El mantra de que la sanidad española es la mejor del mundo y “está en la vanguardia en la lucha contra el coronavirus”, según el presidente Pedro Sánchez, se cae en pedazos. Los rankings que manejan gobernantes y patriotas para calificarla de estupenda se basan en que es universal, gratuita, dispone de personal de primer nivel y una insuperable esperanza media de vida. Otros parámetros lo ponen en duda.
El aumento de la esperanza de vida a partir de los 65 años, junto al sistema de atención primaria y el trabajo de médicos de familia y personal de enfermería, son decisivos en el reciente estudio de Bloomberg, que sitúa a España en el tercer puesto mundial, tras Japón y Singapur. Algo similar hace el Índice de Competitividad Global 2019 del Foro Económico Mundial, que prima en su sobresaliente la “esperanza de vida saludable”.
Recortes y más recortes
La OMS coloca en el séptimo lugar de un total de 190 países al sistema sanitario público de España, tras Italia, San Marino, Andorra, Singapur y Malta. También destaca “la esperanza de vida más elevada de todos los estados de la UE”, la universalidad y el acceso gratuito y cercano a muchos servicios médicos y básicos. El organismo calcula que el gasto real en sanidad en España es de 3.000 euros por habitante al año. El Ministerio de Sanidad lo concreta: 74.000 millones de euros en la sanidad pública y 31.000 millones en la privada.
Pero Francia gasta 4.900 euros per cápita y Alemania 6.000 (un 49% y un 81% más, respectivamente). Según datos de la OCDE, España ha recortado 7.600 millones de euros desde 2009, mientras Francia, Reino Unido y Alemania han aumentado el gasto e incrementado las distancias. Antes de la crisis, España gastaba casi el 7% de su PIB, el año pasado el 6,2%. Por si fuera poco, en el programa de Estabilidad para 2019-2020, que el Gobierno remitió a la Comisión Europea el pasado mayo, el porcentaje del PIB se rebaja dos puntos, unos 1.200 millones menos.
Personal de primer nivel
Una de las fortalezas del sistema es la excelente formación de sus profesionales sanitarios, con el prestigioso método MIR. Además, los profesionales son seleccionados entre el universo estudiantil con una nota mínima de notable en el acceso a las facultades. Los estudiantes aseguran en las encuestas que el motivo predominante para elegir esta carrera es la vocación.
Miles de médicos y enfermeros son contratados cada año en los servicios sanitarios europeos, especialmente del Reino Unido, Francia y Alemania. El año pasado, 2.500 médicos solicitaron un certificado de idoneidad para irse al extranjero, un 16% más que en 2018, según los datos de la Organización Médica Colegial (OMC). Actualmente, 8.000 enfermeras trabajan en otros países. Se los rifan.
Suspensos y “variación regional”
Pero la clasificación baja cuando se incluye la gestión de los centros, las listas de espera o la atención bucodental, donde España obtiene sonoros suspensos. En el último Informe de Euro Health Comsumer Index, una organización sueca colaboradora de la Comisión Europea, queda en el puesto número 18 de 35 países analizados. El estudio rebaja también la nota por la “enorme variación regional”.
Esta variación muestra una escasa cohesión del sistema con 15 administraciones con competencias plenas. Impide, por ejemplo, una central de compras coordinada y que abarataría costes de equipos y medicamentos, como ha ocurrido con el coronavirus. O la existencia de una tarjeta sanitaria única válida para todo el Estado y el acceso a historiales médicos desde otra autonomía.
Efectivos contra el virus
Según el recuento del Ministerio de Sanidad, con la pandemia en marcha, el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene 147. 000 médicos, 182.000 enfermeros y otros 317.000 profesionales sanitarios ejerciendo en la Atención Primaria. Mil facultativos, 2.000 enfermeros y otros 20.000 profesionales más que en diciembre.
Estos efectivos completan con 466 hospitales, 112.000 camas, 18.000 puestos de hospital de día, y 281 centros, servicios y unidades de referencia (CSUR).
Desbordamiento endémico
La comparación con países europeos nos aleja del pódium. España tiene 30 sanitarios por cada 1.000 habitantes, frente a 32 Italia, 60 el Reino Unido y Francia y 71 Alemania. Las diferencias son abismales en enfermería: no llegan a 6 por 1.000 habitantes, frente a 11 en Francia y 13 en Alemania. El personal sanitario ya estaba desbordado antes de llegar el coronavirus.
En camas y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), más de lo mismo. Francia tiene un 22% más, Italia un 33% y Alemania un 200%. Estos indicadores derriban del mito del mejor sistema sanitario del mundo.