El pueblo de Girona con una playa de agua dulce en plena montaña: ambiente rural con balcones de madera y calles estrechas

Muchas personas disfrutan tanto de pueblos de montaña como de playas porque estos entornos ofrecen experiencias contrastadas y complementarias, que enriquecen el viaje en muchos niveles.

Por un lado, la montaña aporta un aire puro, paisajes imponentes y una sensación de desafío que invita a la actividad física y a la introspección. Respirar aire limpio a elevada altitud no solo es revitalizante, sino que también activa el organismo: mejora el descanso, reduce el estrés y promueve la liberación de endorfinas como el senderismo o la escalada.

Por otro lado, el entorno costero o de orillas de ríos ofrece esa conexión con el agua que se conoce como 'blue space': un beneficio psicológico que reduce la ansiedad, mejora el ánimo y favorece un estado meditativo ante su contemplación o durante actividades suaves como caminar por la orilla o simplemente descansar al sol.  El pueblo de hoy, es uno de esos, que lo tiene todo.

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El pueblo de Girona

Setcases es un pintoresco municipio del Ripollès, en Girona, situado a unos 1.230 - 1.270 metros de altitud, al inicio del río Ter, dentro del Parque Natural de las Cabeceras del Ter i del Freser. El núcleo del pueblo mantiene su arquitectura tradicional de piedra y balcones de madera, con calles estrechas y un ambiente rural auténtico, que transmite calma y conexión con la tradición.

Los primeros documentos que mencionan Setcases datan del año 965, cuando el conde Sunifred II donó estas tierras al monasterio de Sant Pere de Camprodon. Según la leyenda local, durante una nevada imprevista, un pastor ciego y sus siete hijos construyeron cada uno una casa en el lugar que hoy ocupa el pueblo: de ahí su curioso nombre, que significa literalmente 'siete casas'.

Setcases WIKIPEDIA

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Setcases todo el año

Este entorno ofrece una combinación sumamente atractiva: en invierno, es puerta de entrada a la estación de esquí Vallter 2000, ubicada en el circo glaciar de Ulldeter: uno de los reclamos más significativos del Pirineo catalán tanto para esquiar como practicar actividades invernales.

En verano, ofrece rutas senderistas en plena naturaleza, miradores espectaculares y la posibilidad de bañarse en la platgeta del Ter, una pequeña playa fluvial acondicionada a escasos minutos del núcleo urbano. Es una cala de arena fina junto a este río, con tumbonas y sombrillas, donde el agua mantiene temperaturas muy bajas, alrededor de 15 °C; incluso en pleno verano.

La iniciativa de crear esta platgeta fue impulsada por el Ayuntamiento como forma de dinamizar el turismo estival sin renunciar al entorno natural del pueblo. Gracias a esta propuesta, Setcases ofrece una alternativa única en Cataluña: disfrutar de una playa de agua dulce en alta montaña, algo que ha captado la atención de muchos.

Su ubicación estratégica la convierte en el complemento perfecto para otras actividades típicas del entorno, como senderismo. En solo unos minutos, a pie desde el pueblo, es posible pasar de caminar por bosques y picos alpinos a descansar sobre arena junto al río, lo que explica su creciente popularidad entre visitantes de todas las edades.

Platgeta de Setcases

Qué ver en Setcases

En el propio núcleo urbano de Setcases, destacan calles empedradas y casas de piedra restauradas, que conservan el encanto de un típico pueblo pirenaico. Su arquitectura tradicional, tejados de pizarra y balcones de madera invitan a pasear con calma y desconectar del ajetreo urbano.

La iglesia de Sant Miquel, construida entre los siglos XVII y XVIII, alberga un retablo barroco excepcional, uno de los pocos que sobrevivió a la Guerra Civil, y que constituye un símbolo histórico y artístico del municipio. La plaza de los Estudios y el entorno cercano conocido como 'las Minas' integran también puntos de interés en el centro del pueblo.

Podrás disfrutar de miradores naturales como el del Agujero de la Olla, Collet de Xuriguera, Baidana y el llamado 'Balcón de la Costa Brava', los cuales ofrecen vistas asombrosas del valle, de los picos que lo rodean y del curso del río Ter: desde alturas que llegan a los 2.500 m en las pistas de Vallter 2000.

El Refugio de Ulldeter es una joya histórica y funcional enclavada en el circo glaciar de Ulldeter, cerca del nacimiento del río Ter, a unos 2.236 metros de altitud. Situado al pie del Gra de Fajol y rodeado por imponentes picos como el Bastiments y el Pic de la Dona, es un punto estratégico en rutas como la GR-11 o la Alta Ruta Pirenaica (HRP).

La primera versión fue construida en 1909, diseño del arquitecto Jeroni Martorell promovido por el Centre Excursionista de Catalunya durante el liderazgo de Cèsar August Torras. Este fue, además, el primer refugio de montaña construido en España, pensado para exploradores, científicos y miembros de la burguesía catalana de la época.