Identificadas. La Guardia Urbana de Barcelona cazó ayer a cuatro empleadas del Ayuntamiento de Barcelona dando chivatazos a los manteros en dos operativos contra la venta ambulante. El cuerpo municipal de seguridad, los Mossos d'Esquadra y la Policía Portuaria tuvieron que abortar dos operativos contra la distribución ilegal de productos falsificados en la calle tras alertar cuatro trabajadoras sociales a los vendedores, según ha denunciado un agente. El incidente confirmaría lo denunciado anteriormente por los sindicatos policiales y por el PP: que el gobierno local de Barcelona en Comú (BComú) advierte de los operativos a las personas que venden en la manta.
Según el testimonio de un efectivo de la Guardia Urbana que trabajó ayer y que participó en las dos intervenciones frustradas, los operativos se montaron junto con el Área Regional de Recursos Operativos (Arro) de los Mossos d'Esquadra y la Policía Portuaria. El objetivo: la zona del Monumento a Colón, un área de la ciudad en la que los vendedores del top manta se han hecho fuertes. "Salimos como siempre, pero cuando nos dirigimos a Colón nos dan aviso de que se están levantando. Es extraño, pero ya ha pasado en otras ocasiones. Les llega la información antes. Se anula el servicio y se repite la operación pero en la parte de la plaza de Cataluña, en la zona de la tienda Apple en la zona del subsuelo", ha explicado el agente.
Identificadas cuatro trabajadoras municipales
"Los compañeros informan de que en la zona de plaza de Cataluña había un par de mujeres, nacionales, que iban acompañando a los manteros y les iban advirtiendo antes de que llegáramos. A medida que hablaban con ellos, los vendedores se marchaban. Aquello ya era el colofón. ¿Dos chivatazos en un día? Pues estaba el grupo de información y las han identificado", ha indicado la misma fuente. ¿Quién eran estas ciudadanas? "Cuando se las ha identificado, las mujeres han dicho que eran trabajadoras de los servicios sociales municipales realizando una labor psicosocial con la gente que vende en la manta. Y han dicho que las dos mujeres de Colón, las de la primera intervención, también lo eran. En otras palabras, que son ellas las que levantan la liebre cuando hay operativos", ha señalado la misma fuente, que prefiere permanecer en el anonimato.
Manteros en la plaza de Cataluña, donde se habría producido el 'chivatazo' de las empleadas municipales / CG
Según el efectivo, "resulta curioso que el señor [Amadeu] Recasens, el comisionado municipal de Seguridad, y la propia alcaldesa echen balones fuera intentando que la Generalitat de Cataluña se implique en la lucha contra la venta ambulante. Y luego es la señora Colau la que está poniendo recursos para mantener la propia venta en la calle. Por un lado, realizan una falsa integración social. Por el otro, desactivan las operaciones policiales", ha lamentado el policía. "Si se dedican a advertir a los manteros, las operaciones policiales no sirven de nada", ha manifestado. "Esta es una más. Una intervención levantada más. Y los compañeros entran en el bucle de preguntarse por qué venimos a trabajar. La diferencia es que hoy [por ayer] la acción cabreó, y mucho, a los Mossos d'Esquadra. Algo pasará entre administraciones", ha remachado.
Sindicatos: "Es un posible delito"
Preguntado por los dos incidentes denunciados ayer con los manteros, en el que estos se habrían escapado de las operaciones contra la venta de productos falsificados por obtener información previa de los mismos, el sindicato CSIF ha alertado de que "alguien está cometiendo un posible delito: obstrucción a la justicia". En declaraciones a este medio, Eugenio Zambrano, secretario de Administración Pública del sindicato en Cataluña, ha alertado de que, además, si se confirma que son trabajadoras de servicios sociales las que dan los chivatazos a los vendedores callejeros, ello podría constituir incluso otro delito relacionado con la mala utilización de los caudales públicos.
Cabe recordar que las acusaciones dirigidas al gobierno municipal de BComú sobre presuntos avisos previos a los manteros sobre las batidas contra la venta ambulante no son nuevas. Las hizo CSIF en verano, que reclamó que interviniera la Fiscalía. Por su parte, el sindicato Sapol también denunció las filtraciones, subrayando que "habían frustrado hasta diez operaciones" hasta el mes de agosto. Tras ello, se generó una tormenta política, y el Grupo Demócrata y el PP pidieron que se dieran explicaciones sobre lo ocurrido. El partido que comanda Alberto Fernández Díaz a nivel municipal pidió también al ministerio público que tomara cartas en el asunto. Por su parte, la marca del PDeCAT en Barcelona alertó de posible prevaricación. BComú negó los avisos e instó a sindicatos y oposición a presentar pruebas.