquellas áreas en las que se concentran volumen elevados de población y en zonas frías y secas

28 abril, 2020 17:34

El aumento de las temperaturas y la humedad durante la primavera puede ayudar a frenar la propagación del coronavirus en un escenario de desescalada de la reclusión. Así lo constata un estudio del Grupo de Investigación de Análisis Cuantitativo Regional (AQR) de la Universidad de Barcelona (UB), que contempla los factores locales de Cataluña para tratar de predecir el comportamiento de la pandemia.

“Teniendo en cuenta que habría que esperar un aumento de las temperaturas alrededor de 2°C durante el mes de abril en relación a marzo y de unos 4°C durante el mes de mayo en relación a abril, este factor podría ayudar a contener la expansión del coronavirus durante el periodo de desconfinamiento”, señala el documento, que por otra parte apunta a que con la entrada del verano la humedad disminuirá.

Reducción de la transmisión

El AQR parte de estudios previos que señalan que la temperatura y la humedad afectan a la velocidad de transmisión del coronavirus y que, cabría esperar, un aumento de estas ligado a la entrada de la primavera en el hemisferio norte podría reducir la transmisión y la propagación.

Por otro lado, el equipo de investigación también considera que las zonas geográficas de Cataluña en las que se concentra un mayor número de habitantes presentan una transmisión más rápida. “Como ya se sabe, la población de Cataluña no se distribuye de manera uniforme a lo largo del territorio, sino más bien al contrario, tiende a concentrarse en núcleos especialmente poblado”, apunta el texto.

Este último aspecto, apunta el AQR, “puede ser particularmente importante tanto para el seguimiento de posibles olas futuras de la epidemia, como para la organización del desconfinamiento de la población”.