Vida

Cuatro tiros y mil rumores sobre el asesinato de Carrasco

El crimen de León copa todas las portadas. En materia electoral, el candidato del PPE, Jean-Claude Juncker, insiste en que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE.

13 mayo, 2014 09:45

El asesinato de la política Isabel Carrasco en la ciudad de León es un campo abonado por las especulaciones, los rumores y las insinuaciones, un crimen que provoca inevitables e indigestas asociaciones mentales. El telegrama es que la mujer de un inspector jefe de la Policía Nacional destinado en Astorga mata a tiros a la presidenta de la Diputación de León y máxima dirigente local del PP, Isabel Carrasco. La hipótesis más verosímil es la venganza por el despido de la hija. Dato contrastado es que madre e hija militan en el PP y habían pertenecido al círculo laboral y político de Carrasco. A partir de aquí, el perfil público de víctima y asesinas sugiere las más variadas interpretaciones.

Los periódicos abundan en detalles sobre las polémicas protagonizadas por Isabel Carrasco y la enemistad de índole personal entre familias, sobre las características ambientales de una plácida capital de provincia, entre Vetusta y Zamora. La verdad superficial permite construir un relato cerrado en el que las suposiciones no alteran lo fundamental, cuatro disparos y una mujer muerta en una pasarela peatonal a la que su pareja es el primero en encontrar, pasados unos instantes. En El Periódico retratan a la víctima como "la mujer de los trece sueldos" y recogen que provocó un escándalo al subirse el sueldo un trece por ciento en plena crisis. En El País, Justino Sanchón firma desde Valladolid un apunte titulado "Doce cargos y mucho poder". Escribe que Carrasco era un "torbellino" que contaba con tantos partidarios como detractores.

En el Abc editorializan sobre el asesinato bajo el título "Un crimen sin disculpa": "El posible móvil de este crimen –aún no confirmado– no disculpa ni reduce la responsabilidad de sus presuntas autoras. La venganza por un despido laboral no puede recibir opiniones comprensivas, por muy difícil que sea la actual situación económica. Tampoco da margen a interpretaciones políticas interesadas sobre las consecuencias de las medidas de austeridad y los necesarios ajustes aplicados al presupuesto. El debate más oportuno que podría suscitar este lamentable asesinato apunta en sentido muy distinto: el de la exposición permanente de la clase política a un juicio público en el que se le atribuye la responsabilidad directa de todos los males que sufre el país. La deslegitimación de los políticos se ha puesto de moda y ha extendido el argumento subliminal de que todo vale contra ellos, desde un insulto a través de las redes sociales a un acoso a domicilio".

Las urgencias del periodismo se oponen a las interpretaciones plausibles y las actitudes morales. Anoche, en el programa en 8TV de Josep Cuní, Juan José López Burniol exhibió un rigor exquisito al negarse a debatir del asunto, que no es lo mismo que informar. La prudencia y el respeto mostrados por López Burniol son rasgos casi extintos.

El asesinato de Isabel Carrasco ha paralizado la campaña de las elecciones europeas, que hasta media tarde era el acto de Jean Claude Juncker, el candidato del Partido Popular Europeo, con Mariano Rajoy. En El País araña el titular principal: "Juncker descarta ante Rajoy la admisión de Cataluña en la UE". Las sospechas inducidas por el espectro semántico de "en presencia de Rajoy" se disipan en páginas interiores. La información es tajante: "El candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a la presidencia de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, avaló este lunes sin matices la estrategia de Mariano Rajoy para atajar la crisis soberanista catalana y, de rebote, puso en un serio aprieto a Convergència i Unió. Juncker, que hizo campaña en Madrid junto a Rajoy, no solo ensalzó la lucha del Gobierno para salir de la crisis, sino que dijo compartir 'al 100%' la postura del presidente sobre Cataluña. Estas palabras obligaron a mover ficha a Unió Democràtica, socio minoritario de CiU, miembro del PPE y defensor de la candidatura de Juncker. Dos delegados de este partido catalán acudieron al congreso de Dublín el pasado marzo y votaron al luxemburgués".

Firman la crónica Francisco Manetto y Miquel Noguer, quienes recogen el dato de que "no es la primera vez en esta campaña que el candidato del PPE se despacha contra el plan soberanista catalán. Hasta ahora CiU había mirado hacia otro lado, pero la carga fue este lunes de tal profundidad que tuvo que responder el mismo líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida. 'Diga lo que diga Juncker, Unió votará una propuesta a favor del derecho a decidir en el Parlamento Europeo', aseguró a través de Twitter, donde añadió: 'No es necesario que ERC e ICV hurguen: CDC y Unió defendemos lo mismo', afirmó al constatar que el resto de partidos soberanistas ponían en cuestión el compromiso de Unió con la consulta catalana".

La perspectiva de La Vanguardia es diferente. Carmen del Riego entrevista a Juncker y el titular es: "España no aceptaría a Cataluña en la UE", que sería una frase subordinada del titular de El País. La respuesta completa de Juncker en La Vanguardia es: "No hay un automatismo entre independencia y pertenencia a la Unión. En Europa no se plantea esa cuestión. La independencia supone la salida de la Unión Europea y no veo que el Gobierno español acepte que Cataluña sea independiente y que sea miembro de la Unión, lo mismo que no entendería la misma situación comparativa en el Reino Unido respecto a Escocia".

En El Mundo, Cataluña es la arriesgada comparación del ministro Margallo entre los referéndums en Ucrania y la consulta de Mas. Las agencias testimonian que el portador de la cartera de Exteriores dijo al respecto que si "croa como un pato y nada como un pato, es que es un pato". Error, las ranas no vuelan.

Cierra el círculo de las elecciones europeas Arcadi Espada en El Mundo. Escribe sobre la variada oferta de siglas que concurren y la elevada abstención que se prevé: "Pues bien, a pesar de tan exuberante floresta hay millones de españoles tan sutiles a los que la oferta no acaba de hacerles el peso. Y van a abstenerse. Mi explicación del asunto es simple, pero ni un milímetro más. La política en España se ha convertido en literatura: todo el mundo escribe y nadie lee. La razón y proliferación del abstencionista es, crudamente, que no puede votarse".

En El País y en la sección de Opinión es Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad del País Vasco y miembro fundador de UPyD, quien aborda el proceso. Titula su artículo "El deber de persuadir" y escribe a rienda suelta:

"Bueno, ¿y cómo se ha formado esa voluntad independentista que se tiene a sí misma por autosuficiente? Primero gracias a su Gobierno [autonómico]. El Gobierno autonómico catalán ha trampeado, confundido, adoctrinado a sus ciudadanos y a la opinión pública de esa comunidad y en lo posible de la española. Y, puesto que relega a España a la categoría de enemigo, se siente plenamente justificado para hacer todo eso. Al enemigo, ni agua, ya se sabe. Bastaría observar la obstinada indecencia de su política lingüística, para deducir cuáles iban a ser los medios de su política para la secesión. Pero ese Gobierno [autonómico] no ha estado solo a la hora de dar alas al nacionalismo. Le han acompañado durante decenios unas fuerzas políticas, a derecha e izquierda, incapaces de cuestionar los privilegios forales de las comunidades navarra y vasca, aun a sabiendas de que tales prerrogativas pre y antidemocráticas encarnaban el permanente objeto de deseo de los dirigentes catalanes. Súmenle esa izquierda que ha antepuesto la defensa de la identidad de los pueblos a la defensa de la equidad para las personas, o sea, que se imagina progresista cuando va de reaccionaria. Añadan aún a quienes advertían de entrada que ellos no eran nacionalistas, por Dios, pero jamás esbozaron siquiera una mueca ante sus desvaríos y han acabado así en el cuadro de honor del nacionalismo. Y no se olviden del silencio culpable de tanto ciudadano que temía volverse sospechoso de tibieza patriótica ante los suyos".

En La Razón otorgan gran protagonismo a la actualidad mediática catalana y elevan a la categoría de portadilla de edición que la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) "recula" y anula la privatización del departamento comercial de TV3. El texto es de Víctor Fernández, quien subraya la satisfacción de los sindicatos y el método de la "reformulación" empleado por el organismo presidido por Brauli Duart para el expresivo recule de CiU. Se daba por hecho que el grupo Godó había ganado el concurso al que también optaba el grupo Zeta para obtener la concesión, relativa a la contratación, planificación, gestión, etc, etc, de la publicidad de la televisión autonómica.

En La Vanguardia abordan el asunto con escrupulosa y aséptica elegancia. Titulan: "La CCMA se echa atrás y no externaliza los anuncios de TV3". Al final del texto está la justificación de CiU. "El parlamentario convergente (se refiere a Albert Batalla, a quien dos líneas antes incluye en la categoría de 'perfil bajo' en comparación a Jordi Turull) firmó una nota que justifica el cambio de una convocatoria jurídica oficial a la que concurren empresas privadas porque 'algunas circunstancias que propiciaron el concurso han cambiado: una de ellas es que los ingresos por publicidad ya no están en caída libre, sino que comienzan a remontar'". Más extraño que el incremento de la publicidad es que en la noticia, firmada por "Redacción", no se aluda al concepto de "inseguridad jurídica".

Hay más noticias, como los ecos de la gran coalición PP-PSOE que aventa Felipe González, que Hacienda indagará en materia de pisos turísticos (portada de El Periódico) o que los terroristas del grupo Boko Haram quieren cambiar a las 136 niñas que mantienen secuestradas por un número indeterminado de presos. Nada bueno.

13 de mayo. La Virgen de Fátima.