Situación crítica en las residencias de ancianos de Cataluña. En Barcelona algunas ya han pedido ayuda al Ejército ante la falta de apoyo del Govern. De hecho, el consistorio de la capital catalana ha reclamado a la Generalitat "un plan de actuación urgente" porque en buena parte de estos centros hay casos de coronavirus. Y es que, según señala el doctor Josep Maria Via, la falta de médicos hace que estén en “riesgo extremo” ante la pandemia.
Via, asesor de la Fundación Edad&Vida, que fue directivo del Institut Català de la Salut y del Servei Català de la Salut entre 1984 y 1994, sostiene que la situación actual es muy difícil por la falta de profesionales sanitarios en las residencias. “Lo primero, ante determinados síntomas es diagnosticar y, en función del estado del paciente, valorar si se debe derivar o no a un hospital, teniendo en cuenta que están colapsados, y que el número de respiradores es limitado”.
Aislamiento en las residencias
Otra de las dificultades, apunta el especialista, es el aislamiento de los ancianos afectados en los propios centros. “En una misma residencia habrá infectados y sanos y hay que tener mucha precaución, pero los gerocultores no tienen la responsabilidad del diagnóstico, que solo corresponde a los médicos”, subraya Via.
Las residencias que dependen de servicios sociales, en su origen, fueron concebidas como un sustituto del hogar, y no como un centro sanitario, pero, hoy en día, por la alta tasa de envejecimiento --y esperanza de vida--, los residentes, por su estado, precisan de atención médica. “En Cataluña, el 20% del total de 50.000 plazas son de residencias con menos de 25 camas donde no hay personal sanitario”, detalla el doctor, donde “no hay posibilidad de aislar a los infectados”.
Bajas entre la plantilla
“Que nadie olvide que más del 85% de afectados por el virus lo supera como un resfriado o incluso sin síntomas, pero queda el 15% restante, y muchos de ellos son personas mayores, ingresados en residencias”, apunta Via, “y lo que no puede ser es que en el centro no haya oxígeno, ni los medicamentos básicos para que el paciente no sufra. Hablamos de fármacos que no se venden en farmacias, ni están a disposición de residencias sociales, sino que solo se dispensan en hospitales”.
Otro de los problemas principales es el gran número de bajas entre el personal de estos centros. “Muchos de ellos están con la mitad de la plantilla porque se han infectado. Hacen falta manos para mover a las personas mayores, darles de comer, lavarles. En definitiva, atenderles”, subraya este médico.
Personal de atención primaria
La falta de personal médico es un problema estructural, pero ante esta situación de emergencia sanitaria, el Dr. Via aboga por derivar a todos aquellos profesionales de los Centros de Atención Primaria (CAP) del sistema público que ya no presentan consultas presenciales. “Puede que no sea una propuesta óptima, pero ante esta situación, si en el CAP hay 15 sanitarios, puede quedar allí parte de la plantilla, y el resto atender en residencias”.
“Si el estado de alarma permite poner al servicio de los enfermos centros privados, ¿por qué no derivar a profesionales de la sanidad pública para atender a pacientes en residencias?”, se pregunta Via.