Zombis con el móvil
Uno de cada cuatro españoles está enganchado al artilugio que, según los expertos, idiotiza y elimina el contacto directo
22 octubre, 2018 00:00Un padre que se despista y olvida a su hija dentro del coche con consecuencias fatales; una reina que abandona el desfile largando por el artilugio; un ministro haciendo fotos o una ministra portándolo a modo de bolso.... Son la parte visible de los ocho millones de españoles, casi los habitantes de Cataluña, enganchados al móvil.
Fuente: Statista
Encuestas de asociaciones y organismos sociosanitarios cifran los afectados en este 25% de la población española. Se refieren a ellos como atrapados, empantallados e incluso autistas y zombis a modo de autómatas de ultratumba.
Droga sin sustancia
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) los define como personas con "problemas de comportamiento o conducta sin sustancias" para distinguirlos de otras adicciones.
Pero el Plan Nacional sobre Drogas certifica que un 21% de los jóvenes con edades comprendidas entre los 14 años y los 18 años hace un “uso compulsivo” del móvil. Y lo incluye, junto al juego patológico, en el capítulo de “adicciones sin sustancia” en su estrategia hasta 2024.
La FAD ha detectado que miramos el móvil una media de 150 veces al día, porque “recibir un whatsapp o un nuevo like en redes sociales nos genera satisfacción”. “La dopamina funciona”, asegura.
Una chica navega con su móvil
Encuestas en Estados Unidos disparan el riesgo de la población juvenil hasta el 50%. Previsible en España, donde el 72% de menores de 12 años tiene móvil.
Idiotas tecnológicos
Expertos en educación y tecnología advierten de que el abuso está creando una generación de idiotas, de personas conectadas pero solas, pasmadas ante la pantalla, que prefieren whatsappear a hablar y confunden amistad con seguidores.
La pantalla del teléfono, según psicólogos clínicos, llega a acaparar la voluntad, los sentidos, el discurso y hasta la razón. Advierten de que el denominado phubbing, ignorar al que se tiene al lado para concentrar toda la atención en el smartphone, se ha convertido en hábito de conducta de millones de personas en el mundo.
El perfil de “idiota tecnológico” es el de una persona siempre online, alejada del que tiene enfrente, con la ilusión de la compañía, con multitud de grupos de Whatsapp demandando su aportación, pero sin que nadie le espere en el bar o en su casa.
Conexión antes que sexo
“Si tuvieras que ir un mes a una isla desierta y pudieras elegir entre tener sexo o llevarte en la mochila tu querido smartphone, ¿qué escogerías?”, preguntó hace unos meses Motorola. El 43% de los 1.500 españoles encuestados por la gigante del sector se decantó por lo segundo.
Dos adolescentes con sus móviles en la mano
Lo alucinante es que el porcentaje todavía rebasa el 50% en gente de 30 a 50 años o que el 10,7% confiese que ha consultado el móvil mientras tenía relaciones sexuales. También asegura que más del 15% de los españoles tiene el móvil en la mano y se lo lleva siempre al baño.
Epidemia peligrosa
El fenómeno, según los expertos, se ha convertido en epidemia. La Dirección General de Tráfico lo considera uno de los primeros factores de distracción y mortalidad al volante. Algo parecido ocurre con los peatones. Uno de cada cuatro camina con el artilugio en la mano interactuando o como nuevo apéndice.
Los médicos constatan que arrebata muchas horas de sueño y descanso y que sacrifica casi todo el tiempo de lectura fuera de la red.
Hasta en la sopa
La gente conversa mientras sus pulgares se deslizan a velocidad de vértigo sobre la pantalla. “El intruso se ha convertido en protagonista de la mayor parte del tiempo habitual de socialización, hasta en la familia reunida durante el desayuno, comida o cena. Incluso de Navidad”, asegura Pilar Sánchez, del departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid.
Y en las empresas. Algunas han comenzado a prohibir su uso durante las reuniones de trabajo, dado su efecto de distracción.
Una mujer con su móvil en la mano
Cualquier rato de inactividad es excusa para sacarlo del bolsillo a ver qué se cuece en otras partes. Es el rey del recreo en algunos colegios e institutos, en transportes públicos, salas de espera…
Mundo no humano
Algunos pensadores se hacen cruces al constatar que la revolucionaria función de hablar a distancia con otras personas ya es casi residual. El contacto a través de la voz resulta más incómodo que un mensaje. Incluso la comunicación oral se envía encapsulada, quizá para eludir el cara a cara.
El músico David Byrne publicó en la revista MIT Technology un inquietante artículo titulado Eliminando lo humano, donde alerta de que la tecnología de consumo “está acabando con la necesidad de tratar directamente con los seres humanos”. Suena al Mundo Feliz de Huxley.