Publicada

Unos se llevan la fama y otros cardan la lana, asegura el refranero español. Con los pueblos pasa algo parecido, a pesar de que todos tienen algo a destacar, unos tienen más popularidad que otros.

Sin entrar a valorar las razones, lo cierto es que hay un pequeño municipio del Pirineo que apenas sale en las guías y es uno de los más bonitos de Lleida sino de Cataluña. De hecho, su villa closa está declarada Bien Cultural de Interés Nacional desde 1985.

Tiene un nombre curioso y tan solo 83 habitantes, según el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Eso sin contar que cuenta con un precioso patrimonio arquitectónico catalogado, sin necesidad de ser una iglesia o un castillo, que también los tiene.

Su particular topónimo causa confusión. Se llama Peramea, pero no tiene nada que ver con una fruta, más bien con su entorno. El nombre viene del latín Petra Media, que significa “roca mediana”, en referencia al peñón sobre el que se asienta el castillo que defendía el lugar.

Cómo es el pueblo

También podía hacer referencia a las casas. Muchas de las viviendas, así como las calles, están hechas de piedra, lo que le confieren un ambiente rústico que recuerdan a sus orígenes, en la Edad Media.

De aquella época se conserva el trazado de sus calles, dentro de la llamada villa closa, es decir, encerrada en la muralla. Una villa que, como la mayoría, crecieron alrededor del castillo del señor feudal y de la iglesia, en este caso dedicada a Sant Cristòfol.

El castillo

La fortaleza se localiza sobre el peñón que dio nombre al municipio, Peramea, y, a su vez, la construcción le da nombre al mismo, la Roca del Castell. Se trata de una elevación natural en la parte norte del pueblo. 

Sobre ella se construyó la fortificación, datada del siglo XI. Su estructura se amolda a la orografía del lugar. La planta del castillo  se adapta al relieve y los muros se construyeron directamente sobre la roca.

Una calle de Peramea CASA PARRAMON

Disponía de dos terrazas: la superior es de planta trapezoidal, muros de mampostería y sillar de aproximadamente medio metro de grosor; la terraza inferior incluye un muro de cierre de unos cuatro metros de longitud. 

Documentada está también la existencia de portales de acceso al recinto urbano amurallado y restos de muros en el sur y oeste del conjunto. Sin embargo, actualmente, se conservan solo fragmentos de muros y la roca que sustentaba la fortificación.

La iglesia fundacional 

El otro punto clave es la iglesia de Sant Cristòfol, situada en el sector noreste de la villa, y próxima a la Roca del Castell. A su alrededor, el pueblo fue creciendo.

La construcción de la iglesia, por eso, data del siglo XVIII, aunque se conoce que fue erigida sobre una iglesia anterior de origen románico. Más allá de que su arquitectura es propia de la época, conserva un tesoro en su interior.

Arte románico

Sant Cristòfol guarda una talla románica de la Mare de Déu del Remei datada del siglo XIII. Asimismo cuenta con una pila bautismal de estilo gótico rústico y una sepultura del último abad del monasterio de Santa María de Gerri en el presbiterio. 

La iglesia formó parte de la parroquia de San Joan en su origen y fue ampliada en el siglo XIV antes de la reconstrucción completa del siglo XVIII. Está catalogada en el Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya y sigue en uso como parroquia.

Una era especial

Más allá de defensas e iglesias, hay otro rincón que merece la pena descubrir. En un extremo de la villa se encuentra la Era d’Ortega, un conjunto de edificaciones tradicionales de carácter agrícola‑ganadero. 

La estructura incluye una era central utilizada para trillar cereal y reunir ganado, corrales, pajar y almacén de forraje (estisora). Las construcciones son tradicionales: de piedra con tejados de teja o pizarra, adaptadas a la economía de subsistencia y al clima de la zona. 

Que más ver

La construcción recuerda el pasado y presente agrícola de Peramea y se puede acceder sin problema. Actualmente, el edificio alberga la sede de la asociación cultural Lo Vent de Port, que la utiliza para exposiciones, talleres, actividades culturales y agrobotiga con productos locales.

Otros elementos patrimoniales del pueblo son la Torre dels Colomers, una torre de vigilancia asociada al sistema defensivo del castillo, y el dolmen de la Mosquera, que documenta la ocupación antigua de la zona.

Calle de Peramea ERA DE L'ORTEGA

El municipio, que conserva sus pequeñas dimensiones, fue independiente hasta 1969, incluyendo los núcleos de Balastuy, Canals, El Comte, Cortscastell, Llaràs y Pujol. Ahora, forma parte del conocido conjunto del Baix Pallars.

Cómo llegar

Peramea se encuentra a una hora y 45 minutos de Lleida. Se toma la C-12 hacia Balaguer, que se convierte en C-13, para más adelante desviarse a la N‑260 en dirección Sort. A la altura de Gerri de la Sal aparecen ya las indicaciones hacia la carretera comarcal que conduce directamente a destino.

Desde Barcelona el viaje ya es de unas tres horas. Se va por la A‑2 hasta Cervera, donde se enlaza con la C-14 que lleva a Artesa de Segre. De allí, se sigue por la L-512 hasta Tremp y desde allí se sigue por la C-13.

Noticias relacionadas