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El pueblo medieval más bonito de España está en Cataluña, Montblanc
El pueblo medieval más bonito de España está en Cataluña, según la prensa de viajes: tiene murallas del siglo XII
El conjunto histórico de la localidad esconde iglesias, museos variopintos y una leyenda muy conocida
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El pasado medieval de Cataluña se siente en las calles de sus pueblos, en los muros de las casas y en los castillos y torres de defensa repartidos por el territorio. Los tiempos, por suerte, han cambiado, pero varios municipios han logrado conservar buena parte de ese legado otorgándoles una belleza sin igual.
No es la primera vez que sucede, pero no por ello es menos importante. La revista internacional National Geographic se ha vuelto a fijar en Cataluña para destacar la belleza de una de estas localidades, recordando que “es uno de los pueblos medievales más bonitos de España y de Cataluña”.
Dónde está
El municipio en cuestión es Montblanc. Situado en la comarca de la Conca de Barberà (Tarragona) se trata de una de esas localidades medievales que, más allá de su impresionante muralla del siglo XII, contiene una historia y una arquitectura que lo convierten en leyenda.
No es para menos, desde Ramon Berenguer, conde de Barcelona, al mismo Sant Jordi, el de la leyenda del dragón, la princesa y la rosa, son varios los personajes que pertenecen al ideario catalán que pasaron o tienen relación con Montblanc.
Fundación de Montblanc
El origen del municipio se se remonta, precisamente, al siglo XII, cuando Ramon Berenguer IV, conde de Barcelona, inició la repoblación del territorio tras la reconquista de la región.
En 1163, el rey Alfonso I el Casto otorgó a Montblanc el título de "villa real", lo que favoreció su crecimiento y consolidación como un importante centro político y comercial dentro de la Corona de Aragón.
Arquitectura medieval
Su arquitectura medieval, en gran parte intacta, refleja el esplendor de esa época. Rodeada por 1.700 metros de muralla medieval con 25 torres originales, Montblanc mantiene su encanto histórico y lo combina con interesantes experiencias culturales, artísticas y novedosas escapadas enológicas.
Todo eso lo ha llevado a ser reconocido por la prensa internacional y también por los propios catalanes que, cuando se acerca Sant Jordi o piensan en una escapada, tienen a Montblanc en mente. Y no es para menos, desde 1947, su centro histórico fue declarado Conjunto Histórico gracias a sus iglesias románicas y góticas, sus calles empedradas y sus encantadoras plazas. Eso sin contar que es un punto de origen de la ruta del Císter.
![Montblanc](https://a1.elespanol.com/cronicaglobal/2023/08/12/empresas/786181534_8432604_1024x576.jpg)
Montblanc
El puente de entrada
Si uno va por primera vez a Montblanc, nada mejor que acceder al pueblo atravesando el Pont Vell, un puente de piedra del siglo XII que cruza el río Francolí y ofrece una vista inmejorable del conjunto amurallado.
Las murallas, construidas entre 1366 y 1383 bajo el reinado de Pere el Cerimoniós, son, precisamente, uno de sus principales atractivos. Estos muros de piedra se extienden a lo largo de 1,7 kilómetros y cuentan con 25 torres y cinco puertas monumentales, como las de Sant Jordi y Bové.
La impresionante muralla
Estas estructuras defensivas fueron de lo más valiosas. La muralla jugó un papel clave en los diversos ataques que recibió Montblanc, especialmente durante la Guerra de los Dos Pedros, Pere IV de Aragón y Pedro I de Castilla.
Otra de las curiosidades de esta construcción es que algunas viviendas actuales están construidas directamente sobre las murallas, utilizando estos antiguos muros como parte de su estructura. Si uno contrata una visita guiada por el pueblo, puede pasear por encima de estos muros y ver esta particularidad y disfrutar de unas vistas espectaculares de la zona.
Las calles de Montblanc
Dentro de las murallas, el casco antiguo de Montblanc despliega un entramado de calles estrechas y plazas encantadoras que invitan a perderse. El Carrer Major, la calle principal, atraviesa el centro y está repleta de restaurantes, tiendas de artesanía y galerías de arte. Desde allí, se puede llegar al convento de Sant Francesc, un edificio gótico del siglo XIII con una impresionante iglesia de una sola nave.
Otra calle emblemática es el Carrer del Jueus, un testimonio del pasado judío de Montblanc, donde la comunidad desarrolló una vibrante actividad comercial durante la época de la Corona de Aragón.
La Plaça Major, por su parte, es el corazón de la villa y alberga edificios como la Casa de la Vila (Ayuntamiento) y la casa Desclergue, además de ser un lugar ideal para degustar la cocina local en alguno de sus restaurantes.
Dentro de las murallas, se encuentran dos iglesias destacadas. La iglesia de Santa Maria, construida en el siglo XIV, es una joya del gótico catalán que alberga un órgano barroco considerado uno de los mejores de Cataluña. Por otro lado, la iglesia de Sant Miquel, del siglo XIII, destaca por su estilo románico y su alta torre, visible desde distintos puntos de la villa.
Sant Jordi y Montblanc
Pero hablar de Montblanc es mucho más que hablar de historia. Su leyenda se extiende por toda Cataluña siendo el supuesto testigo en el que se sucede la leyenda de Sant Jordi, el patrón de los catalanes.
Como es bien sabido, la semana del 23 de abril, el pueblo se viste de gala para celebrar esta historia con la Semana Medieval de Sant Jordi, una de las fiestas de recreación histórica más antiguas de España.
![Semana medieval en Montblanc](https://a1.elespanol.com/cronicaglobal/2024/04/19/vida/848925210_12805638_1024x576.jpg)
Semana medieval en Montblanc
Durante estos días, Montblanc se transforma en un mercado medieval, con puestos de quesos, embutidos y productos de artesanía, y las calles se llenan de actividades que recrean la vida cotidiana de la Edad Media.
El evento incluye talleres para niños, representaciones teatrales de la leyenda y un torneo nocturno donde caballeros luchan frente a las murallas. Para los más entusiastas, se organizan cenas medievales con trovadores y juglares. El único requisito para participar en esta fiesta es vestirse con ropas medievales y sumergirse en el espíritu de la celebración.
Más catalanidad: pesebres y vinos
Otra tradición bien catalana, aunque es mundial, es la pesebrística. Con figuras tan propias como el caganer, montar el belén es algo más que una anécdota. Y más en Montblanc. Allí, se encuentra el Museo del Pesebre de Cataluña que alberga más de 18.000 figuras de pesebre, mostrando esta tradición navideña catalana con un nivel de detalle impresionante.
Otra elemento arraigado al territorio es la vid. “Catalaña, donde el vino es cultura”, reza uno de los eslóganes oficiales de la comunidad. Pues bien, Montblanc es un punto clave para los amantes del enoturismo. Allí se encuentran el Celler Cooperatiu, una bodega modernista diseñada por Cèsar Martinell en 1919, y las bodegas Vins de Pedra, que ofrecen degustaciones de vinos locales y experiencias como calçotadas entre viñedos.
Cómo llegar
Para llegar a Montblanc desde Tarragona en coche, el trayecto dura aproximadamente 30 minutos. Se debe tomar la AP-2 en dirección a Lleida y después la salida 9 hacia Montblanc. Otra opción es la N-240, que conecta directamente Tarragona con Montblanc en un recorrido de unos 35 kilómetros.
Desde Barcelona, el viaje en coche hasta Montblanc dura alrededor de 1 hora y 20 minutos. La ruta más rápida es por la AP-7 en dirección Tarragona hasta enlazar con la AP-2 hacia Lleida. También se puede optar por la C-32 hasta Vilafranca del Penedès y luego continuar por la N-240, aunque el trayecto es algo más largo.