El bucólico pueblo de la Vall d'Aran que enamora a National Geographic con sus flores, Bagergue

El bucólico pueblo de la Vall d'Aran que enamora a National Geographic con sus flores, Bagergue CATALUNYA TURISME

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El bucólico pueblo de la Vall d'Aran que enamora a National Geographic con sus flores: "Uno de los más bonitos del mundo"

El municipio es el más alto de la comarca y tiene poco más de 100 habitantes

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El tamaño no importa, y los habitantes de Bagergue lo saben. El pueblo tiene solo 107 habitantes y menos de 14 kilómetros cuadrados, pero ha conquistado a National Geographic y al mundo.

La famosa publicación de viajes le ha dedicado un artículo reciente en el que destaca su ambiente bucólico y sus flores. Pero no es solo cosa de la revista: desde hace años aparece en la lista de los pueblos más bonitos del mundo.

Y no es su único reconocimiento. Situado a 1.419 metros de altitud, Bagergue es el pueblo habitado más alto de la Vall d’Aran y, para muchos, también el más encantador.

Lo curioso es que muy pocos en Cataluña lo conocen, aunque eso les importa poco a sus vecinos. Ese anonimato contribuye a mantener su ambiente tranquilo y sus calles casi impecables.

El pueblo de las flores

Bagergue se asienta en un rellano natural que regala vistas amplias sobre el valle y las cumbres que lo rodean. Las calles empedradas, las casas de piedra con tejados de pizarra y los balcones llenos de flores, una de sus señas de identidad, lo hacen único.

La propia National Geographic lo destaca por ello y asegura que es “el pueblo del Pirineo catalán con más flores que habitantes”.

Qué dice National Geographic

De las casas de Bagergue llama la atención, precisamente, su amplia gama de colores. “Las macetas colocadas en las puertas y las calles” lo hacen posible. En ellas “abundan los geranios, las petunias, los calíopes, las gitanillas y los surfinias, entre otras flores”, destaca la publicación.

Durante décadas, esta villa ha sobresalido por preservar su estética original, regulando los materiales de construcción y manteniendo una coherencia visual que otros pueblos pirenaicos han ido perdiendo.

Iglesia Bagergue

Iglesia Bagergue AranMap

Aquí todo responde a una lógica ancestral: la piedra para resistir el invierno, la madera para aislar y aportar calidez, y la pizarra de los techos para soportar la nieve. El resultado es una imagen 100% pirenaica y cargada de historia.

Su patrimonio monumental, discreto, pero de enorme valor, comienza por la iglesia de Sant Fèlix, una construcción románica del siglo XIII que ha sobrevivido a transformaciones góticas y barrocas sin perder su esencia.

La iglesia

Su campanario de espadaña destaca sobre las cubiertas de pizarra, recordando el origen medieval del núcleo. En el interior brilla un retablo barroco y varias piezas de imaginería religiosa.

La iglesia preside la parte alta del pueblo, donde las casas se agrupan formando un pequeño laberinto de callejuelas. A su alrededor se conservan antiguos lavaderos, fuentes y bordas.

Un museo muy especial

Estas construcciones típicas del Pirineo, destinadas originalmente al ganado y al almacenamiento del heno, completan un patrimonio etnográfico que Bagergue ha sabido poner en valor sin convertirlo en un decorado.

Prueba de ello es Eth Corrau, uno de los tesoros menos conocidos del valle. Se trata de un museo etnográfico privado que alberga más de 2.000 objetos relacionados con la vida antigua de la Vall d’Aran.

Aquí se pueden ver desde instrumentos agrícolas hasta utensilios domésticos, pasando por piezas de artesanía o herramientas de pastoreo. Es una colección reunida durante décadas por un vecino del pueblo que permite comprender cómo era el día a día antes de la llegada del turismo y el esquí.

Su valor radica no solo en la cantidad y rareza de las piezas, sino también en la autenticidad del espacio: una antigua borda rehabilitada con criterios tradicionales.

Rutas y senderos

Pero no todo se reduce al museo, las casas, la iglesia y sus calles. Bagergue es un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza, gracias a los numerosos senderos que parten desde aquí.

Desde el pueblo salen rutas hacia los lagos de Liat, uno de los conjuntos lacustres más espectaculares de la Vall d’Aran. Son caminos que conectan con rincones menos transitados, como el Pla de Beret o las antiguas sendas ganaderas de montaña.

Bagergue

Bagergue AranMap

Cuándo ir

En invierno, es más difícil recorrer tanto las rutas como las calles: hay que ir preparado, porque el pueblo se cubre de nieve. Claro que también se vuelve más atractivo para los esquiadores. Bagergue está a tan solo diez minutos de Baqueira Beret.

Por tanto, cualquier época del año es ideal para ir: en verano, por el clima suave; en primavera, por la floración exuberante de sus balcones; en otoño, para descubrir sus rutas; y, con el frío, para esquiar.

Cómo llegar

El problema es la distancia: Bagergue está lejos de todo. Hay más de dos horas y cuarto desde Lleida. Se llega por la A-2 en dirección a Alfarràs y, desde allí, se enlaza con la N-230 hacia Vielha. Una vez en la capital aranesa, solo queda seguir la C-28 en dirección a Salardú y desviarse hasta Bagergue.

Aún más largo es el trayecto desde Barcelona. Se va por la C-58 y la C-16 hacia el túnel del Cadí, se continúa por la N-260 hasta llegar a Adrall y, desde allí, se enlaza con la N-230 rumbo a Vielha. El viaje ronda las cuatro horas.