La sorprendente historia de las 13 monjas que reparten un millón de hostias en Cuba
Un documental convierte en famosas a nivel mundial a las religiosas
3 febrero, 2017 13:00El documental Un millón de hostias, del español David Moncasi, cuenta la historia de las trece monjas de clausura de un convento de La Habana (Cuba) que fabrican el millón de formas consagradas que se reparten en las iglesias de la isla cada año. Su director se lo ha enviado al Papa Francisco, a través del nuncio en España.
El film, que ya estuvo en la gran pantalla el pasado mes de noviembre y que llegó hasta el Festival de Málaga, vuelve el 7 y 8 de febrero a la sala Arapiles de Madrid (calle Arapiles, 16) y desde allí viajará a otras ciudades españolas.
Moncasi rodó el documental cámara en mano, junto a su mujer y su hijo, y pasando por turistas. Las monjas carmelitas, a las que había conocido años atrás por casualidad, tardaron cuatro años en aceptar su propuesta de llevar su historia a la gran pantalla. Le dieron tres días para grabar en el convento.
Aunque la idea inicial era mostrar todo el recorrido de las hostias consagradas desde su fabricación en el convento cubano hasta las iglesias más alejadas del país, finalmente estas formas consagradas llevaron a Moncasi y su familia a conocer otras historias entrelazadas que acaban conformando un "retrato social" de lo que estaba sucediendo en la Cuba de Fidel Castro en los momentos previos a la visita del Papa Francisco, en septiembre de 2015.
Entre los protagonistas del documental, destacan además de las propias monjas --que tras ver la película, incluso le dijeron a Moncasi que tenían que haber salido más--, una mujer que trabaja en una iglesia de uno de los barrios más humildes de La Habana y los padres de una de las religiosas que fabrican las hostias, que cuentan cómo vivieron con sufrimiento la decisión de su hija de hacerse monja de clausura cuando ellos ni siquiera le habían dado una educación católica.
De esta forma, los sentimientos de los protagonistas, la religiosidad de los cubanos, la pobreza, las cartillas de abastecimiento --con las que también viven las religiosas-- y, en general, la vida en el país en un momento de cambios históricos en el año 57 de la Revolución se entrelazan con las formas consagradas como hilo conductor, unas hostias que, según cuentan, fabrican desde hace 35 años gracias a un acuerdo con el gobierno para que les facilite la harina. "Las personas de fuera nos han alabado lo buenas que están", enfatiza una de las monjas.
El documental, distribuido por European Dreams Factory, cuenta con el apoyo del departamento de cine de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuyo director, Juan Orellana, ha ensalzado la "autenticidad" que transpira. Además, algunas religiosas que han acudido a verlo han asegurado que les ha "impactado".
"Hemos conocido la realidad de Cuba, tenemos hermanas allí, hemos visto que es un país muy pobre, y ves la alegría que tienen, su entrega, cómo se conocen y se quieren", destaca la hermana Carmen, de las Siervas de Jesús.
Por su parte, David Moncasi ha planteado que quizá las monjas del convento de La Habana hayan visto el documental como una oportunidad para suscitar vocaciones ya que en Cuba apenas hay --en el convento, de 13 religiosas, cinco son cubanas--. "A lo mejor al ver el documental se animan", señala el director.