Con una mano le acaricia y con la otra le roba
Condenan a dos años de cárcel a una cuidadora y a su marido por sacar dinero de la cuenta corriente del anciano al que asistía
15 octubre, 2016 00:00Jordi M.B es un anciano de 85 años que vive en Barcelona, en su piso de toda la vida, junto a su esposa María. Jordi sufre una hemiplejia que le mantiene postrado en silla de ruedas. El hombre necesita asistencia durante buena parte del día para realizar las actividades más elementales y cotidianas.
Hace tres años, cuando su situación física se hizo prácticamente insostenible, contrató a una mujer titulada en asistencia a personas de la tercera edad. Giovana Elisabeth P.T. entró a trabajar en aquel piso y para aquel matrimonio octogenario a finales de septiembre del 2013. Enseguida se ganó la confianza de Jordi y María, y de forma casi inmediata la pareja notó cómo su calidad de vida mejoraba.
Asistenta ladrona
Ni Jordi ni María sabían que, bajo la sonrisa de aquella mujer y tras los buenos modales y la mejor atención, se escondía una estafadora profesional. Elisabeth tardó solo una semana en conocer el lugar donde Jordi guardaba su tarjeta de crédito y en apenas unos días más pudo averiguar el código secreto. Con esa información, puso en marcha su plan. Entre el 14 de octubre de 2013 y el 6 de septiembre de 2014, el marido de Elisabeth, Wilfredo M., sacó hasta en 87 ocasiones dinero de la cuenta corriente del matrimonio.
La mecánica era siempre la misma: la asistenta cogía la tarjeta. En el momento convenido, la lanzaba a la calle desde una de las ventanas del piso. Wilfredo la recogía en la calle y materializaba el reintegro (a menudo de 400 euros) en cualquier cajero cercano, luego la depositaba en el buzón y Elizabeth la volvía a reponer en el cajón del armario donde Jordi y María la guardaban.
El matrimonio no llegó a sospechar de los primeros movimientos en su cuenta. De los siguientes, sí, ya alertados por la propia entidad bancaria. Los empleados del banco vieron que se trataba de una actividad distinta a la habitual, dado que el matrimonio usaba la tarjeta de crédito solo para compras y de forma muy esporádica.
Cazados 'in fraganti'
Las grabaciones de la cámara de video vigilancia identificaron al autor de los reintegros. Los seguimientos policiales les condujeron al piso de Jordi y María. El marido de Elisabeth, Wilfredo M., fue cazado in fraganti cuando su mujer le lanzaba la visa desde el balcón simulando una caída accidental.
La cuidadora y su marido llegaron a estafar más de 50.000 euros al matrimonio de ancianos. Ahora, un juzgado de Barcelona acaba de dictar sentencia condenatoria: dos años de cárcel para cada uno y la obligación de restituir el importe de lo robado.