Cataluña ya no publica los datos de personas dependientes. La Generalitat lleva ocho meses, desde diciembre de 2018, sin actualizar el registro de ciudadanos beneficiarios de algun tipo de cobertura en virtud de la ley 39/2006 de atención a la dependencia. Los directores de centros geriátricos y de cuidado a este colectivo aseguran que ello es "porque quiere esconder cifras pésimas".
Preguntado por la cuestión, el Departamento catalán de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, que comanda Chakir el Homrani (ERC), no ha contestado a los requerimientos informativos de este medio. A fecha de miércoles, 31 de julio, el portal web de la Consejería mostraba un déficit de actualización [ver aquí] desde diciembre de 2018. Ello quiere decir que el Gobierno catalán no ha publicado la actualización del primer y segundo trimestre de 2019. Estos datos son importantes en la medida en la que muestran la evolución de la cobertura con plazas residenciales, cuidadores no profesionales y prestaciones económicas vinculadas (PEV), pero también el limbo estadístico, esto es, la diferencia entre los datos que publica el Imserso y el Departamento.
"No dan las cifras porque son horribles"
Una de las entidades que ha pedido las cifras de atendidos por la ley de dependencia en Cataluña es Ascad, la Asociación Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia Gerontológica. En conversación con este medio, su presidente, Andrés Rueda, ha subrayado que el Gobierno catalán "solía hacer una actualización permanente de la información". ¿Por qué no sigue con ello? "Porque los datos son malos. Porque la comunidad autónoma se confirma como farolillo rojo en el número de ciudadanos atendidos por la cuarta pata del Estado del bienestar, con un índice de desatención del 31,78%, treinta puntos más que Castilla y León", valora Rueda. Recuerda el directivo que la región, junto a Canarias, La Rioja, Andalucía y Cantabria, es una de las cinco que queda por debajo de la media nacional. "El Govern suele decir que está infrafinanciado. ¿No lo están otras autonomías que están mucho mejor que nosotros en dependendencia?", se pregunta.
En su opinión, el Ejecutivo autonómico está escondiendo que "los datos son cada vez peores" y que la dependencia "no es una prioridad política para este gobierno". Cree Rueda que el Departamento de Chakir el Homrani "está desbordado" por otros temas, como los menores extranjeros no acompañados (MENAs). Prueba de ello, sostiene, es que el conseller no se molestó en recibir a los organizadores de la manifestación que protestaba por el "abandono" del sector que practicaría el equipo de Quim Torra y que tuvo lugar el 25 de julio. "El consejero encontró tiempo para hablar con la prensa, pero no con un sector en pie de guerra", critica el profesional.
Crece la mitad que la media nacional
Los datos que sí están disponibles son los del Imserso. El Instituto de Mayores y Servicios Sociales publicó en junio que los servicios sociales han gestionado con éxito 160.390 peticiones de ayuda a un dependiente en Cataluña. La cifra es la más alta desde 2012, pero es solo 20.000 personas superior (+14,95%) a la anotada en marzo de 2013 (139.531), antes de que cayeran de forma importante los atendidos por los recortes del Govern (126.450 a diciembre de 2015, -9,37%). El guarismo a nivel nacional al cierre del segundo semestre del año era de 1.083.329 ciudadanos atendidos satisfactoriamente, un 30,18% más que en marzo de 2013. Por lo tanto, en el mismo periodo, la media nacional de personas que han recibido una prestación económica, una plaza en una residencia o un servicio de cuidador ha crecido el doble en el resto de España que en la autonomía catalana.
En un modelo que Ascad ve "deficiente", los servicios de atención a la dependencia catalanes habían concedido una plaza de residencia a 28.973 personas a diciembre de 2018, los últimos datos disponibles. La cifra aumentó ligeramente (+2,36%) con respecto a septiembre del mismo año (28.289). Por contra, las asignaciones de cuidadores no profesionales se estancaron (+0,56%) en 89.527 a final de año, una tendencia que se notó también en las prestaciones económicas vinculadas (PEV), que crecieron solo un 0,01% de septiembre a diciembre.