Parece Grecia pero está en Cataluña y es la ciudad más bonita de Girona

Parece Grecia pero está en Cataluña y es la ciudad más bonita de Girona CANVA

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Parece Grecia pero está en Cataluña y es la ciudad más bonita de Girona: estilo marinero, playas de aguas turquesas y excelente gastronomía

De esta localidad dicen: “Para muchos es una isla y para otros es lejano, para quien vive todo el año es parte de su vida y para quien viene de vacaciones es como su casa”

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Cataluña tiene varios rincones que parecen sacados de otros lugares del mundo. A menudo se habla de la Venecia catalana o del Nueva York catalán. En cambio, hay una población que genera debate: ¿Ibiza o Grecia?

Su vista panorámica invita a pensar en las dos. Las casas blancas, las ventanas azules, las calles empedradas y la salida al mar recuerdan a Santorini, aunque Marc Clotet prefiere pensar que se asemeja a la isla balear.

Tampoco es muy difícil compararlo. Más si se tiene en cuentas que sus aguas son tan cristalinas como la de estos rincones del mundo. Pero, en realidad, se trata de un pueblo de Girona que mantiene intacto su carácter marinero y mediterráneo.

Con poco menos de 3.000 habitantes, Cadaqués se ha convertido en uno de los destinos más emblemáticos de la Costa Brava. Y de Cataluña. Dalí lo puso sobre el mapa y su geografía no es que sea precisamente fácil.

Dónde se encuentra

Llegar a Cadaqués no es fácil, se encuentra allí donde los Pirineos mueren, en Mediterráneo, pero queda enclaustrado entre sus montañas al mar, por lo que llegar implica un largo tramo de carretera de curvas. Pero merece la pena.

Y es que Cadaqués es mucho más que sus casitas blancas, las contraventanas azules y sus callejones estrechos. Su entramado urbano es el de un antiguo pueblo de pescadores cagados de arte.

Un pueblo, dos almas

La localidad siempre se asocia a Salvador Dalí, pero también tiene un valor arquitectónico y estético que explica el apelativo de Santorini catalán. Turisme de Cadaqués resume bien esta doble percepción: “Para muchos es una isla y para otros es lejano, para quien vive todo el año es parte de su vida y para quien viene de vacaciones es como su casa”.

Dos espíritus, un pueblo. En un extremo está Portillgat, donde se encuentra la casa-museo Dalí. Por el otro, el núcleo estaba rodeado de murallas y se organizaba en torno a la actual iglesia de Santa María, ubicada en la parte más alta del pueblo. Desde este punto se pueden contemplar las vistas de la bahía, de la isla de Es Cucurucuc y del faro de Cala Nans.

Panorámica de Cadaqués

Panorámica de Cadaqués EUROPA PRESS

El visitante puede recorrer las calles empedradas, donde conviven edificios históricos y pequeñas plazas. Entre los lugares de interés destacan el Museo Municipal, el Espai Cap de Creus y varias galerías de arte. 

También sobresalen construcciones como la Casa de Don Octavio Serinyana, la Torre del Colom o el propio faro del Cap de Creus, además de esculturas dedicadas a artistas e intelectuales que pasaron por la villa.

Playas y calas del litoral

Una tercera pata no menor son las playas y calas de Cadaqués: uno de sus mayores atractivos. En la bahía principal se encuentran Portdoguer, Sant Luis o Ses Nouse, con aguas tranquilas y transparentes. Ya en el entorno inmediato aparecen otras playas de pequeño tamaño, como Ses Ielles o Sa Sabolla.

Más apartadas se encuentran calas como Culip, Portaló, Culleró o Francarlos, donde la roca del Cap de Creus adquiere formas caprichosas. Los habitantes han bautizado muchas de estas rocas con nombres de animales: el camello, el águila o la tortuga. 

Dalí también encontró inspiración en este paisaje geológico, especialmente en la roca de la cala de Culleró que sirvió de base para su obra El gran masturbador.

Dónde comer

Y como buen pueblo marinero, Cadaqués es también un polo gastronómico. Uno de los locales más históricos es el Marítim, abierto en 1935 por Pere Figueras. 

Por allí pasaron Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Richard Hamilton, Kirk Douglas, Umberto Eco y Gabriel García Márquez. El escritor colombiano llegó a describirlo en uno de sus Doce cuentos peregrinos, recordando las veladas en las mesas de hierro del bar.

Las playas de Cadaqués

Fuera de la playa, los chefs Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, con tres estrellas Michelin en Barcelona, dirigen en el pueblo el restaurante Compartir, donde destacan platos como el arroz con bogavante. Otro punto de referencia es la enoteca Martín Faixó, que combina vinos propios con tapas de proximidad. 

Y entre las propuestas tradicionales figura Casa Anita, una tasca junto al frente marítimo, conocida por su ambiente familiar y sus platos caseros. No hay marmitako, pero la cocina es excelente.

Cómo llegar

Menos excelente es la carretera para llegar que, si bien está en buenas condiciones, está llena de curvas. La carretera GI-614 es conocida por su trazado serpenteante, un recorrido obligado para llegar hasta la localidad, tanto desde Girona como desde Barcelona.

En ambos casos se debe tomar la autopista AP-7 hasta Figueres, luego continuar por la N-II y la C-260 y, antes de llegar a Roses, enlazar con la GI-614. Desde la capital catalana son dos horas y 20 minutos de viajes, desde Girona, una menos.