¿Criminalizar el plástico es la solución?
Balance de una semana sin plástico: aunque tanto ecologistas como empresas coinciden en que los residuos que produce este material son un problema global, cuesta mucho menos de reciclar que el papel
7 junio, 2019 00:00Para los que todavía no se hayan enterado: mañana acaba la semana sin plástico. Todo empezó con un mensaje de Facebook de la plataforma Zero Waste España el pasado fin de semana. Con motivo del la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) organizado por la ONU, proponían una semana (del 3 al 9 de junio) de boicot a todos los alimentos envueltos en plástico con el objetivo de provocar a las empresas de alimentación a buscar alternativas. El objetivo: “Hacer suficiente pupa económica para que las empresas reaccionen”. El texto concluía así: “Si estás de acuerdo con la idea, por favor, difúndela”, y unos segundos después publicaron un vídeo por Twitter. “Se viralizó al instante”, dice Xènia Elias, fundadora de Zero Waste Bcn. A esto ayudó que algunos nombres del panorama cultural, entre los que destaca Juan Antonio Bayona, dieran apoyo a la idea por la red social del pajarito.
Una semana sin plástico para salvar el Planeta. Del 3 al 9 de Junio #boicotalplastico2019 pic.twitter.com/NQrirESVxs
— JA Bayona (@FilmBayona) 2 de junio de 2019
“Está claro que en una semana no se consigue mucho, pero el plan es visibilizar el problema”, señala Irina Arsova, también de Zero Waste Bcn. Alba García, responsable de la campaña de plástico de Greenpeace España, organización que secunda abiertamente la iniciativa, explica que “en España, pese a lo que se cuenta, solo se recicla el 25,4% del plástico que se consume”. Añade que “aunque siempre se nos dice que es por la irresponsabilidad de la sociedad, gran parte de la culpa la tienen las empresas, que a menudo no dan otra alternativa al consumidor”. Tal como indica la ONG Ecologistas en Acción, cada bolsa hecha con este material se usa una media de 12 minutos, y pocas veces se tiene en cuenta que pueden tardar hasta 500 años en degradarse. Apuntan también que cada español utiliza 133 bolsas al año de media. Greenpeace ya llevó a cabo unas jornadas por varias ciudades de España el pasado mes de marzo con el “objetivo de que las grandes compañías busquen envases reutilizables para poner fin al usar y tirar”, dice la Alba García.
El punto de vista de la industria
Fabià Asensi, director técnico de la empresa Incoplás, dedicada a la fabricación de bolsas de polímero de un solo uso, explica que ya hace mucho tiempo que notan la inquietud de la gente. “La iniciativa de esta semana que plantean los ecologistas --dice Asensi-- no hace más que visibilizar que a nivel global tenemos un problema que se debe, más que al plástico en sí, a la contaminación que genera la falta de reciclaje. Para darse cuenta, uno no tiene que hacer más que mirar los residuos marinos. Lo que han hecho desde Zero Waste es muy importante para presionar a nivel de Gobierno, pero no le veo demasiado sentido en el plano empresarial”. Desde Incoplás no pueden asegurar que la iniciativa de la semana sin plástico haya tenido alguna consecuencia en su volumen de ventas, porque, según explica Asensi, “lo que se consume hoy lo vendimos quizá hace seis meses”. De cualquier manera, trata de quitarle hierro al asunto. Añade: “Se está criminalizando el plástico sin tener en cuenta una serie de consideraciones, como que hay productos que necesitan embalarse con este material, y no con papel o cartón. Estoy hablando, por ejemplo, de las pastillas u otros productos farmacéuticos, que no pueden estar en contacto con nada orgánico y requieren un producto inocuo”. Arguye que el papel no es la solución definitiva al problema de los residuos. “Papel implica talar árboles, bosques. No sé si estás al corriente de la deforestación de los Cárpatos por la extracción ilegal de madera… Y las bolsas de tela tampoco acaban con el problema de la contaminación, porque en su producción se emite mucho CO2 a la atmósfera”.
Apunta asimismo que el polímero es mucho más fácil de reciclar que el papel. “A temperaturas de 200 grados nuestro producto se transforma otra vez en materia prima que está lista para volver a ser utilizada. Esto no se puede hacer con el papel, cuyo proceso de reciclaje requiere de productos químicos”. Cuenta que, asesorados por Ecoembes, su empresa ha llevado a cabo un estudio para averiguar dónde acaban los productos de un solo uso que generan. “Hemos entrado en contacto con todos los puntos por los que pasa una bolsa y hemos visto que al final la mayoría acaban convirtiéndose otra vez en bolsas de plástico en un supermercado o tuberías agrícolas”.
Algunas propuestas
Asensi insiste en que la solución es avanzar en el reciclaje. Señala que el Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, sobre reducción del consumo de bolsas de plástico es muy importante en este sentido. “Desde la Unión Europea también se fomenta mucho el reciclaje, pero es verdad que todavía hay camino por hacer”.
Por el momento, además de la constante insistencia en la importancia de reciclar a la que también apelan las asociaciones ecologistas, tanto Zero Waste como Greenpeace han aprovechado la movilización de esta semana para recordar algunas maneras de reducir el consumo de este material. Las propuestas van desde llevar una bolsa reutilizable, carrito o mochila para hacer la compra, hasta tratar de comprar más productos a granel.