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El tren de los lagos, el del cemento, el tren granota, Cercanías, FGC… Cataluña es país de trenes. Aquí se construyó la primera línea ferroviaria de España en 1848 y las interconexiones desde entonces no han cesado.

Algún recorrido ha caído en el olvido, los trenes se han modernizado y las infraestructuras permiten la alta velocidad. Otros, en cambio, no se han podido adaptar a los cambios.

Para ellos están los cementerios de trenes, espacios donde las viejas locomotoras y vagones se dejan perder hasta que pueden ser completamente destrozados. A excepción de un rincón de Cataluña.

Está en el Berguedà, en un paisaje de laderas pronunciadas, bosques espesos y barrancos, en Vallcebre. Este pueblo de poco más de 270 habitantes guarda uno de los lugares más insólitos de Cataluña.

Dónde está

Aquí, en medio de la Sierra del Cadí-Moixeró se encuentra el único cementerio de trenes visitable en plena montaña en Cataluña. Y lo mejor de todo: es gratis.

Eso sí, el visitante no encuentra aquí grandes locomotoras de vía ancha ni enormes naves ferroviarias abandonadas, sino algo mucho más singular y ligado a la historia local.

Un museo diferente

En este particular cementerio se concentran vagonetas originales, pequeñas locomotoras diésel y tramos de vía estrecha. Todos ellos pertenecieron al antiguo tren minero de la Mina Nova de Coll de Pradell.

No es un museo, como buen cementerio está al aire libre. Aunque para muchos no es un camposanto de locomotoras sino una cápsula del tiempo que permite comprender cómo fue la vida laboral en este rincón del Berguedà.

La comarca estuvo profundamente marcada por la extracción de carbón durante buena parte del siglo XX. Prueba de ello es que el famoso Tren del Ciment se encuentra a poco más de 20 minutos.

Tal vez impulsado por la proximidad de este espacio, los vecinos de la zona y extrabajadores decidieron también reivindicar su pasado. De hecho, la existencia de este espacio es fruto de la labor constante de la Associació de Trens Miners Turístics de Vallcebre.

Quién está detrás

Este grupo de voluntarios dedica su tiempo, desde mediados de los 2000, a rescatar, restaurar y mantener el material ferroviario que se empleó en las minas del municipio.

Gracias a su trabajo, el pequeño tren turístico de la Mina Nova, conocido popularmente como el Petit Tren, incluso vuelve a ponerse en marcha, pero solo los fines de semana.

Qué ver

El viaje no es vertiginoso, pero sí muy interesante. En pocos minutos, el viajero puede experimentar, en primera persona, el movimiento real de un tren minero sobre raíles que discurren junto a viejos cargaderos, tolvas y bocas de mina.

Pero hay más. Entre las locomotoras rescatadas y alineadas junto a la vía hay ejemplares de pequeño tamaño, robustos y funcionales, diseñados para soportar la dureza de la explotación minera.

Las vagonetas, también originales, conservan el desgaste de décadas de trabajo: hierro oxidado, pintura descascarada y ruedas que todavía crujen cuando los voluntarios las movilizan durante las labores de mantenimiento.

Todo ello permite entender cómo este enclave funcionaba como un engranaje más de un complejo minero que incluía galerías, almacenes y estructuras de carga.

Fragilidad de los trenes

Aunque el tiempo y la meteorología han dejado su huella en las piezas, su estado general es notable gracias a la vigilancia constante de la asociación, que también se encarga de recordar la importancia de no manipular, mover ni llevarse ningún elemento.

La fragilidad del conjunto obliga a que los visitantes actúen con responsabilidad; una sola pieza retirada o dañada sería irrecuperable. Por eso, a pesar de ser gratis la visita, exigen respeto y, si se desea, quien quiera pueda hacer sus donaciones.

Otros planes

La visita al cementerio de trenes suele formar parte de una excursión más amplia por el Coll de Pradell, un entorno privilegiado para el senderismo. Tras recorrer las vías y explorar las bocas de mina, muchos visitantes se adentran por rutas señalizadas que ofrecen vistas panorámicas del Berguedà.

También se puede aprovechar para conocer la Mina Nova, uno de los accesos más emblemáticos del pasado minero de Vallcebre. Su entorno, que combina restos de muros antiguos, suelos de carbón y estructuras derruidas, permite comprender mejor el día a día de los trabajadores que bajaban a las galerías para extraer mineral.

Cómo llegar

Al cementerio de trenes no se puede ir en ferrocarril, sino en coche. La ciudad más cercana es Berga. Está a una media hora. Basta con tomar la carretera C-16 y salir por Guarda / Vallcebre, para continuar por la BV-4025 hasta el municipio.

La misma carretera se ha de tomar si se va desde Barcelona. La diferencia es el tiempo de viaje. Desde la capital catalana se tarda hora y media en llegar.

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