Roger Guasch, director general del teatro del Liceu, con la instalación al fondo / FOTOMONTAJE CG

Roger Guasch, director general del teatro del Liceu, con la instalación al fondo / FOTOMONTAJE CG

Vida

El Liceu ‘estresa’ su organigrama para encarar la nueva etapa poscrisis

Roger Guasch, director general, refuerza los patrocinios, la comunicación y las relaciones institucionales tras equilibrar los resultados económicos

21 noviembre, 2016 00:00

Nuevo presidente, nuevo director general y nuevo organigrama para el Liceu barcelonés. Tras una profunda crisis económica y de flirteo con la política, el actual primer ejecutivo, Roger Guasch, ha dado el impulso a un nuevo equipo gestor tras aplicar durante tres años una política de choque destinada a equilibrar las cuentas de la entidad y darle un rumbo diferente y más profesional a la gestión.

Guasch asumió la dirección general tras un proceso de reclutamiento realizado por la consultora de directivos Seeliger y Conde. De forma reciente también se ha incorporado a la presidencia de la fundación el empresario Salvador Alemany. Con anterioridad, Joaquim Molins o Josep Caminal, ambos ex altos cargos de CDC, ocuparon la presidencia. La nueva etapa de la prestigiosa institución artística huye precisamente de las etiquetas políticas y se ha modelado con criterios profesionales que estuvieron ausentes en el pasado y sumieron al Liceu en una crisis de la que se recupera.

Equilibrio presupuestario

En las cuentas presentadas por el nuevo equipo de gestión durante los dos últimos años ya se ha conseguido el equilibrio económico. Ese era uno de los retos del plan estratégico que Guasch ha liderado desde la dirección general. En virtud del mismo, el Liceu tiene pendiente la reducción del déficit estructural de cuatro millones de euros que se arrastra desde 2013, cuando la entidad se vio obligada a endeudarse para superar la crisis. Así reza en el plan al que Crónica Global ha podido acceder.

El nacimiento de esa deuda procede del giro que todas las administraciones llevaron a cabo al desatarse la crisis económica. Las aportaciones públicas pasaron de 29 a 19 millones de euros en las temporadas que van de 2008 a 2012. En otra institución subvencionada el recorte se hubiera superado con una reducción de gastos, que en el caso del Liceu fue imposible de aplicar puesto que las temporadas artísticas se contratan con años de antelación, explican a este medio fuentes próximas.

Mejorar en compras y patrocinios

En la última fase se ha creado, incluso, un división de compras que tiene por objeto la centralización y el ahorro de costes. La gestión de estos últimos años formulada por el actual director general ha permitido superar el bache económico y una mejora paulatina de las cuentas. Fuentes internas señalan que la actuación de Guasch ha sido muy rigurosa, lo que ha alterado el consenso tradicional y el inmovilismo interno de una parte de la plantilla.

El nuevo organigrama que acompaña a Guasch es el encargado de mejorar en ámbitos como el patrocinio y el mecenazgo, al frente del cual permanece desde hace cuatro años Helena Roca, hija del jurista Miquel Roca. En los últimos tres años, el mecenazgo recibido por la institución ha crecido un 20%. Ella será también la encargada de liderar el aprovechamiento de las instalaciones mediante la comercialización de espacios y actos ajenos a la propia temporada artística del Liceu.

Otra de las áreas en las que se han llevado a cabo cambios es en el front office del grupo. Tras la salida por enfermedad del periodista Joan Corbera de la dirección de comunicación y relaciones institucionales, Guasch ha situado a Sira Torrecillas al frente del departamento de relaciones con otras instituciones tras un proceso de selección de la misma firma de cazatalentos barcelonesa. La directiva procedía del equipo del exconsejero de cultura Ferran Mascarell. La comunicación, que ahora se gestionará de forma independiente, será responsabilidad de Nora Farrés. Fuentes próximas a su departamento señalan que el principal reto de la nueva etapa es la digitalización del Liceu.

La dirección artística seguirá en manos de Christina Scheppelmann, quien se incorporó en 2015. Josep Pons es el encargado del proyecto musical. Ambas áreas también llevan a cabo reformas internas para adecuar su funcionamiento a la nueva realidad de la entidad.