Espárragos blancos con langostinos y su mayonesa del Restaurante Vilagut

Espárragos blancos con langostinos y su mayonesa del Restaurante Vilagut INSTAGRAM

Gastronomía

El restaurante del interior de Barcelona con un solete Repsol y recomendado por la Guía Michelin: menú degustación por 40 euros

Ofrece una cocina donde tradición catalana y sensibilidad artística se entrelazan en un espacio sobrio, limpio y acogedor

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Elegir un restaurante avalado tanto por la Guía Michelin como por la Guía Repsol asegura una experiencia excepcional, que combina rigor culinario con cercanía y solidez local. Representa excelencia, innovación técnica y constancia en cada plato. Está distinguida por evaluadores anónimos, según criterios internacionales; mientras que el distintivo 'Solete' realza establecimientos auténticos, con personalidad común y con trato cercano. Juntar ambos reconocimientos en un mismo lugar, no solo valida su dominio gastronómico, sino que también garantiza un ambiente cálido, acogedor y con identidad local.

El restaurante de Vilafranca 

El Restaurante Vilagut nació del sueño de Julià Bernet, chef natural de Olesa de Bonesvalls en el Alt Penedès, quien con tan solo 27 años materializó un proyecto inspirado en sus raíces familiares. El nombre del establecimiento homenajea a su abuelo materno, mientras que la huella creativa de su abuelo paterno, caricaturista y pintor, marca el estilo del lugar. Ofrece una cocina donde tradición catalana y sensibilidad artística se entrelazan en un espacio sobrio, limpio y acogedor al mismo tiempo. Un establecimiento recomendado por la Guía Michelin y tiene un solete de la Guía Repsol.

Situado en una tranquila calle, próxima a la salida de la AP‑7 en las afueras de Vilafranca, Vilagut destaca por su elegancia minimalista en un salón luminoso distribuido en dos plantas, diseñado para que los platos hablen por sí mismos.

Interior del Restaurante Vilagut

Interior del Restaurante Vilagut GUÍA REPSOL

Productos de kilómetro cero

Desde sus inicios, Bernet se propuso construir una propuesta culina­ria con los valores del kilómetro cero y el mercado de la comarca. En la carta, destacan preparaciones protagonizadas por pescado fresco y aves de corral, protagonistas de platos como el canelón de pasta filo con bogavante y langostino, el redondo de pollo asado con morcilla, piñones y trufa, el carpaccio de gamba roja de Palamós y bisqué, el paté de pularda y cerdo con piparra y tomate o las anchoas de L’Escala marinadas en Jerez, entre otros.

En los principales, encontramos: vieira del Atlántico con salsa café de París sobre base de mantequilla especiada, morro de bacalao curado y vaporoso con coliflor y chanfaina ligera o el pichón de sangre --tras un cuidado asado con vino rancio y royal de criadillas--, que ofrece contrastes audaces de textura y sabor.

En los postres, degustarás: las tres texturas de melocotón del Ordal --un homenaje al producto local-- y un suflé de chocolate con helado de avellana casero, que cierra la experiencia con calidez y elegancia.

Menús del Vilagut

Adicionalmente, el restaurante ofrece menús pensados para diferentes ritmos: 

  • Menú de mercado (denominado también menú degustación de mercado) - 40 €: Consta de seis pases que reinterpretan platos cotidianos con ingredientes de temporada y proximidad, cuidadosamente, seleccionados cada día. Cada elaboración busca transmitir autenticidad, sabor y el carácter del producto local tratado con técnica depurada y sin excesos. La estructura general incluye dos entrantes, un pescado, una carne y un postre. Se acompaña de pan y el precio no incluye bebida. Ejemplos: anchoa marinada, salmón marinado con aguacate y piparra, raviolis de espinacas con crema de anacardos y papada, canelón de pularda con bechamel de seta y trufa, seguido por pescado del día y carne del día.
  • Menú degustación clásico - 65 €: Se trata de una experiencia más amplia con nueve pases, que combinan la elegancia de la cocina francesa con la identidad del Penedès. Incluye aperitivos, entrantes de pescado y marisco, platos principales de carne y pescado y postres refinados. Algunos de los platos son iguales al del anterior menú.

Qué ver en Vilafranca

Vilafranca del Penedès es una ciudad vibrante que combina su legado medieval con una identidad vitivinícola consolidada. Pasear por su núcleo histórico permite descubrir joyas como la imponente Basílica de Santa María, declarada símbolo de la ciudad desde el siglo XIII, cuyas bóvedas góticas y su cripta moderna reflejan siglos de historia arquitectónica. A su alrededor, la plaza Jaume I acoge palacios como el Palau Baltà y el Palau Reial, hoy sede del Vinseum, un museo único que alberga más de 17.000 piezas dedicadas a la cultura del vino en Cataluña.

La ciudad también está muy unida a las tradiciones catalanas vivas: el monumento a los castellers, que evoca esa costumbre declarada Patrimonio Cultural Inmaterial y, fuertemente, arraigada a esta comunidad. Más allá del centro, es el punto de partida perfecto para visitar bodegas de la Ruta del Vino del Penedès, descubrir paisajes rurales y ascender al Parque del Foix o recorrer la montaña de Olèrdola, la cual ofrece panorámicas y yacimientos prehistóricos a pocos kilómetros de la ciudad.