Cataluña derribará el orfanato encantado del general Franco
El antiguo internado Santa Teresa de Jesús de Sant Llorenç Savall, donde 'hubo' apariciones y se 'escuchan' psicofonías, irá al suelo
9 mayo, 2017 00:00Cataluña derribará el orfanato encantado del general Franco. La Generalitat ha abierto la licitación para tirar el antiguo internado Santa Teresa de Jesús de Sant Llorenç Savall (Barcelona). La demolición acabará con un misterioso inmueble en el que los parapsicólogos escuchan psicofonías y en el que sus antiguas ocupantes alertaron de maltratos y presencias.
Fachada del orfanato Santa Teresa de Jesús de Sant Llorenç Savall / Tribuna del Berguedà
Según ha indicado la Consejería de Trabajo, el edificio de la institución, casi en ruinas tras años abandonado, se echará abajo "por su mal estado de conservación, a causa del vandalismo y expolio del que ha sido objeto en los últimos años, y que lo convierten en un peligro para terceros".
El contrato para derruir la construcción, que se inauguró con pompa y boato por el entonces ministro de Justicia, Antonio Iturmendi en 1960, tiene un presupuesto de salida de 300.849 euros con IVA.
"Cazadores de misterios"
Ricard Torralba (ERC) es alcalde de Sant Llorenç Savall. "El inmueble fue un internado de las monjas carmelitas teresianas desde los años 60 hasta 2001. Después, albergó una guardería municipal hasta que se inauguró la nueva en 2010", recuerda.
¿Qué pasó entonces? "Cayó en el olvido. Son 4.000 metros cuadrados, un tamaño enorme para un pueblo de 2.300 habitantes. No sirve como equipamiento municipal ni sirve a la Generalitat para la protección de menores. Y reformarlo cuesta demasiado", avisa.
"Tras ser abandonado empezaron a llegar los cazadores de misterios. Se rodaron vídeos y películas. Algunas sin permiso. Pero el edificio está muy deteriorado y es un peligro", remacha el alcalde.
Iker Jiménez
Uno de los que desembarcó en el orfanato fue Cuarto Milenio. El famoso programa de Íker Jiménez en Cuatro exploró [ver aquí] las presencias en el orfanato en junio de 2016.
El espacio de ciencias ocultas trabajó con Montserrat Amargós en su reportaje. "Una noche de grabación oímos una voz de hombre en el ático que nos dijo Hola. Fue una psicofonía", admite la investigadora social en conversación con este medio.
"Las extrañas voces, acreditadas por distintas fuentes, eran simplemente una continuidad de lo que pasó allí: agresiones psicológicas y físicas. E internas que denuncian presencias", agrega la también periodista.
Apariciones
En efecto, lo que pasó allí son supuestas denuncias de malos tratos por parte de la orden religiosa. El Santa Teresa de Jesús lo velaban 20 monjas que custodiaban dos alas.
"En la izquierda estaban las huérfanas, y era muy restringida: sólo accedían una devota y un médico. La derecha era más libre y albergaba a niñas con menos restricciones", cuenta Amargós.
¿Fueron bien tratadas? "Algunas de las internas han denunciado reclusiones en zulos. Una noche, una de ellas vio pasar a un cura, cuando allí no habían hombres. Otra vio desde su cama a dos monjas que la observaban. Cuando se incorporó, las religiosas no estaban".
En total, la institución cobijó a más de 200 niñas de entre cinco y 14 años de edad en los años 60 y 70. Después, cayó en desuso.
"Niñas complicadas"
Una de las que convivió con las internas fue Marta. Esta vecina de 70 años tenía 12 cuando el régimen estrenó el hospicio, una donación del mosén Miguel Rosell Galí a la Junta Provincial de Protección de Menores.
Antigua capilla del orfanato de Santa Teresa de Jesús / TdB
"Acudía a jugar con mis nietos a la pista de baloncesto a menudo. Era una construcción colosal: tenia una capilla y varias plantas. Pero los vándalos se lo han llevado todo. ¿Que si vi algo? Se decía que había presencias. Yo no las detecté", explica.
Desde el centro para mayores Segunda Juventud de Sant Llorenç, Marta recuerda quién residía en el internado. "Había niñas sin padres, sí. Pero también las complicadas: hijas de mujeres solteras, de parejas divorciadas o toxicómanos. El domingo venían desde Barcelona a visitarlas", narra.
Abandono
Todo ello terminó en 2001. La Generalitat dejó de usar el inmueble para la protección de menores porque "no se consideraba adecuado como centro de menores, con arreglo a la normativa que se exige actualmente".
Fachada actual del antiguo orfanato de Sant Llorenç Savall / Internet
Ricard Torralba, primer edil, da más datos. "La Dirección General de Atención a la Infancia lo evacuó porque empezó a trabajar con centros más pequeños en los que se da una mejor atención a los chavales", aclara.
Desde entonces, los vecinos han observado el deterioro paulatino de la finca con sentimientos encontrados. "Lo han dejado morir: podría haber sido una residencia para gente mayor u otro equipamiento", lamenta Amargós.
"Nunca se pudo hacer nada desde el pueblo porque era de la Generalitat. Permaneció allí, a merced de los gamberros y las inclemencias meteorológicas. Que lo derriben es un triste final", concluye Marta.