La ruta por Cataluña que casi nadie conoce: un paseo por un paisaje declarado patrimonio de la UNESCO

La ruta por Cataluña que casi nadie conoce: un paseo por un paisaje declarado patrimonio de la UNESCO

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La ruta por Cataluña que casi nadie conoce: un paseo por un paisaje declarado reserva de la UNESCO

La travesía comienza en el pequeño municipio de Cànoves i Samalús y sigue hasta un impresionante embalse

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No hace falta irse al Pirineo para encontrar paisajes increíbles. En la misma provincia de Barcelona hay parajes que sorprenden por su vocálica naturaleza y, sobre todo, porque están casi inexplorados.

Sí, aunque cueste creer, hay lugares en Barcelona que no están masificados. Hay que irse un poco lejos, en los límites con Girona, en el Parque Natural del Montseny. Aquí, en esta Reserva de la Biosfera por la UNESCO, hay unas rutas de senderismos que merecen la pena ser descubiertas. Siempre respetando el ecosistema.

Allí se encuentra un embalse poco conocido. No se le hacía falta mención ni en las peores épocas de la sequía en Cataluña, en cambio, su belleza merece ser destacada, es el embalse de Vallforners, uno de los rincones más evocadores del, declarado 

A apenas cuarenta minutos de la capital catalana, este pantano garantiza un espacio de tranquilidad, al que se llega a través de una ruta de senderismo circular apta para todos.

Cómo llegar al pantano

La travesía comienza en el pequeño municipio de Cànoves i Samalús, donde el parking de Can Domènech actúa como punto de partida y de regreso. Sólo abandonar el aparcamiento, la naturaleza hace acto de presencia. Las aguas cristalinas se escuchan golpear las piedras cubiertas de musgo de los riachuelos que por allí pasan.

Estas aguas forman además unas pozas naturales que, si bien no permiten grandes baños, aseguran refrescarse. Aunque, a veces, ni es necesario. La humedad del sotobosque y los troncos milenarios cubiertos de líquenes mantienen una temperatura más que agradable incluso en verano.

La ruta para acceder

El camino, además, es de fácil acceso. Hay pasarelas de madera y pequeños puentes colgantes, que permiten sortear los diferentes riachuelos y que que añaden ese toque de aventura que algunos necesitan cuando van a la montaña.  Todo sin poner en riesgo la seguridad. La dificultad de la ruta, en realidad, es moderada-baja.

Así, en un pequeño paseo se llega al pantano de Vallforners, un embalse construido entre 1985 y 1989 que, pese a su origen artificial, aparenta ser un lago cualquiera con una capacidad de más de 2 hectómetros cúbicos y rodeado de laderas boscosas. Eso sí, no está permitido el baño.

Pantano de Vallfornès

Pantano de Vallfornès WIKIPEDIA

Un castaño milenario en el camino

Tras descansar un rato a orillas del embalse y contemplar las montañas que lo rodean, la ruta se extiende hasta el mítico Castanyer Gros de Can Cuc, un castaño milenario de más de 12 metros de perímetro.

El recorrido puede completarse en unas dos horas, por lo que se adapta perfectamente a una excursión de medio día, aunque siempre se puede parar si uno para a comer en algunos merenderos y áreas habilitadas donde disfrutar de un pícnic en plena naturaleza.

Ruta señalizada

La facilidad de acceso es el mayor aliciente de esta ruta. Vallforners puede disfrutarse con unas buenas zapatillas, una mochila ligera y ganas de descubrir la naturaleza que protege a Barcelona de su absoluta polución.  

Es difícil perderse, la ruta está perfectamente señalizada, tanto en el núcleo urbano de Cànoves como en el propio parque. No hacen falta mapas ni ir con la vista puesta en el móvil, mejor seguir las marcas y señales, levantar la mirada de las pantallas y disfrutar de la naturaleza.

Cómo llegar en coche

Pocos pueden creer que este paisaje se encuentre a tan solo 40 minutos de Barcelona. Se accede por la AP-7 y se toma la salida 12B, para luego enlazar con la BP-5107. 

Desde Girona, el viaje en coche requiere una hora y cuarto. Se va por la misma AP-7, esta vez, en dirección a la capital catalana. Y cuando se llega al pueblo, no hace falta sacar el GPS tampoco, el acceso está claramente indicado. De todos modos, hay que tener en cuenta que los fines de semana puede haber control de acceso e incluso puede que el aparcamiento se deba pagar, a un módico precio.