El desconocido castillo con vistas espectaculares a menos de una hora de Barcelona: estilo gótico, del siglo XI y escenario de Juego de Tronos

España es un país donde hay varias fortificaciones que merecen la pena visitar para empaparnos de la historia, saber de los orígenes y de nuestras raíces. Los castillos son lugares emblemáticos con el que retrocedes en el tiempo para volver a sacar el niño que siempre llevamos en el interior, es decir, donde los dragones, caballeros y princesas vuelven a ser los protagonistas de una historia.

En Cataluña hay varios, pero entre ellos, destaca uno que se encuentra a menos de 50 kilómetros de Barcelona y que ha sido escenario de grandes proyectos cinematográficos. Hablamos del Castillo Santa Florentina de Canet de Mar, también conocido como Colina Cuerno o Horn Hill, si has visto Juegos de Trono, ya que fue el lugar donde se grabó parte de esta serie.

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Esta fortaleza está construida sobre una antigua villa romana que, según recoge la web de Turisme Maresme, en el siglo XI se convirtió en una masía fortificada para combatir las incursiones piratas de la época. A finales del siglo XIX, su propietario Ramon de Montaner encargó a su sobrino Lluís Domènech i Montaner la restauración y ampliación.

Este, que era uno de los máximos exponentes del modernismo catalán, trató de darle un espectacular lavado de cara al complejo con vidrieras de diseños variados, grandes piezas de mármol, hierro forjado y esculturas, convirtiéndolo en un palacio residencial de veraneo con toques medievales y románticos, fusionados con el estilo modernista.

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De casa a castillo

En un principio, antes de ser castillo, concretamente en el siglo XI, se construyó una casa, cuyos primeros propietarios documentados fueron los señores feudales Guadimir de Canet y posteriormente Gilbert de Canet.

El esplendor del edificio comienza con Ferrer de Canet en el siglo XIV, ya que fortifica la casa y añade torreones medievales. En el siglo XVI, pasó a manos de Dimas Muntaner, cuya familia lo regentó hasta el cambio de propiedad a favor de la familia Capmany, propietarios del castillo en la actualidad.

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En 1908 fue sede de estancia de Alfonso XIII, que concedió a Ramon de Montaner i Vila el título de conde de Canet. En 1910, fue ampliado y reformado por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Su fachada contiene unas gárgolas realizadas por el escultor Carles Flotats i Galtés.

Cómo visitar esta joya arquitectónica

Las visitas al Castell de Santa Florentina pueden realizarse, según informan en su web, con audioguía o acompañado de un guía. Además, cabe la posibilidad de realizar una reserva para grupos o incluso escolar.  

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El recorrido dura entre una y una hora y media y está disponible en ocho idiomas. Los precios oscilan entre los 12 euros con audioguía y 14 euros con guía para adultos, para los niños menores de 6 años la entrada es gratuita y entre 7-12 años a precio reducido de 8 euros, aunque conviene reservar con antelación. El castillo ofrece aparcamiento propio en fines de semana, mientras que entre semana se habilita un estacionamiento cercano.