Tarragona tiene un puente a más de 24 metros de altura: inspirado en el puente de Brooklyn de Nueva York
- Esta obra arquitectónica data de principios del siglo XX y es uno de los símbolos más representativos de la ciudad
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Un puente colgante es una construcción diseñada para permitir el paso de vehículos o peatones sobre un obstáculo, ya sea un río o un valle, mediante unos cables que lo sostienen. Además, esta estructura permite soportar grandes cargas.
Son conocidos por su elegancia y su eficiencia estructural y, a menudo, se utilizan en proyectos donde es necesario cruzar grandes distancias o terrenos difíciles. Como por ejemplo el puente Golden Gate en San Francisco.
El puente colgante de Tarragona
El puente colgante de Amposta, en Tarragona, es un puente que atraviesa el río Ebro, entre la comarca del Montsiá y del Bajo Ebro. Se empezó a construir en 1915 y se terminó en 1921. En 1924 recibió la visita del general Primo de Rivera de paso hacia Valencia. Esta gran obra arquitectónica fue diseñada por el ingeniero José Eugenio Ribera.
Fue el segundo puente colgante del mundo construido con el sistema de hormigón armado, después del puente de Brooklyn de Nueva York, en el que está inspirado. Tiene 24 metros de altura y una longitud de 134 metros.
Esta obra es uno de los símbolos arquitectónicos más representativos de la ciudad, tanto por su importancia en la ingeniería española como por su historia. Su apertura supuso una gran mejora de las comunicaciones entre los pueblos de la zona, puesto que fue el primer paso permanente del tramo inferior del río. Además, formó parte de la carretera que unía Barcelona con Valencia. Hasta su construcción la única forma de atravesar el río a esta altura era con los pasos de barca.
Primera piedra
La primera piedra se colocó el 15 de agosto de 1915, dentro de los actos de las Fiestas Mayores. Mientras se asentó sólidamente encima de los conglomerados de la terraza fluvial, la pilastra de la izquierda presentó problemas puesto que, el fondo arenoso sobre el cual se encuentra, obligó hundir los cimientos de hormigón armado a 30 metros, encareciendo la obra.
Ante la negativa de la empresa a hacerse cargo, el alcalde ofreció llevar a pie de obra la piedra por la reforma, que fue cargada desde la cantera de Freginals por los carreteros de Amposta.
Aparte de la construcción del puente, se tenía que hacer coincidir la carretera de acceso al puente en el margen derecho con uno de las calles de la ciudad. Todo esto implicaba la expropiación por parte del Estado de 74 casas de la calle Alcalde Joan Palau para ensancharlo, así como el derribo de la antigua capilla de Santa Susanna y del matadero, a cargo del ayuntamiento.
Estructura y reconstrucción del puente
El puente se caracteriza por las dos pilastras de piedra de 24 metros de altura en forma de arco de triunfo que se erigen a los dos lados del río. El principal motivo por el cual destaca es que es una obra de ingeniería innovadora por la época.
Se ha considerado una de las principales obras maestras de este arquitecto por la característica peculiar de que sus cimientos están con aire comprimido, a 30 metros de profundidad.
El puente fue destruido durante la Guerra Civil por su importancia estratégica. Aún así, la reconstrucción y todas las remodelaciones posteriores siguieron el modelo original, con algunas adaptaciones para aumentar su capacidad. En la más reciente, realizada entre el 2007 y el 2009, se sustituyó el sistema de cables, manteniendo el diseño estructural original y mejorando los aspectos funcionales de la estructura; en la que se rehabilitó el azulejo y se reforzaron las estructuras metálicas.
Pruebas de resistencia
En julio 1920, acabadas las obras, se hacen las pruebas de resistencia: una estática y una dinámica. La estática consistía a cargar 234 toneladas de arena, uniformemente, repartidas sobre la calzada y los andenes del puente durante dos horas. A pesar de que al mojarse, la arena se convirtió en 300 toneladas, el puente superó con creces la prueba, aguantando ese peso durante tres días.
La prueba de resistencia dinámica consistió en hacer pasar 44 carros cargados con sacos de graba y piedra pequeña con un peso total de 66.000 kilos. En esta participó la población de Amposta y se amenizó con la banda de música de la Lira Ampostina. El 29 de diciembre de 1920 se abrió la circulación, pero no fue hasta mitades del 1921 que no se acabó la rampa de entrada.