Harry Potter jugando al quidditch

Harry Potter jugando al quidditch Fotograma Harry Potter

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El pueblo costero catalán capital del 'quidditch': ideal para amantes de Harry Potter

Lo que empezó como un juego de ficción se ha convertido en una competición real que mueve a cientos de aficionados en Cataluña

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Durante años fue solo una invención literaria, un juego fantástico que pertenecía al universo de Harry Potter. Escobas, pelotas voladoras y equipos que competían suspendidos en el aire formaban parte de un mundo imposible. Pero, como ocurre con muchas ficciones, alguien decidió llevarlo al terreno real. El resultado fue un deporte que combina imaginación y estrategia, una mezcla curiosa de rugby, balonmano y diversión colectiva.

Hoy, el quidditch —o quadball, su versión moderna y terrenal— se ha convertido en algo más que una curiosidad para los fanáticos. Es un fenómeno social y deportivo en expansión, con comunidades que lo practican por pura pasión y torneos que reúnen a jugadores de toda Europa. Lo que empezó como una broma entre seguidores de la saga se ha transformado en una forma distinta de entender el juego: inclusiva, dinámica y sorprendentemente exigente.

Cataluña

En Cataluña, este deporte encontró su rincón ideal frente al mar. Salou, conocido por su ambiente costero y su energía juvenil, se ha convertido en el punto de encuentro de quienes han hecho del quidditch una forma de vida. Allí, los campos de juego sustituyen el cielo abierto de las novelas, pero conservan la emoción de cada jugada y el espíritu de equipo que define a esta disciplina tan poco convencional.

European Quadball Cup

European Quadball Cup Ayuntamiento de Salou

El municipio tarraconense ha sabido mezclar su vocación turística con un toque de magia. Entre el sonido de las olas y el bullicio de los paseos, los partidos de quadball aportan una imagen diferente del litoral catalán: jóvenes corriendo con escobas simbólicas, risas, esfuerzo y una comunidad unida por la imaginación. Lo que para muchos sigue siendo un guiño a la fantasía, en Salou ya forma parte del paisaje real.

¿Cómo practicarlo?

El origen de este deporte se remonta a la imaginación colectiva de miles de lectores, pero lo que empezó como juego de ficción hoy tiene estructura real. Fue adoptado por comunidades que buscaban un deporte diferente, inclusivo, que mezclara el espíritu de equipo con la novedad de una escoba simbólica entre las piernas. 

En el litoral tarraconense, el Ayuntamiento de Salou se ha convertido en escenario de práctica habitual y de grandes eventos. Los jugadores y equipos catalanes entrenan y compiten en instalaciones como el Mediterranean Sports Hub – Futbol Salou, que acoge torneos de nivel internacional como la European Quadball Cup 2025.

Clubes de 'quidditch'

La práctica no queda solo en ese evento: clubes de Barcelona, Cerdanyola del Vallès o Tarragona ofrecen sesiones abiertas a nuevos jugadores, puertas de entrada fáciles para quien quiera apuntarse a este deporte poco convencional.

Además, la Liga Catalana de Quádbol y la Associació de Quadbol de Catalunya impulsaron la práctica desde hace años, adaptando reglas, creando equipos y organizando competiciones con un ritmo creciente.

Diversión sin etiquetas

Más allá del deporte, el quidditch se ha convertido en un punto de encuentro para quienes buscan comunidad, ejercicio y diversión sin etiquetas. Sus reglas promueven la igualdad y la inclusión: hombres y mujeres compiten juntos, y cada jugador puede asumir distintos roles dentro del equipo. Esa filosofía abierta explica por qué este fenómeno ha calado en el público joven, más atento a los valores que a las medallas. En Cataluña, el movimiento crece a base de entusiasmo y compromiso voluntario.

Cada torneo atrae a nuevos curiosos, turistas o seguidores de la saga que descubren un ambiente tan competitivo como festivo. Ver un partido es asistir a una mezcla de fantasía y realidad, una celebración del juego en su forma más libre. Y en ese equilibrio, entre la magia y el esfuerzo físico, Salou ha encontrado una nueva manera de brillar junto al mar.