La exconsejera catalana de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias Dolors Bassa dejó unas 5.000 camas de dependencia vacías en Cataluña. La antigua responsable de la consejería optimizó mal los recursos del departamento pese a que la lista de espera para obtener una ayuda suma 84.181 personas en la región.
Así lo ha denunciado Ascad, el equivalente al colegio profesional de directores de centros y de servicios de atención a la dependencia, en una carta enviada a los partidos que concurren a a las elecciones autonómicas del 21D a la que ha podido acceder este medio.
En la misiva, la asociación profesional pide a las formaciones "ponerse en serio" con el problema. Ello, según Ascad, significa el recorte de la lista de espera, la finalización de una iniciativa legislativa popular (ILP) en el Parlament, generar programaciones realistas y viables, flexibilizar el modelo y ayudar a la conciliación de las plantillas, entre otros.
5.000 camas vacías
Uno de los problemas más lacerantes, según ha explicado Andrés Rueda, presidente de la entidad, es la existencia de plazas sin ocupar mientras miles de personas aguardan una cama durante años.
"Es muy sencillo. En Cataluña hay varios tipos de centros para las personas que necesitan algún tipo de ayuda para sus quehaceres diarios. Los hay colaboradores --privados con plazas públicas--, concertados, propios del ICS cedidos en gestión, públicos y privados. Estos últimos tienen menor ocupación", argumenta.
"La Generalitat podría haber drenado la lista de espera concertando plazas en estos centros. Y el anterior Gobierno catalán no lo hizo sabedor de que abrir plazas públicas es actualmente muy difícil: las regulaciones son muy duras y en las ciudades, donde hay mayor demanda, escasea el terreno para construir equipamientos", ha continuado.
Ello provocó saturación de residencias y dispositivos asistenciales públicos, "con esperas de años", mientras centros de titularidad privada operan a medio gas.
"La prioridad fue la independencia"
Ascad, la única entidad profesional del sector, pide ahora que los partidos "incluyan" sus reivindicaciones en los programas electorales que presentarán en los comicios en la región.
"La pasada legislatura estuvo dedicada a las políticas identitarias. En cuestiones de dependencia, el mandato fue nefasto", ha lamentado el profesional.
Rueda recuerda que el Govern "no tuvo voluntad política ni presupuestaria" para acortar la lista de espera. "Cada plaza nueva la paga un tercio el Gobierno y otro tercio la Generalitat. Aunque el Ejecutivo no abonara toda su parte, no vale culpar a Madrid: Bassa tampoco provisionó la parte autonómica equivalente", ha remachado.