La Agencia de Salud Pública de Barcelona lidia con una enfermedad infecciosa en diversas escuelas de la ciudad. El organismo adscrito al Ayuntamiento de Barcelona lidia con múltiples casos de impétigo, una dolencia que provoca llagas en la zona nasal y labial, entre decenas de escolares de la Ciudad Condal.
Según ha informado La Vanguardia, la infección de la piel "está afectando a buena parte de los colegios" de la capital catalana en las últimas semanas. Por su parte, la Agencia de Salud Pública ha admitido que hay "múltiples brotes" en la capital catalana, tras la detección del problema por parte de la Red de Vigilancia Epidemiológica de Cataluña. El problema sanitario está afectando fundamentalmente al ámbito escolar.
Circulares a las escuelas
Tras cerciorarse de la aparición de la enfermedad infecciosa, Salud Pública ha reaccionado enviando circulares dirigidas a los maestros y a los padres de alumnos. El organismo, no obstante, admite públicamente que es incapaz de cifrar la cantidad de casos detectados ya que, al no constituir una investigación cuyo registro está obligado --como sí ocurre con el sarampión, por ejemplo--, el ente no está obligado a llevar un recuento de casos.
Gemma Tarafa, comisionada de Salud de Barcelona y presidenta de la Agencia local de Salud Pública / CG
Padres de alumnos sí han aportado más datos. Han explicado que colegios del distrito de Sant Andreu, Eixample y Sarrià-Sant Gervasi han detectado brotes de impétigo y que Salud Pública ha admitido sotto voce que hay casos por toda la ciudad.
Llagas en el rostro
Cabe recordar que el impétigo es una enfermedad infecciosa bacteriana y superficial provocada por bacterias del tipo estreptococo o estafilococo. Salud Pública ha tratado de tranquilizar a la ciudadanía subrayando que la dolencia está "en la franja media" del riesgo de infección. Cualquiera que sea la interpretación de la agencia que dirige Gemma Tarafa, la infección de la piel provoca la aparición de llagas alrededor de la boca y la nariz. También hay casos en los que los afectados presentan estas úlceras en los brazos, piernas o el resto de la cara.
El tratamiento de esta dolencia se realiza con antibióticos, con pronóstico generalmente favorable. La enfermedad afecta sobre todo a niños de entre dos y seis años, y su evolución es desagradable, pero no especialmente dañina. Tras colarse entre las grietas de la piel, las llagas suelen llenarse de pus. Al cabo de unos días, las lesiones se abren y se forma una costra de grosor considerable. Pese a que generan un picor notable, los médicos recomiendan no rascarse, pues ello puede provocar la extensión de los focos ulcerosos por otras partes del cuerpo.