El pueblo más alto de Cataluña, Rubió

El pueblo más alto de Cataluña, Rubió AYUNTAMIENTO DE SORIGUERA

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No es Meranges: el pueblo más alto de Cataluña tiene apenas 25 habitantes y está a más de 1.600 metros

Este rincón de Cataluña forma parte de un conglomerado de aldeas de los Pirineos

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Meranges es, de forma oficial el pueblo más alto de Cataluña. Se encuentra en La Cerdanya a 1.539 metros de altitud. Aun así, hay otro núcleo habitado de que lo supera.

Está entre los pliegues más altos del Pallars Sobirà. No consta como pueblo, sino que pertenece a un conglomerado de municipios. Eso sí, está mucho más elevado que la localidad de la Cerdanya.

Rubió, que es como se llama el lugar, se levanta a 1.687 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el punto habitado más elevado de Cataluña

Tiene apenas una decena de casas y allí habitan tan solo 25 personas, según consta en los registros del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat).

Primeras referencias

Este diminuto enclave se sitúa en el extremo oriental del término municipal de Soriguera, pueblo al que pertenece y debe su nombre al latín.

El filólogo Joan Coromines atribuye el topónimo Rubió al nombre latino Rubbionis, que habría evolucionado al catalán medieval y, finalmente, a la forma actual. 

Origen del nombre

Cuesta creer que el concepto latino, que también se puede traducir como rubí, tenga que ver con el paisaje. La roca no es roja y aquí no hay piedras preciosas. La única joya es el propio municipio.

El núcleo ocupa un pequeño espolón del flanco sur de la Roca de Coma-sarrera, a unos 1.7 kilómetros del barranco de les Comes de Rubió, y domina el paisaje desde una loma que actúa como mirador natural sobre los valles circundantes.

Iglesia de Sant Salvador de Rubió

Iglesia de Sant Salvador de Rubió AYUNTAMIENTO DE SORIGUERA

Sólo hace falta echar un vistazo desde lejos para ver que es un lugar con historia. Durante siglos, el pueblo fue conocido indistintamente como Rubió o Rubió del Cantó.

Este segundo nombre también tiene explicación. Se refiere a la sierra próxima del mismo nombre, que marca el límite natural entre los términos de Soriguera y Llagunes, es decir, “hace esquina”.

Huellas históricas

Los documentos más antiguos que mencionan Rubió datan del siglo XVI. En el censo de 1553 constan tres hogares o “focs civils”, lo que equivale a unos 15 habitantes. Más de 500 años después solo ha logrado tener 10 más.

A mediados del siglo XIX, el geógrafo Pascual Madoz describía en su Diccionario geográfico un pequeño pueblo “situado en una peña bajo una alta montaña, junto al torrente de les Comes”, con apenas diez casas, una fuente y la iglesia de Sant Salvador. 

Dónde está

Madoz no fue muy benevolente. Afirma que las tierras eran “flojas y pedregosas”, aunque se cultivaban centeno, patatas, judías y heno, y se criaba ganado vacuno y ovino.

Por aquel entonces, Rubió formaba parte del Vescomtat de Pallars, una de las jurisdicciones medievales más extensas del Pirineo catalán. Durante siglos dependió eclesiásticamente de Llagunes, con la que mantiene todavía vínculos parroquiales.

Desde entonces hasta ahora, las casas se agrupan en las vertientes oeste y sur del promontorio, de forma aparentemente desordenada. En cambio, todo está pensado.

Las viviendas están orientadas al sol y protegidas de los vientos del norte, para conservar el hogar a una temperatura que la haga habitable.

Arquitectura y entorno

Las casas de piedra de Rubió mantienen la arquitectura tradicional del Pallars Sobirà: muros gruesos, cubiertas de losa, chimeneas pirenaicas y balcones de madera. 

Lo más curioso de todo es que a estas viviendas todavía por sus antiguos nombres. Así uno se puede encontrar con la Casa d’Andreu, la Casa de Bigorra, la Casa de Caplloc, la Casa de Cisco, la Casa de Pei, la Rectoria, la Casa de Soler o la Casa de Vilanova.

La iglesia

La visita es rápida. Aquí hay una única calle irregular que serpentea entre las viviendas y finaliza en el extremo oriental. Allí, se alza la iglesia parroquial de Sant Salvador, punto de referencia visual y espiritual para los vecinos.

Se trata de un templo de origen románico, de una sola nave, con ábside semicircular y campanario de espadaña. Ha sido reformado en épocas posteriores, pero conserva la sobriedad medieval.

En su interior se conservan algunos elementos de culto sencillos y restos de ornamentación posterior. La parroquia depende hoy de la de Llagunes, dentro del arciprestazgo del Alt Pallars.

Sant Salvador, además, cuenta con otro atractivo. Su situación, ligeramente elevada, ofrece una impresionante panorámica sobre el barranco y las laderas boscosas que rodean el núcleo.

Rutas

El entorno inmediato está compuesto por prados, matorral y bosques de pino negro y abeto, donde abundan especies de fauna como el rebeco, la perdiz nival o el corzo. 

Sus alrededores son muy preciados por los amantes del senderismo. Aquí hay rutas de que conectan con Llagunes, el Cantó y el Parc Natural de l’Alt Pirineu.

Rubió es un municipio de la resistencia. En 1992 dejó de ser reconocido como pueblo, por pasar largos años de inactividad administrativa. Desde entonces, el pueblo forma una entidad local menor con junta administrativa, dependiente del ayuntamiento de Soriguera.

A pesar de su tamaño, con apenas una decena de viviendas, el núcleo sigue habitado de forma permanente, y puede presumir de ser el pueblo catalán más alto con población estable.

Cómo llegar

Llegar allí no es tan difícil, siempre y cuando no caiga una gran nevada que impida el acceso. Lo capital catalana más cercana es Lleida, que queda a más dos horas. Se toma la C-12 que enlaza con la C-13 hasta la Pobla de Segur.

Allí se sigue por la N-230 hasta Sort, donde se toma el desvío hacia Soriguera. Desde allí, una pista asfaltada y bien mantenida asciende hacia el Cantó.