Una playa de Hawái CANVA
Parece Hawái pero es Cataluña, así habla National Geographic de esta playa de Tarragona: "Un paraíso virgen"
Esta zona apartada de todo ofrece la posibilidad de realizar baños de barro con propiedades medicinales
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Imagina una playa en la que la espesura de un bosque mediterráneo se mezcla sin artificios con un arenal dorado, en el que el pinar llega casi hasta el agua y el mar parece turquesa. ¿Suena a playa paradisiaca? Puede ser, pero también catalana.
Así describe National Geographic a una de las calas más conocidas de Tarragona. Un rincón del litoral catalán que compara con Hawai por sus características y por su apodo Waikiki.
Bajo este nombre exótico se encuentra la popular Cala Fonda. Se trata de "un paraíso virgen", según la revista, a solo seis kilómetros al norte de Tarragona, ubicada en el Espacio Natural del Bosque de la Marquesa.
Su entorno ayuda a las comparaciones. El verde del espacio protegido y el azul del Mediterráneo se tocan en esta playa de la Costa Daurada a la que llaman Waikiki por su semejanza con la famosa playa de Honolulú.
Cómo es la playa
Cala Fonda –un nombre bastante catalán, por otro lado– ofrece unos 200 metros de largo y unos 25 metros de ancho, con arena dorada de grano grueso y aguas cristalinas a las que se accede mediante una pendiente suave hacia el mar.
Más allá de eso, la playa se distingue de muchas otras que se encuentran en la zona porque ha escapado de cualquier desarrollo urbanístico. Los grandes edificios de apartamentos quedan lejos. También los servicios.
Cala de fácil acceso
La Administración trata de garantizar el ecosistema de Cala Fonda. Así, aquí no hay ni duchas, ni parasoles, ni bares, ni chiringuitos. Los visitantes deben ir ya preparados para todo.
Tampoco se puede llegar en coche. El acceso implica una caminata de unos 15 a 20 minutos por senderos que atraviesan bosque y acantilados, partiendo desde la Playa Larga o desde el parking del Camping Torre de la Mora, dentro del Bosque de la Marquesa.
Tranquilidad y nudismo
Ese aislamiento es precisamente lo que llevó al Grup Ecologista de Tarragona i l’Ebre d’Ecologistes en Acció de Catalunya a reconocer esta cala como una de las “mejores playas vírgenes de Cataluña”. Un galardón que subrayaba los valores naturales e inalterados del espacio litoral, un ecosistema que conserva su identidad frente a la presión turística.
Asimismo, al estar apartado de todo, ofrece una gran privacidad. Esto ha convertido a la cala en un destino habitual para quienes practican nudismo. La ausencia de aglomeraciones urbanas proporciona un entorno íntimo en el que nudistas y bañistas textiles conviven en armonía ligera, sin conflictos.
Actividades a realizar
Otra práctica peculiar y cada vez más conocida en la zona es el baño de barro. Sí, durante la temporada, quienes visitan Cala Fonda recogen lodo que cae de los acantilados. Dicen que tiene supuestas propiedades medicinales, por lo que los bañistas se embadurnan con él, lo dejan secar y luego lo limpian en el mar.
El entorno natural está protegido gracias a la decisión de Caridad Barraquer de Borràs, propietaria del terreno en los años 60, quien rechazó su venta en una época de intensa especulación urbanística. Gracias a ello, el Bosque de la Marquesa, que se extiende desde la Playa Larga hasta la Punta de la Mora, se mantiene intacto y alberga una flora y fauna notable.
Un bosque de estilo japonés
Este espacio natural es curioso. Está inspirado en el concepto japonés de Shinrin-yoku, que combina técnicas de relajación, estimulación sensorial y biomímesis para favorecer la conexión emocional con la naturaleza.
Desde allí, también parte una ruta de senderismo circular de 5,8 kilómetros que parte de La Mora, pasa por Punta de la Creueta, Cala Fonda y la playa de Calabecs, sumergiendo al visitante entre costa y bosque.
Cómo llegar
La manera más sostenible de llegar allí es en tren. La línea R16 de Rodalies llega allí en una hora y cuarto desde Barcelona. Luego hay que dirigirse a la Playa Larga y desde allí emprender un sendero señalizado que atraviesa el Bosque de la Marquesa durante unos 20 minutos hasta llegar a Cala Fonda.
Si se opta por ir en coche, se tarda una hora. Se va por la AP‑7 hasta Tarragona y se aparca en la zona habilitada junto al camping Torre de la Mora o cerca de Playa Larga.