Este rincón de Tarragona promete leyendas mágicas y un viaje al centro de la tierra, la cueva de Benifallet TURISME BENIFALLET
Ni la cueva del Diable ni las minas de sal: este rincón de Tarragona promete leyendas mágicas y un viaje al centro de la Tierra
Es la cueva más grande de Cataluña y, sin embargo, uno de los espacios naturales menos conocidos
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Viaje al centro de la Tierra. Ese sueño de muchos geólogos, científicos y curiosos del saber ha dado fruto a numerosas expediciones y miles de libros de ficción, con la novela de Jules Verne como referencia.
La voluntad de conocer de qué está hecho el suelo que pisamos. Qué esconde y por qué se mueve bajo nuestros pies sigue generando cientos de estudios cada año. Y, los que no pueden hacerlo, se tienen que conformar visitando cuevas y cavidades subterráneas que parecen hablar del pasado del lugar.
En Cataluña hay varias cuevas que se han hecho famosas. La Cova del Diable, las minas de sal de Cardona o las cuevas que hay en Montserrat son sólo algunas de las más conocidas, aunque hay más.
La provincia de Tarragona guarda en la zona del Baix Ebre un tesoro geológico de una belleza incomparable, un universo subterráneo moldeado por siglos de goteo lento, paciencia geológica y formas caprichosas. Todo un desafío a las leyes de la física con un nombre que da pistas sobre su belleza, hablamos de las Coves Meravelles.
Un descubrimiento particular
Descubierta en 1968 por un grupo de espeleólogos del Centre Excursionista de Gràcia, este uno de los espacios naturales más asombrosos y menos conocidos de Cataluña. Su nombre no engaña: hay maravilla en cada rincón, en cada gota suspendida y solidificada.
Como bien indica su plural, este un sistema de seis cavidades calcáreas localizadas en una zona de relieve kárstico, esculpido durante milenios por el agua que, al infiltrarse por las fisuras de la roca, ha dado lugar a una profusión de estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, banderas y gours (pequeñas balsas de agua calcificada).
Como son las cuevas
Sin embargo, el elemento más fascinante de la Cova Meravelles son las excéntricas: formaciones que crecen en ángulos impredecibles, en direcciones oblicuas, horizontales o incluso ascendentes. Se ramifican como raíces flotantes, desobedeciendo ostensiblemente la gravedad.
Todas joyas geológicas por las que no hace falta tener interés para visitarlas, basta con ver algunas imágenes para querer ir. Su belleza es de otro nombre y la posibilidad de poder acceder a ella, un lujo.
Desde 1995, estas cuevas están abiertas al público. El recorrido permite adentrarse por 200 de los aproximadamente 510 metros explorados de la cavidad. La visita guiada dura unos 45 minutos y está adaptada con pasarelas de madera y una iluminación tenue pero estratégica, que respeta el ecosistema subterráneo y acentúa la magia de las formaciones.
Se entra en penumbra, entre el silencio húmedo y un aire que cambia de temperatura con rapidez, ideal para combatir las altas temperaturas del verano. Poco después, se llega a la primera sala, conocida como la “Sala dels Llapis”, nombre que recibe por las finísimas estalactitas alineadas como lápices colgantes que hay allí. Y, en el centro, una estalagmita esbelta, casi escultórica.
Unas formas particulares
Más adelante, la “Sala de l’Amfiteatre” despliega una composición natural de gours en forma de graderío. El agua estancada en estas piscinas mínimas refleja las luces suaves dispuestas allí. Este juego hace creer que incluso se mueve la roca.
Ya en la “Sala de la Música”, las estalactitas cuelgan densamente, y algunas de ellas emiten sonidos melódicos al ser golpeadas suavemente con los nudillos: una especie de xilófono natural que resuena con ecos antiguos.
Cova de las Meravellas AYUNTAMIENTO DE BENIFALLET
Un refugio durante la Guerra Civil
La visita puede seguir por la vecina Cova del Dos, otra de las cavidades del complejo. Esta, si bien no tiene tanto interés geológico, sí tiene mucha relevancia histórica y arqueológica.
Aquí se han hallado restos de ocupación humana desde el Neolítico, y vestigios que indican su uso como refugio durante episodios de la Guerra Civil, especialmente durante la Batalla del Ebro. De hecho, aún hoy, en algunos recovecos de esta cueva secundaria, pueden observarse inscripciones rudimentarias y señales de paso humano entre las sombras de la roca.
Cómo llegar
Para quienes viajan allí desde Barcelona, el trayecto por carretera dura unas dos horas y 20 minutos. Se debe tomar la autopista AP-7 y, a la altura de Amposta, enlazar con la C-12, también conocida como l’Eix de l’Ebre, hasta Benifallet.
Desde Lleida, el camino es más corto y directo. Solo hace falta tomar la carretera C-12 en dirección sudeste hasta llegar al pueblo. En poco más de una hora y 45 minutos, uno se planta en las cuevas.
