Cisma en la sanidad catalana por la privatización de las cocinas de los hospitales
Vall d'Hebron 'planta' el concurso de centros públicos y UGT lo recurre por vulnerar acuerdos laborales
3 septiembre, 2017 00:00Cisma en la sanidad catalana por la externalización de las cocinas de los hospitales. Vall d'Hebron, el mayor centro sanitario del territorio, ha plantado el concurso del Instituto Catalán de Sanidad (ICS) para proteger a su personal. En paralelo, UGT ha recurrido los pliegos de contratación por vulnerar derechos laborales.
Según han explicado fuentes sindicales, la adjudicación se carga más de cincuenta puestos de trabajo que hasta ahora eran personal del ICS. La licitación pasa a considerar los cocineros y pinches como plantilla "a extinguir" cuando se jubilen.
"Es un paso más hacia la precarización del personal. El concurso entregará la gestión de las cocinas de pacientes a empresa privadas. El personal de éstas pasará a ser prescindible cuando se jubilen. Interinos o fijos, pero prescindibles", han indicado las mismas voces.
Ni el ICS ni el Hospital Universitario de Bellvitge, donde se perderían las plazas estables, han respondido a las preguntas de este medio.
Vall d'Hebron se descuelga
Además de las denuncias de la parte social, hay otro elemento que descafeína el concurso.
La gran prestadora pública de servicios sanitarios ha lanzado la contratación para seis hospitales: Bellvitge, Viladecans, Germans Trias i Pujol –popularmente conocido como Can Ruti–, Josep Trueta, Arnau de Vilanova y Hospital Santa María de Lleida.
El organismo que preside Candela Calle ha fallado en sacar a concurso el mayor centro sanitario de Cataluña: Vall d'Hebron.
A preguntas de este medio, un portavoz de la ciudad sanitaria ya anunció en junio que "no tenía previsto" privatizar la cocina de pacientes junto al resto de instituciones para pacientes agudos.
Victoria sindical
La verdad es más compleja. Según ha explicado Carmen Martínez, secretaria de sanidad de FeSP-UGT, la agrupación arrancó del gerente, Vicente Martínez Ibáñez, el compromiso de mantener internalizada la cocina.
"Se consideró que la cocina es un servicio social para el enfermo, por lo que debía seguir siendo pública. Así que no se tocará el espacio de preparación de menús y se prorrogará un año la actual concesión de la cafetería para trabajadores y visitantes", ha explicado.
Según la activista, ello se debe a la "presión ejercida por la parte social para impedir que una empresa privada gestione un servicio básico para el paciente".
Cuarenta millones a cuatro años
Cualquiera que fuere la interpretación, lo cierto es que el ICS sacará las cocinas de seis grandes hospitales a concurso en un procedimiento cojo.
Lo hará tras anunciarlo con la boca pequeña en una Mesa Sectorial en junio y concitar el rechazo inmediato de los sindicatos.
La licitación tiene un presupuesto de salida de 44,02 millones a cuatro años para gestionar estas unidades, las cafeterías para público y personal y las máquinas de venta automática.