Cuando se piensa en ciudades y pueblos ricos de Cataluña suelen aparecer siempre los mismos nombres: Sant Cugat, Matadepera, Girona, Sitges, S’Agaró… Pero la riqueza en Cataluña también está más allá de las provincias de Barcelona y Girona.
En Tarragona hay lugares que acumulan un gran poder adquisitivo y unas rentas que son la envidia de muchos. El último informe de la Agencia Tributaria lo deja claro. Hay municipios con poco más de 1.000 habitantes y un buen caudal de dinero.
La renta bruta del pueblo
Es cierto, que los datos revelan sorprendentes desigualdades en los ingresos de los municipios de Tarragona, pero de lo que tampoco cabe duda es que Almoster como el más próspero de la provincia. Con una renta bruta media de 44.839 euros al año, esta localidad de 1.310 habitantes supera ampliamente la media provincial, consolidándose en el puesto veinte entre los municipios con mayor poder adquisitivo de toda Cataluña.
La diferencia económica es notable en comparación con otros pueblos de Tarragona. El siguiente en la lista de municipios de la zona es Castellvell del Camp, cuya renta media ya desciende a 42.264 euros de renta media. Le siguen Altafulla (41.371€), La Pobla de Montornès (41.353) y Els Pallaresos (37.381).
Los más pobres
En cambio, localidades de las Terres de l’Ebre, como Horta de Sant Joan (21.467 euros de renta media) y Pinell de Brai (21.740), enfrentan desafíos estructurales debido a su dependencia de la agricultura tradicional y a su aislamiento geográfico, factores que mantienen sus rentas en niveles mucho más bajos. De hecho, el último en el ranking es Batea con una renta media de apenas 19.794 euros anuales.
Lo que ha hecho tan rico a Almoster es su crecimiento económico de Almoster impulsado por varios factores, entre ellos su proximidad a Reus, una de las ciudades más importantes de la región, que proporciona empleo de calidad y acceso a infraestructuras de primer nivel. La economía local se ha beneficiado también del desarrollo de sectores específicos, como el turismo y la agricultura especializada, que han favorecido una diversificación que otros municipios rurales no han alcanzado.
Qué tiene Almoster
Asimismo, el pueblo también tiene un gran atractivo gracias a su bagaje histórico y cultural. Situado al pie de los últimos contrafuertes de las montañas de Prades, bajo el monte d’en Cama, el pueblo tiene raíces que se remontan a tiempos prehistóricos. En la zona se han encontrado vestigios neolíticos y romanos que dan cuenta de su antigüedad, así como sepulturas y ánforas que se conservan hoy en el museo de Reus. Pero esto no se queda aquí, la historia del pueblo también incluye una comunidad judía en la Edad Media y un pasado como territorio amurallado, con antiguos portales que aún perduran en la memoria de los habitantes.
De todas formas, uno de los elementos arquitectónicos más destacados es medieval: la iglesia parroquial de Sant Miquel, un edificio que data de 1704. Esta ermita barroca de una sola nave ha sido testigo de la vida de generaciones de habitantes, y aunque perdió gran parte de su patrimonio artístico durante la Guerra Civil, aún conserva un panel barroco que representa a San Isidro. Este retablo es uno de los pocos vestigios de la rica ornamentación original de la iglesia, que incluía un notable altar dedicado a San Pedro, obra del escultor Bonifaç. El campanario y la fachada de piedra evocan el estilo clásico de las iglesias rurales de la región, mientras que el interior, aunque austero, ofrece un espacio sereno y acogedor que invita a la reflexión.
Tras la visita, nada mejor que perderse por las estrechas calles del casco histórico y sus construcciones de piedra conservan la esencia de un pueblo que ha crecido manteniendo su identidad. Almoster está salpicado de masías dispersas, muchas de las cuales datan de hace varios siglos. Entre ellas destacan el Mas de Carreras y el Mas de Picarany, este último vinculado a la familia del poeta Gabriel Ferrater. Estas masías, algunas aún habitadas, representan la arquitectura tradicional de la zona y son un recordatorio de su pasado agrícola.
A pesar de su reducido tamaño, Almoster ofrece una vida comunitaria activa, donde los residentes disfrutan de una tranquilidad y calidad de vida excepcionales. Las áreas naturales cercanas brindan oportunidades para el senderismo y actividades al aire libre, aprovechando su cercanía a las montañas de Prades y a otras áreas naturales del Baix Camp.
Cómo llegar
Para llegar a Almoster en coche desde Barcelona, se recomienda tomar la autopista AP-7 en dirección a Tarragona y continuar por esta vía hasta la salida hacia Reus. Una vez en Reus, se debe tomar la carretera T-11 y seguir las indicaciones hacia la C-14 en dirección a Alcover. Desde allí, se encuentran señales hacia Almoster, a pocos kilómetros de distancia.
Otra opción es tomar la C-32 desde Barcelona y enlazar con la AP-7 a la altura de El Vendrell. Tras seguir la AP-7 en dirección sur, se debe tomar la misma salida hacia Reus y continuar el recorrido indicado anteriormente por la T-11 y la C-14. Tanto, por un lado como por otro, se tarda lo mismo, una hora y cuarto aproximadamente.